El Ejército de Israel bombardeó este miércoles con aviones de combate y helicópteros varios objetivos del movimiento Hamas en la franja de Gaza, en respuesta al lanzamiento de unos 15 cohetes contra la ciudad israelí de Jan Yunis. La tensión entre israelíes y palestinos aumentó tras la firma en Washington de los llamados acuerdos de Abraham, promovidos por Estados Unidos, por los cuales Israel normalizó sus relaciones con Emiratos Árabes Unidos y con Bahréin.
Los primeros cohetes cayeron en territorio israelí durante la ceremonia de firma de los acuerdos patrocinados por el presidente estadounidense, Donald Trump. Durante la noche fueron lanzados los demás, que en su mayoría fueron interceptados por el escudo antimisiles de Israel, y que dejaron dos heridos en ese país. Por su parte, el Ejército israelí comunicó que atacó una fábrica de explosivos, un complejo usado para lanzamiento de cohetes, y una “infraestructura subterránea” de Hamas, movimiento al que Israel atribuyó los ataques.
Los acuerdos fueron recibidos como una mala noticia por los palestinos, por considerar que al normalizar sus relaciones con Israel, Bahréin y Emiratos Árabes Unidos dejaron de lado el consenso que existía entre los países árabes de condicionar ese vínculo al establecimiento de un Estado palestino con las fronteras definidas en los acuerdos de 1967, sobre las cuales avanzó la ocupación israelí.
Hazem Qasem, portavoz de Hamas, organización que gobierna la franja de Gaza, dijo que los acuerdos suscritos en Washington “no valen la tinta con la que fueron escritos”, y que el pueblo palestino seguirá “insistiendo en la lucha hasta ganar plenamente sus derechos”, informó la agencia de noticias Efe. También Mahmud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina, que gobierna en Cisjordania, manifestó que “no se logrará la paz mientras Estados Unidos” e Israel “no reconozcan el derecho del pueblo palestino a establecer un Estado independiente”. Señaló que en la región el “principal problema no es” entre Israel y los dos países con los que firmó el acuerdo, “sino con el pueblo palestino, que sufre bajo la ocupación”, y dijo que no permitirá que otros hablen en nombre de ese pueblo.
Durante la ceremonia de firma realizada el martes, a la que asistió el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el ministro de Relaciones Exteriores de Bahréin, Abdulatif bin Rashid al Zayani, manifestó su confianza en que los acuerdos generarán “paz” en la región y esto conducirá a una solución de dos estados en Medio Oriente. Su par de Emiratos Árabes Unidos, Abdulá bin Zayed al Nahyan, coincidió con él y manifestó que el acuerdo no implica abandonar a los palestinos, sino que permitirá que el gobierno que integra los siga “defendiendo”.
Sin embargo, el ministro emiratí también agradeció a Israel por “detener la anexión de los territorios palestinos”, y el gobierno de Netanyahu aclaró que esa detención es “temporal” y que sigue “sobre la mesa” la anexión de los territorios ocupados. En Washington, Netanyahu celebró que lo convenido va a “terminar de una vez por todas con el conflicto árabe-israelí”, pero no se refirió al conflicto israelí-palestino.
En cambio, sí mencionó a Irán, un país chiita y enemigo político de Israel, que sale perjudicado con este acuerdo, que fortalece a estados sunitas de la región. “Usted se ha enfrentado de forma contundente a los tiranos de Teherán”, le dijo a Trump el primer ministro israelí. No quedó claro en la conferencia de prensa hasta qué punto las negociaciones incluyeron la venta de aviones militares de Estados Unidos a Emiratos Árabes Unidos, pero de acuerdo con The New York Times, se estableció ese compromiso.
En cualquier caso, otros tipos de empresas aprovechan el nuevo contexto. Bancos israelíes y emiratíes comenzaron a explorar y a firmar acuerdos; se recomendó a los restaurantes y hoteles de Emiratos Árabes Unidos que ofrezcan comida kosher, y las aerolíneas ven abrirse nuevos espacios comerciales. En este nuevo escenario, quedó derogada la ley del boicot que sancionaba a quienes hicieran negocios con Israel.
Trump afirmó que ya están “muy avanzadas” las conversaciones para que “otros cinco países” árabes también normalicen sus relaciones con Israel, y afirmó: “Tras décadas de división y conflicto, marcamos el amanecer de un nuevo Medio Oriente”.