El domingo un grupo de militantes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) fue atacado a balazos luego de participar en un acto en San Salvador, la capital salvadoreña. Como consecuencia del “atentado terrorista”, según calificó el FMLN en un comunicado, fallecieron los activistas Gloria Rogel de López y Juan de Dios Portillo Tejada, y otros tres resultaron heridos. El hecho ocurrió a pocas semanas de las elecciones legislativas, previstas para el 28 de febrero.

El FMLN denunció que el ataque es resultado “de la campaña de odio sostenido desde Casa Presidencial y el presidente [Nayib] Bukele” contra este partido y su militancia.

Por su parte, Bukele escribió en Twitter un mensaje que fue interpretado como una acusación al FMLN de haber realizado un autoatentado:

Según el diario digital El Faro, el camión llevaba unos 20 activistas del FMLN y estaba parado en un semáforo cuando desde un auto sedán azul comenzaron a tirarles agua. Posteriormente, cuando retomaron la marcha, el auto interceptó al camión, tres hombres descendieron y uno de ellos disparó directo a una pancarta que cubría el costado izquierdo del camión.

Erick Salguero, presidente del partido derechista Arena, condenó en Twitter “la violencia política”:

El lunes se anunció que hay tres detenidos por el ataque y, según la radio YSKL, la Fiscalía General de la República confirmó que son trabajadores asignados al Ministerio de Salud, uno de ellos integrante de la Policía Nacional Civil.

El ataque fue condenado por varios representantes diplomáticos, entre ellos el encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos en El Salvador, Brendan O’Brien, y por referentes de la sociedad civil como el sacerdote jesuita José María Tojeira:

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