Una delegación de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que estará en China investigando el origen de la pandemia de coronavirus encontró su primera traba, ya que el gobierno chino aún no emitió todas las visas necesarias para que los especialistas puedan ingresar a la nación asiática.

“Hoy nos informaron que los responsables chinos no terminaron las autorizaciones necesarias para la llegada del equipo a China”, declaró el director general de la OMS, el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, de acuerdo a lo que informó la agencia AFP.

“Estoy muy decepcionado por esta noticia, porque dos miembros ya iniciaron el viaje y otros no pudieron salir a último momento”, explicó el jerarca durante una conferencia de prensa. “Estuve en contacto con altos funcionarios chinos y dije claramente una vez más que la misión era una prioridad para la OMS y el equipo internacional”, agregó.

A su lado, el responsable de las situaciones de emergencia sanitaria de la OMS, el irlandés Michael Ryan, explicó que se trataba de una cuestión de visados. “Esperemos que se trate simplemente de un problema logístico y burocrático que podremos resolver rápidamente”, dijo Ryan.

La visita de los diez expertos de la OMS es muy sensible para el régimen chino, que quiere descartar cualquier responsabilidad en la pandemia. Aunque China, de acuerdo a lo que informan sus autoridades, logró erradicar casi por completo la enfermedad de su territorio, no ha podido evitar las acusaciones recurrentes del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de propagar el “virus chino” por todo el mundo, o incluso de haberlo dejado escapar de un laboratorio de virología en Wuhan, la ciudad del centro del país donde apareció por primera vez a fines de 2019.

Las autoridades también expresaron sus dudas sobre el origen chino del virus, a pesar de que inicialmente apuntaron a un mercado de Wuhan donde se vendían animales vivos. “Más y más investigaciones sugieren que la epidemia podría haber aparecido en muchas partes del mundo”, dijo el pasado fin de semana el ministro de Relaciones Exteriores chino, Wang Yi.

Cuarentena y periplo

Debido a la epidemia, los expertos internacionales tendrán que someterse a una estricta cuarentena de dos semanas luego de su llegada a Pekín. Posteriormente, tendrán un lapso de entre tres y cuatro semanas para investigar. Así deberían poder viajar a Wuhan alrededor del 20 de enero, casi exactamente un año después de que se pusiera en cuarentena a esta ciudad de 11 millones de habitantes, el 23 de enero de 2020.

El 20 de enero también es el día en que finalizará el mandato de Trump; algunos observadores especulan con que Pekín podría haber querido esperar a que se fuera antes del inicio real de la investigación para no dar la impresión de ceder a las exigencias del presidente republicano.

En cualquier caso, la demora de China en aceptar una investigación independiente significa que los primeros rastros de la infección serán muy difíciles de encontrar. “Será increíblemente difícil encontrar el origen del virus”, explicó Ilona Kickbusch, del Instituto de Altos Estudios Internacionales y del Desarrollo de Ginebra.

Los científicos creen que el huésped original del virus es un murciélago, pero se desconoce el animal intermediario que permitió la contaminación humana. La prensa china, férreamente controlada por el gobierno, plantea cada vez más la hipótesis de que el virus fue importado a través de alimentos congelados, una teoría que no es aceptada por la OMS.

Para la entidad, acusada por la administración Trump de tener tendencias favorables a China, no hay duda de que sus expertos podrán investigar libremente, aunque las autoridades de Pekín no hayan confirmado todavía que Wuhan esté efectivamente en el programa de la visita.

La misión está compuesta por diez científicos de Dinamarca, Reino Unido, Países Bajos, Australia, Rusia, Vietnam, Alemania, Estados Unidos, Catar y Japón, reconocidos en sus diferentes campos de especialización.

“El objetivo no es designar un país o una autoridad culpable”, dijo a AFP uno de los miembros del equipo, Fabian Leendertz, del Instituto Robert Koch de Alemania. El experto agregó que lo que se pretende “es entender lo que pasó para evitar que vuelva a suceder”.