Pese al ambiente tenso y el despliegue de 25.000 militares en Washington para prevenir protestas armadas, la transición está en marcha en Estados Unidos. Este lunes Kamala Harris, la vicepresidenta electa, que será la primera mujer en ese cargo en el país, dejó la banca del Senado que ocupó durante los últimos cuatro años. En su carta de renuncia les agradeció a los votantes de California que la eligieron para ese escaño en 2016.

Como senadora de ese estado, Harris también había marcado un precedente al ser la primera mujer afroestadounidense y la primera persona de origen asiático en ocuparlo.

Este miércoles asumirá como vicepresidenta en una ceremonia junto al Capitolio, poco antes de que Joe Biden asuma el cargo de presidente, al mediodía. Está previsto que en el caso de Harris la ceremonia incluya a otra mujer que accedió a un espacio que durante muchos años estuvo reservado para los hombres blancos, Sonia Sotomayor, la primera mujer de origen latinoamericano en llegar a la Corte Suprema estadounidense.

De acuerdo con la agencia Efe, Sotomayor será la encargada de decirle a Harris las palabras que debe repetir en la ceremonia. Biden, en cambio, asumirá frente al presidente de la Corte Suprema, John Roberts, uno de los integrantes de la mayoría conservadora en ese tribunal.

El presidente Trump ya manifestó en su cuenta de Twitter, días atrás, que no asistirá a la ceremonia de toma de posesión de Biden, y según publicó CNN dejará Washington el miércoles por la mañana. La cadena informó que Trump tiene planeada una despedida en la Base Conjunta Andrews, donde los presidentes suelen organizar algún tipo de ceremonia antes de dejar el cargo. Los planes de Trump, que incluyen un acto militar y una alfombra roja, se conocieron porque comenzaron a llegar invitaciones para el encuentro que envió a aliados y amigos, así como a ex funcionarios de su gobierno.

Por otra parte, medios locales de Florida publicaron imágenes de camiones de mudanza estacionados junto a la residencia que tiene Trump en Palm Beach, en el complejo Mar-a-Lago, que incluye también un club que le pertenece al gobernante. Esto fue leído como un indicio de que Trump y su familia planean residir allí. Para retirarse de la Casa Blanca, según CNN, es posible que Trump y su esposa Melania recurran al Marine One y partan de allí en helicóptero.

Se desconoce si antes de hacerlo habrá un mensaje de despedida para los estadounidenses. En cambio, los asesores de Biden ya han adelantado el tono de su discurso de asunción. En entrevista con ABC News, Kate Bedingfield, que será la directora de comunicación de la Casa Blanca del próximo gobierno, dijo que Biden cree que es posible y necesario “unir” al país, y que al dirigirse como presidente a los estadounidenses, este miércoles, intentará “dejar atrás las divisiones” y transmitir una visión “optimista” del futuro.

Capitolios blindados

Los parlamentos de varios estados rodearon sus sedes con militares y vallas de seguridad ante la posibilidad de que fanáticos seguidores del presidente saliente, Donald Trump, organicen protestas armadas, como el asalto al Capitolio del 6 de enero. En el Congreso nacional, en Washington, se colocaron también bloques de hormigón para frenar el paso a una eventual protesta violenta.

Desde el domingo se reforzó la seguridad en varios estados debido a que para ese día habían sido convocadas manifestaciones de ese tipo, y en 19 de estas sedes legislativas se desplegó la Guardia Nacional. En Wisconsin, personas armadas salieron ese día a las calles, pero no llegó a haber ningún ataque, y lo mismo ocurrió junto al capitolio de Michigan, informó Efe. Algo similar se vio en Texas, Oregon, Ohio y Utah, aunque no hubo casi incidentes violentos. “Estamos preocupados por toda la semana, no sólo por hoy”, le dijo el domingo a CNN el jefe de Policía de Lansing, Michigan, Daryl Green.

En Washington, en la zona restringida, fueron detenidas tres personas: dos hombres armados, uno de ellos con 500 balas, y una mujer que fue acusada de hacerse pasar por policía. En las redes sociales, desde donde se convocaron las protestas, también hubo llamados a “quedarse en casa” y advertencias de que las manifestaciones podían ser “una trampa” para perseguir a quienes participaran.