El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se refirió este martes a la crisis sanitaria que atraviesa su país y puso en duda los propios números oficiales, que señalan 8,8 millones de casos y 217.664 muertes. Lo hizo sin aportar otros datos ni explicar por qué se deberían corregir los que se recabaron hasta ahora. “Muchos informes son forzados, dados como si fueran covid. De hecho, sabemos que no lo es. Pero supongamos que todos los informes son ciertos”, dijo el presidente, según informó Correio Braziliense.
Del mismo modo, sin aportar ninguna prueba, Bolsonaro negó que su país sea uno de los que tienen más muertes por esta enfermedad. Según la universidad Johns Hopkins, que se convirtió en un referente en la recopilación de datos oficiales de todos los países del mundo, Brasil ocupa el tercer puesto en cantidad total de casos, después de Estados Unidos e India, y el segundo en muertes por covid-19.
Bolsonaro también se refirió a las vacunas. Hasta ahora, Brasil ha tenido dificultades para conseguirlas. De acuerdo con la agencia Efe, importó dos millones de dosis de la vacuna de la Universidad de Oxford y el laboratorio británico AstraZeneca, y cuenta también con unos diez millones de dosis de la vacuna china Sinovac fabricadas en territorio brasileño. En total se cubriría así a la mitad de los 212 millones de habitantes del país.
A su vez, el director del Instituto Butantan, Dimas Covas, informó que el 3 de febrero llegarán a Brasil desde China insumos que permitirán fabricar, en un plazo de 20 días, unas 8,6 millones de dosis de la vacuna Sinovac.
Pero este martes Bolsonaro afirmó, sin más datos, que Brasil es “el sexto país que más vacunó en el mundo” y que pronto estará “en los primeros lugares, para darles más seguridad a todos, de modo que la economía no deje de funcionar”.
Se refirió a la posibilidad de que las empresas compren vacunas para sus empleados, con la condición de que donen la mitad al sistema público de salud. Sin embargo, en respuesta a Bolsonaro, el laboratorio británico AstraZeneca comunicó que las dosis de su vacuna sólo “están disponibles mediante acuerdos firmados con los gobiernos” y “organizaciones multilaterales”, y no es posible “poner vacunas a disposición del mercado privado”.
En cuanto a la crisis económica que está causando la pandemia en el país, Bolsonaro se dirigió a inversores en una videoconferencia organizada por un banco y les prometió que en 2021 habrá menos gasto y más privatizaciones. “No vamos a dejar que medidas temporales relacionadas con la crisis se conviertan en compromisos permanentes de gasto”, dijo en referencia a los subsidios para personas sin empleo o en la situación más aguda de pobreza. Agregó que este año “se acelerará el programa de privatizaciones y se le dará continuidad a la mejora del ambiente de negocios”.
La Justicia investiga la crisis de Manaos
El Supremo Tribunal Federal de Brasil autorizó la apertura de una investigación contra el ministro de Salud, Eduardo Pazuello, para determinar si es responsable por la crisis que atraviesa la ciudad de Manaos, en el estado de Amazonas, donde el sistema de salud colapsó por la cantidad de casos de covid-19 y la falta de oxígeno para atenderlos. El titular de la Procuraduría General de la República, Augusto Aras, pidió el sábado que se abriera esta investigación a partir de distintas denuncias de que el ministro no actuó cuando la crisis era inminente.
Pazuello reconoció que la empresa White Martins, que abastece de oxígeno a los hospitales de Amazonas, le advirtió a su cartera el 8 de enero que no podía cubrir la demanda. Tenía capacidad de producir 28.200 metros cúbicos de oxígeno por día, pero se necesitaban cerca de 76.000. Recién cuatro días después, el 12 de enero, el Ministerio de Salud comenzó a enviar oxígeno en aviones militares. Pero la cantidad no fue suficiente, y dos días después comenzaron a morir por asfixia personas que necesitaban la asistencia de respiradores mecánicos, mientras cientos esperaban para ingresar al CTI. A partir de entonces se reforzó el envío de oxígeno a Amazonas, y desde el lunes Manaos está bajo toque de queda, dispuesto por una semana.
Para la Fiscalía, Pazuello tenía “el deber legal y la responsabilidad de mitigar los resultados” de esta crisis, y por lo tanto “puede haber incurrido en una omisión por la que puede ser responsabilizado en las esferas civil, administrativa y criminal”.
La Policía Federal deberá comenzar a investigar la situación, y está previsto que interrogue al ministro. El caso está a cargo de uno de los jueces del Supremo Tribunal Federal, Ricardo Lewandowski, que también investiga otras denuncias contra el Ministerio de Salud vinculadas con la pandemia. Una de estas trata de establecer si se desviaron fondos públicos en la compra de insumos sanitarios.