El ministro de Salud de Brasil, Eduardo Pazuello, les transmitió a los alcaldes que la vacunación contra la covid-19 comenzará el miércoles a las 10.00, con ocho millones de dosis. Dos millones corresponden a la vacuna de Oxford y el laboratorio AstraZeneca, que estarán bajo responsabilidad de la Fundación Oswaldo Cruz, y otros seis millones a Coronavac, producida por el estatal Instituto Butantan junto con el laboratorio chino Sinovac.
Para que sea posible lanzar esta campaña, las vacunas deberán recibir el aval de la autoridad reguladora brasileña, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), cuya dirección se reunirá el domingo 17 para tratar este punto. Se prevé que Anvisa dé su visto bueno y que el lunes apruebe el uso de las dos vacunas en carácter de emergencia.
El Ministerio de Salud tiene el objetivo de que las dosis de la vacuna de Oxford lleguen el sábado a Brasil, y para eso fue contratado un avión que las irá a buscar a India, donde se están produciendo. “Es momento de viajar, arreglar y traer [las vacunas], ya están con los documentos de exportación listos”, afirmó Pazuello. “En cuanto haya un pronunciamiento de Anvisa, tenemos material para distribuir y capacidad para vacunar en todo el país”, agregó. “Somos el país que más inmuniza en el mundo, siempre lo hemos sido” y “no salimos de nuestro rumbo en ningún momento”, agregó.
El gobernador de San Pablo, João Doria, dijo que la Coronavac debe comenzar a aplicarse apenas reciba la aprobación de Anvisa, el lunes. Afirmó que se trata de una cuestión humanitaria. Pero el secretario ejecutivo del Ministerio de Salud, Élcio Franco, explicó que las vacunas no se pueden comenzar a distribuir antes de obtener el permiso de Anvisa. “Es una cuestión incluso legal”, afirmó.
Pazuello les dijo a los alcaldes que la vacunación comenzará por las capitales de los estados. A su vez, Franco manifestó que se no es razonable “esperar a llegar a 5.570 municipios y 38.000 centros de vacunación para recién entonces comenzar” con la campaña, informó Carta Capital. Ante periodistas, Franco aclaró que si para el miércoles se logra llegar a otros municipios, también se vacunará en ellos, pero agregó: “Ustedes conocen la realidad de Brasil, con sus 8,5 millones de kilómetros cuadrados”.
Además de una enorme superficie, Brasil tiene 210 millones de habitantes. Desde que llegó la pandemia, es el tercer país con más casos, con 8,3 millones de contagios, y el segundo en muertes, con 206.000.
Situación crítica en Manaos
Pazuello eligió la capital del estado de Amazonas, Manaos, para anunciar desde allí el lanzamiento de la campaña de vacunación. Esa ciudad del norte de Brasil enfrenta un momento grave de la crisis sanitaria porque no cuenta con la cantidad de tanques de oxígeno que necesita para atender a los pacientes.
“Manaos es prioridad en este momento”, dijo el ministro, y agregó que la ciudad “será la primera en ser vacunada”; aclaró que la vacuna “será distribuida simultáneamente en todos los estados, en proporción a su población”.
Según informaron este jueves diversos medios de Brasil ‒Folha de São Paulo, O Estado y Carta Capital, entre ellos‒ son varios los hospitales donde el oxígeno se agotó o se está agotando, en particular en el sistema público, donde más ha crecido la demanda. En los últimos días, en el hospital 28 de Agosto murieron 28 personas por asfixia, y en el hospital universitario Getúlio Vargas, uno de los mayores de la ciudad, el oxígeno disponible este jueves cubría apenas unas horas más de atención. Se llegó a este punto pese a que el martes las autoridades sanitarias enviaron 198 tanques de oxígeno a la ciudad.
Según informó la agencia de noticias Efe, en Amazonas, un estado con cuatro millones de habitantes, los muertos por covid-19 ya son casi 6.000, y los contagios, 215.0000. En la ciudad de Manaos, el miércoles 198 personas murieron por covid-19, batiendo el récord de muertes por cuarto día consecutivo. En respuesta a esta emergencia, Pazuello anunció la contratación de 180 trabajadores de la salud, y la Fuerza Aérea se puso en marcha para enviar más tanques de oxígeno desde otras zonas de Brasil.