Joe Biden asumió este miércoles la presidencia de Estados Unidos y llamó a la ciudadanía a unirse para enfrentar las diversas crisis que atraviesa su país. Una de estas crisis es política y se desató con las sospechas que el anterior presidente, Donald Trump, intentó arrojar sobre los resultados de la elección en la que fue derrotado.
“Hoy celebramos el triunfo, no de un candidato sino de una causa, la causa de la democracia. La voluntad de la gente, ha sido escuchada, y ha sido atendida”, dijo Biden en el discurso que dio en el Capitolio segundos después de asumir su cargo. “La democracia prevaleció”, agregó.
El nuevo presidente tiene un perfil muy alejado al del millonario que dejó la Casa Blanca. Integró el Congreso como senador demócrata por Delaware desde 1973, excepto durante los ocho años en que fue vicepresidente, durante el gobierno de Barack Obama, de 2009 a 2017.
Al asumir la presidencia en una ceremonia afuera de la sede del Congreso, Biden recordó que “hace apenas unos días la violencia buscaba sacudir los cimientos mismos del Capitolio”, cuando cientos de fanáticos de Trump asaltaron ese edificio para impedir los congresistas ratificaran el resultado de la elección.
También la ausencia de Trump, que se negó a asistir a la ceremonia de este miércoles, quedó en evidencia. A todos los demás ex presidentes que todavía viven, Biden les agradeció por estar allí. Asistieron Barack Obama, George W Bush y Bill Clinton, mientras que Jimmy Carter, que no pudo acudir, habló con el presidente electo la noche anterior.
“Pocas personas en la historia de nuestra nación han tenido más desafíos o han encontrado un momento más difícil que este”, dijo Biden. Entre esos retos, mencionó la crisis generada por la epidemia de coronavirus, que “se ha cobrado tantas vidas en un año como las que Estados Unidos perdió en toda la Segunda Guerra Mundial”, y ha costado “millones de puestos de trabajo”. Esto a su vez, enfrenta a su país a una crisis económica.
Además, Estados Unidos está conmovido también por un reclamo de justicia racial que tiene ya 400 años, dijo Biden, y prometió que “el sueño de justicia para todos ya no será aplazado”. A estos desafíos se suman el reclamo de poner freno al calentamiento global y también el reto que presenta el “auge del extremismo político, la supremacía blanca, el terrorismo interno”.
Para superar estos desafíos, “para restaurar el alma y la seguridad del futuro de Estados Unidos, se requiere mucho más que palabras”, dijo Biden, y agregó que se necesita unidad. En ese concepto insistió a lo largo de su discurso. “Mi alma entera está puesta en esto”, dijo, “en unir a Estados Unidos, a nuestra gente, a nuestra nación. Y pido a cada estadounidense que se una a mi causa”.
“Debemos unirnos para luchar contra los enemigos que enfrentamos, la ira, el resentimiento y el odio, el extremismo, la anarquía, la violencia, la enfermedad, la falta de trabajo y de esperanza. Con unidad podemos hacer grandes cosas”, afirmó Biden, desde “vencer a un virus letal” hasta “reconstruir la clase media”.
El nuevo presidente recordó otros tiempos críticos de su país: la guerra civil, la gran depresión, la II Guerra Mundial, y los atentados del 11 de setiembre. Dijo que en cada uno de esos momentos los estadounidenses se unieron y que también pueden hacerlo ahora. Llamó a “detener los gritos” y “comenzar a escuchar al otro”, “respetar al otro” y dijo que “la política no tiene por qué ser incendiaria”, que “cada desacuerdo no tiene por qué ser motivo para una guerra”, y que se debe “rechazar la cultura en la que los hechos mismos son manipulados e incluso fabricados”. Agregó: “las últimas semanas y meses nos han enseñado una lección dolorosa: hay verdad y hay mentiras, mentiras dichas por el poder y para beneficiarse”.
Biden agradeció a quienes apoyaron su candidatura, y a los que no lo hicieron les dijo: “A partir de ahora mídanme. Si todavía están en desacuerdo, eso es la democracia. Las discrepancias nunca deben llevar a la desunión. Y les prometo que seré un presidente para todos los estadounidenses”. Dijo que entiende el temor con el que miran al futuro muchos ciudadanos, pero que la respuesta no es replegarse en un bando y desconfiar de aquellos que piensan de un modo distinto.
“Aquí estamos, mirando hacia la gran explanada donde Martin Luther King habló de su sueño. Aquí estamos donde, hace 108 años, en otra ceremonia de asunción presidencial, miles de manifestantes intentaron bloquear a las mujeres valientes que marchaban por el derecho al voto. Y hoy, celebramos el juramento de la primera mujer en la historia de Estados Unidos elegida para un cargo nacional, la vicepresidenta Kamala Harris”, dijo Biden. “¡No me digan que las cosas no pueden cambiar!”.
Minutos antes, Harris, cuyo padre es afrodescendiente y su madre provenía de India, se había convertido en la primera mujer en ocupar la vicepresidencia estadounidense. Asumió el cargo frente a la primera mujer de origen latinoamericano en integrar la Corte Suprema, Sonia Sotomayor.
Harris fue escoltada por el policía negro Eugene Goodman, uno de los que custodiaban el Congreso el 6 de enero, y que intentó frenar a quienes asaltaron el Capitolio, algunos de ellos con armas de fuego y con banderas que identifican a grupos racistas. Se hizo conocido por las imágenes de cuando trataba de alejarlos de la puerta del hemiciclo, armado con una porra. Durante la ceremonia, fue ovacionado.
También fue parte de la ceremonia la poeta afrodescendiente y activista Amanda Gorman, de 22 años, la primera persona en ser nombrada National Youth Poet Laureate. Allí leyó una de sus obras, “La colina que escalamos”, y en sintonía con Biden celebró el comienzo de una “era de redención” de “un país que no está roto, sino simplemente inacabado”.
Durante la tarde, Biden, pasó revista a las tropas en el Capitolio y firmó sus primeros documentos como presidente, entre ellos las nominaciones a cargos en el gabinete. Está previsto que en los primeros días de su gobierno firme también varias órdenes ejecutivas para atender la crisis sanitaria y económica, como la que frena los desalojos de quienes no han podido pagar sus viviendas. Además, dará marcha atrás con algunas decisiones de Trump, entre estas la salida de Estados Unidos del acuerdo de París sobre calentamiento global y de la Organización Mundial de la Salud.