Con su popularidad en caída, en los últimos días el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, criticó el aumento de los precios de los combustibles, designó un nuevo titular de Petrobras, acusó a los empleados de la empresa semiestatal de no trabajar lo suficiente y anunció que también tomará medidas en el área de la energía eléctrica.

Según un informe del instituto MDA divulgado el lunes, el porcentaje de brasileños que considera “malo” o “pésimo” el gobierno de Bolsonaro pasó de 27,2% en octubre a 35,5% en febrero, y el de quienes lo aprueban se redujo en ese lapso de 41% a 32,9%. También la aprobación personal del presidente, que aspira a competir por otro mandato en las elecciones del año que viene, bajó de 52% a 43,5% desde octubre, al tiempo que el rechazo creció de 43,2% a 51,4%, según el informe, difundido por la Confederación Nacional del Transporte.

El viernes Bolsonaro criticó las reiteradas subas en el precio de los combustibles, que generaron un conflicto en el sector de los camioneros. Durante el último año la nafta aumentó cerca de 35% y el diésel, 30%. En ese marco, Bolsonaro anunció que reemplazará al actual presidente de Petrobras, el economista Roberto Castello Branco, por el general de reserva del Ejército Joaquim Silva e Luna, que fue ministro de Defensa durante el gobierno de Michel Temer y ahora ocupa el cargo de titular por parte de Brasil de la hidroeléctrica binacional de Itaipú. La designación, que fue sorpresiva, debe ser aprobada por el Consejo de Administración que dirige la empresa estatal, que tiene previsto reunirse el martes. Si se confirma su nombramiento, Silva e Luna será el primer militar en ocupar ese cargo desde la dictadura.

El militar retirado Joaquim Silva e Luna, cuando era ministro de Defensa del gobierno de Michel Temer, en 2018.

El militar retirado Joaquim Silva e Luna, cuando era ministro de Defensa del gobierno de Michel Temer, en 2018.

Foto: Evaristo Sa, AFP

El presidente brasileño, además, acusó a Castello Branco de cobrar un sueldo alto para el trabajo que hace, y afirmó que “el ritmo de muchos trabajadores” de Petrobras bajó en los últimos tiempos. “Lo que no me falta es coraje para decidir pensando en el bien mayor de nuestra nación”, afirmó, y agregó: “Entiendo que tengo un deber que cumplir aquí, como cada uno tiene. Y no dejaré pasar esa oportunidad, debemos hacerlo todo por la patria”.

El presidente dijo el sábado que él, como gobernante, debe “cambiar las piezas que no estén funcionando”, y advirtió: “Si la prensa está preocupada con el cambio de ayer [en referencia al viernes], la semana que viene tendremos más”. Su discurso indica que también Eletrobras puede sufrir modificaciones: “Vamos a meter mano en la energía eléctrica, que es otro problema”, dijo.

El viernes, después del anuncio, las acciones de Petrobras cayeron en la Bolsa de San Pablo y en Wall Street, y la empresa perdió ese día unos 5.205 millones de dólares. En el comienzo de la semana la petrolera semiestatal abrió la jornada con una caída de casi 20% del valor de sus acciones, y bajaron también las de Eletrobras y las del Banco do Brasil. El índice Ibovespa comenzó el día con una caída de 4,81% y el dólar subió 2,51% respecto del real.

Según informaron el lunes el diario Globo y la agencia de noticias Reuters, Bolsonaro, que suele hacer anuncios frente a los simpatizantes que lo esperan fuera del Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial, les dijo que los combustibles “se gravan dos veces”, en “el precio en la refinería, en las estaciones de servicio, además del ICMS [Impuesto a la Circulación de Mercaderías y Servicios, que es estadual]”. “Si actuamos sobre eso, se reduce el precio del combustible en 10%, y varios organismos de gobierno no hacen nada. Básicamente, nadie hizo nada. Todo esto lo descubrí yo solo”, dijo.

El gobernante, que afirma que los impuestos federales sobre los combustibles no subieron, presentó días atrás una propuesta para que se modifique la aplicación del ICMS, en particular en las refinerías, algo que perjudicaría los ingresos de los gobiernos de los estados. Para Bolsonaro, algunas de las consecuencias de sus anuncios, como las pérdidas que sufrió la petrolera estatal en la bolsa, se deben a que “algunos” operadores económicos “están muy felices con la política de Petrobras”, que busca “atender los intereses particulares de algunos grupos en Brasil”.