En una jornada que marcó un récord de contagios y de fallecimientos por coronavirus, Portugal eligió presidente. Con 61% de los votos fue reelecto el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, en una elección que tuvo 60% de abstención, 10% más que en los últimos comicios. El político venció en primera vuelta a sus contrincantes por una importante cantidad de votos: la candidata socialista apoyada por los ecologistas, Ana Gomes, quedó en segundo lugar con 12,9% de los votos, mientras que el ultraderechista André Ventura se quedó con 11,9% del electorado.
Según señalan medios locales, el segundo puesto de Gomes fue una sorpresa. La diputada socialista apostó a la presidencia con el apoyo de los partidos Pueblo-Animales-Naturaleza y Livra, pero no contaba con el apoyo del primer ministro, el socialista António Costas. Se esperaba que el segundo puesto fuera para Ventura, quien no tuvo la votación que le daban las encuestas, pero marcó un salto en la cantidad de apoyos para la ultraderecha, a dos años de la creación del partido Chega! (¡Basta!). Según los primeros análisis, las altas adhesiones que obtuvo suponen el fin de la excepcionalidad portuguesa respecto de los mandatarios de ultraderecha.
En una encuesta previa a la jornada del domingo, buena parte de la opinión pública indicó que deseaba retrasar la votación. Portugal es uno de los países más castigados por la pandemia de coronavirus y no logra bajar el número de casos, a pesar de haber decretado un confinamiento estricto hace diez días.
El primer ministro Costas dijo al momento de votar que Portugal está “en un momento gravísimo de la pandemia, pero se ha hecho todo para que la gente pueda ejercer su derecho de voto”. Costa agregó que, en su opinión, la baja participación no quita “legitimidad” al vencedor, y recordó que las elecciones contaron con medidas de seguridad sin precedentes, incluyendo equipos de desinfección en todos los colegios electorales del país.
Rebelo de Sousa, de 72 años, dijo al momento de votar que enfrentaba las elecciones “sin nerviosismo”. “A mi edad se pierden y se ganan muchas elecciones, uno se acostumbra a todo y está preparado para todo. Llevo preparados discursos para la derrota, para una segunda vuelta y para la victoria”.
El conservador logró mantener su puesto en el Palacio de Belén por los próximos cinco años, con una popularidad que sigue creciendo y fue capaz de frenar a los dos principales candidatos de la centroizquierda y la centroderecha. A pesar de ser el candidato del Partido Socialista Demócrata de Portugal, se postuló también con el apoyo explícito de varios líderes del Partido Socialista, que ya lo habían apoyado en 2016.