En un discurso de más de dos horas de duración ofrecido este lunes en el Congreso en el marco del inicio de un nuevo período legislativo, el presidente argentino, Alberto Fernández, abordó los temas más importantes de la realidad de su país y además hizo un fuerte anuncio: instruyó “para que se inicie una querella criminal para determinar quiénes fueron los autores de la mayor administración fraudulenta y malversación de caudales públicos de la historia”, en alusión a la toma de deuda entre 2015 y 2019, durante el gobierno de Mauricio Macri.
“Con firmeza y esfuerzo hemos logrado la renegociación de la tóxica deuda externa privada, lo que nos permitió el ahorro de 34.000 millones de dólares en diez años. Es imperioso que afirmemos nuestro compromiso de que nunca más se consiga un endeudamiento asfixiante a partir de la toma de préstamos irresponsables”, agregó al respecto Fernández, quien compareció ante los legisladores junto a la vicepresidenta y titular del Senado, Cristina Fernández, y al presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.
En su comparecencia el mandatario obviamente se refirió a la pandemia de coronavirus, a la campaña de vacunación, al crecimiento económico y también dedicó un largo párrafo a la oposición: “No llegué a la presidencia para ser sordo a las críticas bienintencionadas. Tampoco para dejarme aturdir por críticas maliciosas que responden a poderes económicos concentrados para profundizar las heridas que como sociedad cargamos. Es necesario que todos hagamos un análisis introspectivo para saber qué hicimos hasta acá para sobrellevar esta crisis. La pirotecnia verbal sólo nos aturde y nos confunde. Algunos sectores han lanzado petardos cargados de falacias”.
En otra parte de su discurso el presidente enumeró las medidas adoptadas para paliar los tremendos efectos que causó la pandemia en la economía del país y remarcó que gracias a estas políticas se evitó “que dos millones de personas no cayeran en la pobreza y cuatro millones, en la indigencia”.
Sobre el tema de las vacunas, Fernández detalló las negociaciones realizadas con diversos laboratorios y países para obtener en forma rápida los inmunizantes y destacó que, en diciembre, cuando comenzó a administrarse la Sputnik V, empezó “el mayor operativo de vacunación de la historia argentina”.
El presidente no dejó de hacer referencia al reciente episodio que terminó con la destitución del ministro de Salud Ginés González García. “Cuando fueron transgredidas las normas, aun cuando en lo personal me causaron mucho dolor, tomé las decisiones que me correspondían. Ningún gobierno de la Tierra se puede arrogar no cometer errores. Pero todo gobierno sensible debe corregir cualquier indicio de privilegio”, expresó al respecto.
En lo que es una constante en los discursos del presidente argentino, insistió una vez más con su idea de federalizar al país: “Un país central opulento que contrasta con un norte empobrecido y una Patagonia postergada no es un país justo”, dijo, y posteriormente se refirió a la reactivación económica, que afirmó que será la prioridad de su gobierno durante el presente año.
“Al inicio de nuestra gestión encontramos 70% de las obras paradas. Que cada familia tenga un techo sigue siendo un objetivo a cumplir. Nadie se salva solo. Es central redoblar esfuerzos para que el crecimiento le gane a la inflación. Creemos en el diálogo, pero eso no significa que el Estado resigne sus funciones. La creación de trabajo debe ser la principal política social que asumamos. Esta recuperación es un objetivo prioritario para 2021”, expresó el líder del Frente de Todos, que también habló sobre otro de sus objetivos durante su mandato: impulsar una reforma judicial.
“El Poder Judicial de la Nación está en crisis. Es el único poder que parece vivir en los márgenes del sistema republicano. Sus miembros –jueces, fiscales y defensores– tienen privilegios que no goza ningún otro miembro de la sociedad”, expresó Fernández, quien le pidió al Congreso “que asuma el rol de control cruzado sobre el Poder Judicial. Hace años que vengo advirtiendo sobre estos desvíos que no toman trascendencia pública. Vivimos tiempo de judicialización de la política y de politización de la Justicia. Asistimos a condenas instantáneas y procesos que afianzan el clima de impunidad”.