La madrugada del miércoles fue la quinta noche consecutiva de disturbios en Países Bajos, provocados por ciudadanos, en su mayoría jóvenes, que protestan contra el toque de queda que impuso el gobierno para frenar el avance del coronavirus. Hasta el momento los incidentes han dejado más de 600 detenidos, y diez policías heridos en Róterdam. Las protestas incluyeron saqueos de tiendas, quemas de vehículos y agresiones a la Policía antidisturbios.

El toque de queda implica restringir la libertad de movimiento entre las 21.00 y las 04.45, en un país que suma 13.579 muertes por coronavirus.

El gobierno liderado por Mark Rutte presentó su renuncia el 15 de enero. Se vio obligado a dimitir por un escándalo relacionado con las ayudas públicas al cuidado de niños, que dejó a más de 30.000 familias, en su mayoría migrantes, con problemas financieros, luego de ser acusadas erróneamente de fraude fiscal.

El Parlamento sostiene ahora el gobierno, a un mes y medio de las elecciones legislativas, mientras intenta combatir la pandemia que sigue su curso. El Ejecutivo provisorio ya solicitó el apoyo de la ciudadanía para el cumplimiento de las restricciones, pero sigue enfrentándose a la negativa de una parte de la población.

Al menos 131 personas fueron detenidas en la cuarta noche de disturbios y eso para la Policía neerlandesa significa una reducción de la violencia, ya que el lunes hubo 184 detenidos y el domingo la cifra había alcanzado los 300.

Las tensiones se han centrado principalmente en Róterdam, donde la Policía detuvo a 81 personas tras los enfrentamientos contra los agentes. Según informó Efe, la mayoría de los detenidos en el país son jóvenes, muchos de ellos incluso menores de edad. Los detenidos fueron acusados de sedición, incitación a la violencia y enfrentamientos a la autoridad, además de saqueos y de destrucción del mobiliario público, en algunos casos.

La Policía aumentó la presencia en las calles y la vigilancia de las redes sociales, los centros comunitarios y los educativos. De hecho, la difusión de mensajes en redes sociales pidiendo sumarse a los disturbios es motivo de arresto en el país, aunque la mayoría de los detenidos quedan en libertad después de pagar multas de 95 euros por violar el toque de queda o por desacato a la autoridad.

Además, teniendo en cuenta que la mayoría de las personas que concurren a las manifestaciones son jóvenes, la Policía y la Fiscalía se han dirigido directamente a los padres para que “vigilen a sus hijos” y los “mantengan en casa”, advirtiendo sobre las multas y el registro de antecedentes penales.

Según una encuesta del centro de investigación I&O, que recoge la agencia Efe, la mayoría de los neerlandeses respaldan las restricciones y creen que es necesaria la introducción del toque de queda para frenar los contagios. De todas formas, hay un malestar general por la regla que se impuso que limita a un invitado al día por hogar.