El economista Daniel Larrosa, representante del Frente Amplio (FA) en el directorio de Antel, asumió el cargo el 2 de diciembre. Su evaluación de la actual gestión no es positiva: dice que la compañía cayó en un “parate”, que no tiene una estrategia definida y que se dedicó “casi un año entero a criticar a la gestión anterior”. Larrosa asegura que en 2020 Antel invirtió 40 millones de dólares menos que en 2019, opinó que las críticas de Gabriel Gurméndez al Antel Arena son “inconvenientes y negativas” y advirtió que se perciben señales de “enlentecimiento” en la participación de Antel en el mercado móvil, donde Claro y Movistar han aplicado “políticas muy agresivas, que rozan el dumping”, aprovechando la tendencia a la retracción de la empresa estatal. Según Larrosa, la portabilidad numérica que el gobierno pretende aplicar desde octubre beneficia a Claro y perjudica “directamente” a Antel. “Es aritmética básica, no hay otra lectura posible”, señala

El presidente de Antel, Gabriel Gurméndez, anunció que en 2021 habrá inversiones por 152 millones de dólares. ¿Qué significa ese monto en términos comparativos?

En los últimos años de la administración anterior anduvimos en esa cifra, de unos 150 millones de dólares. Antes habíamos tenido una inversión muy superior, del entorno de los 250 millones de dólares, mientras se construyó el Antel Arena y sobre todo durante el despliegue de la fibra óptica. Gurméndez anunció 152 millones para este año, pero en 2020 también anunciaron que no habría retracción de las inversiones. Sin embargo, nuestros números nos indican que en 2020 tuvimos una retracción muy importante de la inversión en Antel, unos 40 millones de dólares menos que en 2019.

El punto es que ellos incluyen en las inversiones el pago del espectro, que es algo que antes se ponía como transferencia del gobierno central. Y ponen esos 26 millones de dólares en el rubro para poder decir que las inversiones no bajaron. Pero si medís la inversión en fierros y en software, que es lo que necesitamos, la inversión en 2020 se redujo en 40 millones. Es un número público e incuestionable: sumando transferencia del gobierno central más inversiones, en 2019 se gastaron 260 millones, mientras que en 2020 pasamos a 220 millones. Esa diferencia de 40 millones es sólo atribuible a una menor inversión.

O sea que el pronóstico [de Gurméndez] de 152 millones en 2021 es algo que está por verse, porque en 2020 ya no fue así.

Hace unas semanas Sutel advirtió por una baja de la calidad del servicio. ¿Es posible que haya una relación entre eso y esta reducción de 40 millones de dólares en inversiones?

Claramente existe una relación entre el volumen de inversiones y la calidad del servicio, pero esa no es una relación directa y mecánica que pueda verse de un año al otro, entre otras cosas porque las inversiones duran varios años. Pero es indudable que si uno va reduciendo la inversión se van deteriorando las cosas y es más difícil cubrir las demandas de comunicaciones, que son algo creciente. Hay un riesgo de que eso termine deteriorando la performance del sistema.

¿Cuánto pesan los lineamientos de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) en esta retracción de las inversiones?

Las empresas públicas recibimos el instructivo de la OPP que implicaba la reducción abrupta de gastos e inversiones, y eso se está aplicando a rajatabla. Esta reducción de 40 millones de dólares claramente viene por ahí. Ahora anuncian que en Antel tendremos la inversión suficiente como para mantener el liderazgo en el mercado de telecomunicaciones, pero eso no ha pasado hasta ahora. ¿De qué hablamos cuando decimos inversiones? Básicamente de las radiobases para mejorar la cobertura, la colocación de la fibra óptica en los lugares donde todavía no llegó y de ampliar la cobertura a nivel nacional. O sea, todas cuestiones que tienen que ver con el acceso de la población a las telecomunicaciones.

¿Cómo se han parado los representantes del gobierno en el directorio de Antel y el Ministerio de Industria, Energía y Minería ante estos lineamientos de la OPP?

Entiendo que [en el gobierno] no hay matices y están todos alineados bajo esa premisa. Por otra parte, ellos afirman que este año no van a restringir las inversiones en Antel. Será algo que deberemos ir monitoreando…

Durante la campaña los partidos de la coalición fueron muy críticos con el Antel Arena. Esta semana Gurméndez, en una entrevista con En perspectiva, dijo que fue una inversión demasiado costosa y que difícilmente tenga un retorno. ¿Cómo toma esas expresiones?

Creo que hacer estas críticas desde la propia presidencia de Antel es algo muy negativo. El Antel Arena es un activo muy importante de la empresa, es una obra de infraestructura que va a redituar en lo económico y en lo social durante muchos años. Entonces que el presidente de la compañía salga a criticar uno de los mayores activos que tenemos, y que deberíamos potenciar, me parece que no es conveniente. Es importante recordar que también hay un conjunto muy importante de gerentes y funcionarios de Antel que participaron activamente en todo el proceso de construcción; sin embargo, se intenta instalar un relato de gente malvada que quiso malgastar plata del erario público. No me parece conveniente que algo así se sostenga desde la propia conducción de la empresa.

Más allá de esas declaraciones, ¿cómo evalúa estos primeros 11 meses de gestión?

Lamentablemente, ha sido casi un año de parate en la compañía. Antel tenía definidas líneas estratégicas, tenía un camino a seguir y un horizonte, pero lo que pasó, más allá del cambio de autoridades y los problemas para integrar el directorio, es que este fue un año en el que Antel quedó dormido. Esto puede jugar muy en contra de los intereses de la empresa, porque es un mercado muy competitivo, sobre todo en móvil. Y los demás siguen actuando con planes promocionales, tratando de avanzar y de pellizcar clientes de Antel. Había un rumbo definido, pero se lo trató de ningunear y no se ha intentado construir sobre la base de la infraestructura que ya tenemos. En lugar de eso, se optó por hacer un parate y sólo dedicarse a tirar piedras; el ejemplo más claro es el propio Antel Arena. Pero también pasó con el Data Center, que es otro proyecto enorme y de una infraestructura bestial; también se siembran dudas: que fue una estructura muy grande, que fue muy costoso. Se siembran dudas sobre todos los proyectos de las anteriores gestiones, en lugar de proyectar y construir por encima de eso. También fue clara la decisión de ponerle un freno a la generación y la producción de contenidos, que es clave para mantener la rentabilidad de cualquier empresa de telecomunicaciones en el futuro. Hoy viene cualquier gerente de Antel que maneje información de lo que sucede a nivel global y te lo va a decir: la tendencia mundial es no quedarse sólo con la fibra óptica y la telefonía móvil, las empresas que tienen la mayor tasa de crecimiento son las que trabajan sobre esa infraestructura. Acá, sin embargo, hace un año que le estamos dando para atrás a la generación de contenidos. Es imposible que una empresa como Antel subsista en el futuro sin volcarse a la producción, la comercialización y el empaquetado de contenidos, que es la forma de acceder a determinados mercados rentables. No es un invento nuestro, es lo que dice cualquier gerente de Antel que analiza lo que está pasando con las telecomunicaciones a nivel mundial.

La infraestructura está: tenemos el Data Center, el Antel Arena, los cables submarinos, que permiten una conectividad enorme, pero hay que desarrollar encima de eso. Todo eso debería formar parte de una estrategia, que hoy no tenemos. Y no la tenemos porque nos dedicamos un año entero a criticar la gestión anterior.

Recién decía que la competencia de Antel no se queda quieta y sigue actuando. ¿Hay algún dato concreto que refleje resultados de esos movimientos?

Todavía este efecto no se está percibiendo significativamente en los números. Todavía no. Pero evidentemente ha existido un enlentecimiento en la participación de Antel en el mercado móvil. ¿Por qué? Porque han existido políticas muy agresivas de Claro y Movistar para captar clientes, sobre todo de Claro. Aparecen promociones increíbles que, incluso siendo livianos, podríamos decir que rozan el dumping. Promociones de difícil sustento económico, que no sabemos cómo las hacen y que de alguna manera van haciendo mella. Al no existir una estrategia global de respuesta, debido a ese parate que recién comentaba, evidentemente los efectos se van a empezar a notar a partir de este año. Ojalá podamos revertirlo. Pero va a ser muy difícil si seguimos con este espíritu refundacional, como si acá antes no hubiera habido nada y como si el mundo hubiera arrancado en marzo de 2020. Ellos hablan de refundar la estrategia, yo comparto la parte de que por lo menos deberíamos tener una estrategia. Porque se habla de invertir 152 millones de dólares este año pero no tienen definida la estrategia; una cosa es tener aprobado ese monto y otra cosa es tener una estrategia de cómo gastarlo. En este espíritu refundacional se optó por cuestionar la estrategia que tenía Antel y la verdad es que la estrategia de Antel venía siendo muy buena, es algo que avalan todos los números. Uno ve los ingresos de Antel: 15% de telefonía fija, 45% de telefonía móvil y 40% de los datos fijos o la fibra óptica del hogar. La tendencia es que la telefonía fija viene cayendo (pasó de 60% a 15%), mientras que la móvil tuvo un pico en 2017, con un crecimiento espectacular en 2010-2015 de al menos 10% de participación de mercado. Y lo que uno escucha son las críticas a la inversión publicitaria. Bueno, pero los efectos de esa inversión publicitaria están en esos números, hay un resultado para mostrar: tenías 40% del mercado y cinco años después pasaste a tener 53%. O sea, la publicidad fue funcional a una estrategia para crecer en telefonía móvil.

¿Y en datos fijos cómo ha sido la evolución?

Antes de que la telefonía móvil se empezara a estancar, Antel ya había empezado las inversiones en datos fijos, que en apenas diez años pasaron de representar 20% a 40% de los ingresos. Ese porcentaje va a seguir creciendo, porque la tendencia es que la telefonía móvil seguirá cayendo. Por un lado hay una saturación: en Uruguay tenemos cinco millones de teléfonos móviles. Y además hay una baja de precios y las empresas recaudan menos. En definitiva, la estrategia desarrollada entre 2005 y 2020 dio frutos, porque los ingresos de Antel serían 40% menores si no hubiera desarrollado la fibra óptica, porque la telefonía fija y la móvil están cayendo a nivel mundial, y en Uruguay se comprueba.

El gobierno anunció que la portabilidad numérica se aplicará a partir de octubre. ¿La compañía Claro es una de las beneficiadas con este cambio que establece la ley de urgente consideración (LUC)?

Sí, eso es así. Es un análisis de aritmética básica. Claro tiene una participación chica, de 12% del mercado, según datos de la Ursec [Unidad Reguladora de Servicio de Comunicaciones]. Al ser la más pequeña en este mercado, tiene un margen de crecimiento mayor. El mercado está saturado y nadie crece incorporando nuevos usuarios, por eso la estrategia de Claro depende de la posibilidad de sumar usuarios que hoy están en otras compañías. Y la portabilidad numérica facilita el pasaje de una compañía a otra. Lo hemos visto en estos días: una cantidad de usuarios de Antel se han quejado porque los llaman desde Claro para ofrecerles miles de ventajas por pasarse con el mismo número; todavía no está instrumentado, pero ya lo están haciendo. Claro tiene todo para ganar con este cambio. Antel tiene la mitad de los clientes y Claro tiene 12%. Si aproximadamente, como dicen las encuestas, el 8% no está conforme con su empresa telefónica y estaría dispuesta a cambiarse, y esa gente se reparte en partes iguales entre todas las compañías… El 8% de Claro son pocas personas, pero el 8% de Antel son muchas, entonces la potencialidad de Claro para ganar clientes de Antel es mucho mayor que a la inversa. Antel tiene 50% del mercado; por lo tanto, debería captar a todos los desencantados de las otras compañías para quedar en cero, porque de cada 100 personas que tomen la opción de cambiarse, 50 van a ser de Antel. Entonces Antel va a tener que captar a las otras 50 para mínimamente quedar igual. La portabilidad es una política que siempre va a beneficiar al más chico, que es algo que se hace en otros mercados. Pero nosotros, en términos absolutos, somos mucho más chicos que Claro y Movistar, porque nosotros sólo participamos en este mercado. Regular así un mercado como el uruguayo, con una trasnacional que es mucho más grande que Antel y que tiene economía de escala, es una medida que mínimamente podríamos decir que es un tanto flechada. Además, nadie controla, por ejemplo, cuál es el sustento económico de las ofertas de Claro. ¿Se puede ofrecer un servicio de telefonía móvil 60% más barato? ¿Hay tanta diferencia? Eso no se regula, pero sí se decidió regular la portabilidad, que es algo en lo que seguro Antel tiene para perder.

¿Y qué pasa con el argumento de que se defiende el derecho de los usuarios de servicios de telefonía móvil para conservar su número?

En primer lugar, este cambio es algo que los países hicieron hace diez o 15 años y que hoy es inoportuno. Hablamos del derecho a conservar un número de teléfono cuando la gente cada vez habla menos por teléfono y por voz, el teléfono hoy se usa cada vez más por los datos. Las llamadas por Whatsapp captan actualmente 50% de las llamadas, lo cual también refleja que es un terreno que va en declive. Ahora con este cambio vamos a llamar a un 099 y capaz que estamos llamando a Claro, y en realidad, si no nos enteramos, nos termina saliendo más caro. Aunque se supone que van a poner un mensaje de voz de tres segundos para decirlo, y después van a hacer un pitido especial para cada compañía. O sea que vas a tener que deducir a qué compañía estás llamando de acuerdo a ese pitido. Encubiertamente te pueden estar cargando costos adicionales en tu llamada; por lo tanto, lo más seguro va a ser llamar siempre por Whatsapp, que seguro no te cobra nada. Por otra parte, hoy una agenda electrónica se actualiza sola, es algo que ya está solucionado técnicamente, o sea que cada vez tiende a tener menos valor el número. A pesar de todo esto, se avanzó con esta implementación mediante la LUC, que además tiene costos, porque se contratará como intermediario a un administrador de bases de datos [ver recuadro]. Y eso va a costar varios millones de dólares, que obviamente se van a terminar cargando en algunas de las tarifas.

Otra cosa: esa implementación al que le va a costar más plata es a Antel, porque no tiene implementada la portabilidad en su sistema interno y tiene que adecuarse a eso. Vamos a ser los únicos que le vamos a pagar al administrador de las bases de datos, porque las otras compañías ya tienen todo implementado a nivel internacional. En resumen: para el único que tiene costos es para Antel y además es algo del pasado, porque dentro de cinco años ya no va a tener ningún sentido mantener el número. La portabilidad numérica perjudica directamente a Antel, no hay otra lectura posible.

Las objeciones en el Tribunal de Cuentas

Para la instrumentación de la portabilidad numérica –que habilitará a los usuarios a cambiar de operador móvil sin perder el número– está prevista la contratación de una empresa que administrará la base de datos. En ese marco, la Ursec envió a mediados de diciembre una consulta al Tribunal de Cuentas vinculada a la “legitimidad y viabilidad del plan de acción” previsto en este llamado. Según informó el jueves el semanario Búsqueda, el 23 de diciembre el órgano de contralor avaló el procedimiento por mayoría. La resolución no fue votada por los tres representantes del FA en el Tribunal de Cuentas: Miguel Aumento, Diana Marcos y Enrique Cabrera, quienes cuestionaron, entre otras cosas, que los servicios jurídicos no tuvieron el tiempo suficiente para analizar el llamado. En su voto discorde, el ministro Aumento escribió que “no hay ninguna normativa vigente que permita el plan de acción propuesto” para instrumentar la portabilidad numérica.

Con el aval de la mayoría del Tribunal de Cuentas, el 4 de febrero se presentó la licitación y las ofertas se recibirán hasta el 10 de marzo. “En el llamado se pide como requisito que este administrador tenga experiencia a nivel internacional en Europa y en América. Es un llamado raro, porque restringe quiénes pueden venir a administrar la base de datos. De países asiáticos como Corea, China o Japón no pueden competir, sólo pueden competir los que están en Europa y América. Es algo raro y estaría bueno que se expliquen mejor las razones”, comentó Larrosa.

El representante del FA en Antel también cuestionó que en el directorio se haya avalado un plan de acción para la instrumentación de la portabilidad “sin ningún informe técnico de cuánto le va a costar a Antel o los riesgos que corre la compañía”. “A pesar de eso, el directorio de Antel avaló el procedimiento”, se quejó Larrosa, que quedó en minoría cuando se trató el tema.