La organización internacional Human Rights Watch (HRW) criticó duramente al presidente brasileño, Jair Bolsonaro, en su informe anual sobre derechos humanos divulgado este miércoles, y dijo que el mandatario “intentó sabotear” la lucha contra el coronavirus en el país.
Según el informe, reseñado por la agencia Efe, el líder ultraderechista “restó importancia” a la enfermedad, a la que calificó de “gripecita”, se negó a protegerse a sí mismo e intentó impedir que los gobiernos estaduales impusieran medidas de distanciamiento social para contener el virus, algo que únicamente pudo ser frenado por la Justicia y la acción de otras instituciones nacionales.
“El presidente Jair Bolsonaro intentó sabotear las medidas de salud pública destinadas a contener el contagio de la covid-19, pero el Supremo Tribunal Federal, el Congreso y los gobernadores implementaron políticas para proteger a los brasileños de la enfermedad”, señaló la organización internacional en su informe.
Según manifestó Anna Livia Arida, directora de HRW en Brasil, Bolsonaro puso la vida y la salud de los brasileños en “gran riesgo”, y aunque dijo que hubo instituciones que ayudaron a mejorar la situación, señaló que “hay que estar atentos”.
En el documento, HRW también recordó que el Ejecutivo de Bolsonaro intentó restringir la publicación de información sobre el coronavirus, despidió directa o indirectamente a dos de sus ministros de Salud –Luiz Henrique Mandetta y Nelson Teich– por no alinearse con sus orientaciones frente a la pandemia y no tomó acciones destinadas a proteger a indígenas y presos, dos de las poblaciones más vulnerables al virus.
Según el informe, las poblaciones indígenas de Brasil tienen un “acceso deficiente” a servicios de salud, lo que hizo que se volvieran “particularmente vulnerables” a las complicaciones derivadas de la covid-19.
De acuerdo con los más recientes datos de la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (Apib), 920 indígenas murieron desde que comenzó la pandemia y más de 45.000 se infectaron.
En cuanto a las cárceles, el documento destacó el hacinamiento, la mala ventilación y los servicios de salud inadecuados que existen en las prisiones, que generan “condiciones sumamente propicias para brotes de covid-19”.
Brasil es uno de los países del mundo más afectados por la pandemia, con más de 204.000 muertos y 8,1 millones de infectados.