La Cámara de Empresas de Cannabis Medicinal (Cecam) reclamó la reglamentación de la ley 19.847, aprobada en el Parlamento en diciembre de 2019, que declara de interés público las acciones tendientes a proteger, promover y mejorar la salud pública mediante productos cannábicos. A pesar de que a fines de agosto una fuente de Presidencia había indicado a la diaria que la reglamentación estaría pronta en uno o dos meses, ese plazo venció y, ahora, la misma fuente indicó que se sigue “en proceso”. “Veremos si llegamos antes de fin de año”, manifestó.

La normativa busca que los pacientes de diversas patologías puedan acceder a una amplia variedad de medicación producida en base a cannabis, algo que actualmente no ocurre en Uruguay, al menos en el mercado legal, en donde sólo se puede obtener aceite de cannabidiol (CDB), un producto utilizado para una limitada cantidad de enfermedades, como la epilepsia. Una vez reglamentada, los medicamentos podrían incluir tetrahidrocannabinol (THC), que puede utilizarse para el tratamiento de más patologías.

Andrea Kruchik, vocera de la Cecam, dijo a la diaria que las principales dificultades para la reglamentación de la ley se han encontrado en el Ministerio de Salud Pública (MSP). En este sentido, destacó la labor de algunos jerarcas en su intento de avanzar en la redacción del texto que finalmente dé vida a la normativa, pero señaló que el tema está “muy trancado” porque “dentro de Salud Pública hay ciertos mandos medios que están ahí para trancar”.

Kruchik dijo que “tiene que venir de más arriba el lineamiento para hacer los cambios que se tengan que hacer” en el MSP y que “esto avance”. “Cada día que pasa que no hay una reglamentación de la ley estamos exponiendo a pacientes que están en una situación vulnerable a un mercado no regulado”, dijo y agregó que diversos productos que la ley prevé legalizar y habilitar su comercialización se consiguen en la informalidad, pero no cuentan con los controles de calidad necesarios.

Así las cosas, la vocera de la cámara pidió que al menos se reglamente el acceso a alguno de los productos que establece la ley. Entre otras, la norma prevé incorporar productos vegetales como medicamentos fitoterápicos nuevos o tradicionales y formulaciones magistrales elaboradas por químicos farmacéuticos en farmacias habilitadas. Kruchik dijo que no hace falta que desde el gobierno esperen a “reglamentar todo”, sino que se puede empezar “por una vía de acceso a los pacientes”. “Arranquemos con algo, pero demos a los pacientes acceso a productos regulados lo antes posible”, manifestó

A pesar de la demora en la reglamentación de la ley, Kruchik advirtió que Uruguay aún es “uno de los países pioneros en este rubro”. Precisamente, dijo que una de las dificultades que se afrontan es que en el MSP “están acostumbrados a agarrar un producto farmacéutico registrado en otro país y registrarlo en Uruguay”, y en este caso, como el avance a nivel mundial no es tan grande, se dificulta porque “estamos tratando de hacer cosas que no se hacen en general en Uruguay”.

La VII Encuesta Nacional sobre consumo de drogas en población general, desarrollada por la Junta Nacional de Drogas con fecha en 2019, estudió a un universo compuesto por personas de entre 15 y 65 años residentes en las ciudades de 10.000 habitantes y más, con una muestra de 4.720 casos que representan a 1.775.000 personas, aproximadamente. De ese informe se desprendió que “6% de la población estudiada declara que ha utilizado en algún momento cannabis con fines medicinales, lo que representa aproximadamente 106.000 personas”, y “entre la población que nunca ha utilizado cannabis con fines medicinales hay 16,5% que manifiesta haber considerado la posibilidad de utilizarlo frente a algún problema de salud”.

Entre las formas de consumo predominó el aceite con 65,5% de los casos, seguido de las cremas con 37,7% y de las flores (cogollos) con 14,7%. En cuanto a la forma de acceso a estos productos, los usuarios declararon que existe una multiplicidad, pero la compra legal apenas abarca 11,5% de los casos. “La modalidad más utilizada para acceder al cannabis que se declara de uso medicinal, es la compra de productos no autorizados (38,9%) por diversos medios; internet, comercios, personas conocidas, autocultivadores, clubes, etc. Otro 30% declara que se lo compartieron o regalaron amigos, familiares, conocidos, entre otros, donde no existió una transacción económica de por medio. Por último, se destaca la producción propia a través del autocultivo en 7,9% de los casos”, indica el informe.

Una publicación más reciente del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Católica del Uruguay, escrita por Rosario Queirolo, Belén Sotto y Eliana Álvarez y titulada Cannabis medicinal en Uruguay: estudio sobre la comunidad médica y los desafíos persistentes señala que “el mercado local de medicamentos en base a cannabis es limitado para ciertas condiciones médicas, poco diverso y costoso”. Además, plantea que “un desafío relevante es el creciente mercado desregulado de producción artesanal que, debido a las limitantes del mercado legal, gana terreno entre los pacientes, aunque no se trate de una producción estandarizada”.