La enviada especial de la ONU, Christine Schraner Burgener, informó que el miércoles al menos 38 personas murieron en Myanmar durante las protestas contra la junta militar que tomó el poder el 1º de febrero, violentamente reprimidas por las fuerzas de seguridad. “Hoy fue el día más sangriento desde que ocurrió el golpe”, dijo Schraner Burgener en una conferencia de prensa para repasar la situación en el país asiático. Las manifestaciones en rechazo del golpe militar continuaron el miércoles en todo el país, a pesar de la brutal represión policial, que sólo el domingo se había cobrado la vida de 20 manifestantes, la mayoría a causa de disparos de la Policía.

La funcionaria de la ONU, citada por la agencia de noticias Efe, dijo que además, en el marco de la violenta represión, hay aproximadamente 1.200 detenidos, de los cuales en muchos casos los familiares no tienen noticias. Según la diplomática, que dio una conferencia de prensa virtual desde Suiza, en los últimos días recibió numerosos mensajes de “gente muy desesperada a la espera de acciones de la comunidad internacional”. “¿Cómo podemos mirar esto por más tiempo?”, se preguntó la enviada de la ONU, quien pidió medidas contundentes contra el Ejército del país asiático, cuya capital es Rangún, epicentro de las protestas.

El Consejo de Seguridad de la ONU tiene previsto abordar el viernes, en una videoconferencia privada, la situación en el país, según hizo oficial el miércoles la presidencia de turno del órgano, que ocupa Estados Unidos. “Corresponde a los estados decidir qué medidas quieren tomar”, señaló Schraner Burgener, quien aseguró que advirtió en sus contactos con las autoridades militares de Myanmar de que es posible que el Consejo de Seguridad les imponga sanciones.

Según apuntó, la respuesta de sus interlocutores fue que están acostumbrados a este tipo de medidas y a contar con pocos apoyos internacionales.

El mes pasado, el Consejo de Seguridad había tratado de emergencia la crisis, pero no llegó a condenar el golpe debido a la oposición de Rusia y China, que tienen poder de veto, por lo que por ahora parece poco probable que el órgano vaya a tomar medidas contra los militares golpistas.