Cuestionado por sus aliados, la cúpula militar y los gobernadores, Jair Bolsonaro, dispuso una serie de cambios en su gabinete. Algunos respondieron a reclamos de sus socios de derecha en el Congreso, que exigían en particular la salida del canciller, Ernesto Araújo, que presentó este lunes su renuncia. A lo largo de su gestión Araújo generó tensiones con China y Estados Unidos, que según los dirigentes obstaculizaron el acceso de la población a las vacunas contra la covid-19, que ya dejó más de 300.000 muertos.
En cambio, en el caso del Ministerio de Defensa, varios medios brasileños explicaron la sorpresiva salida de Fernando Azevedo e Silva por la resistencia del ministro a ceder a presiones de Bolsonaro y a alinear a las Fuerzas Armadas con iniciativas autoritarias.
No está claro cómo se tramitó su apartamiento del cargo, pero Azevedo se despidió con una nota en la que dijo que durante su gestión había “preservado a las Fuerzas Armadas como instituciones del Estado”. El militar no tenía previsto dejar el ministerio, incluso había agendado actividades oficiales para los próximos días.
Carta Capital informó, citando como fuente a un general, que Bolsonaro había intentado interferir con las Fuerzas Armadas, y que en particular había querido decretar un estado de sitio, pero no contó con el respaldo de Azevedo. El 19 de marzo, recordó ese medio, Bolsonaro comparó el toque de queda dispuesto por algunos estados del país con un “estado de sitio”, y dijo que el gobierno federal y el Congreso podrían hacer lo mismo.
También el diario Folha de São Paulo informó que hubo quejas de militares en actividad cuando Bolsonaro dijo que “su” Ejército actuaría contra los cierres de actividad y circulación dispuestos por gobernadores, y que esa falta de apoyo molestó al presidente. El columnista de UOL Ricardo Kotscho dijo que esa fue la principal razón para la salida del ministro. Citando fuentes militares, Kotscho informó que “Bolsonaro quería que los militares presionaran al Congreso a aprobar un estado de excepción, que suspende garantías individuales y da plenos poderes al presidente”, en el marco de la pandemia de covid-19.
Ya fuera del cargo, Azevedo manifestó a integrantes del Supremo Tribunal Federal que no hay riesgo de politización de las Fuerzas Armadas y que estas no van a apoyar eventuales medidas autoritarias de Bolsonaro, informó Folha. Sin embargo, según las fuentes de Kotscho, el respaldo armado con el que cuenta el presidente es el de las policías militarizadas de los estados de Brasil. Su objetivo es que respondan a la presidencia y no a los gobernadores, con muchos de los cuales Bolsonaro está enfrentado.
Varios gobernadores emitieron este lunes una carta en la que “manifiestan su indignación frente a la creciente ola de agresiones y difusión de fake news que apuntan a crear inestabilidad institucional en los estados y en el país”. Agregan que “algunos agentes políticos divulgan mentiras sobre el dinero jamás enviado a los estados, fomentan tentativas de terminar mandatos y tratan de manipular a policías contra el orden democrático, entre otros absurdos”. La carta señala que en particular rechazan que sean “autoridades federales, incluso del Congreso Nacional, las que violan los principios de lealtad federativa”.
Los cambios en el gabinete incluyeron la designación del general Walter Souza Braga Netto como ministro de Defensa y del comisario de Policía Anderson Gustavo Torres como titular de Justicia. El anterior responsable de esa cartera, André Luiz de Almeida Mendonça, es el nuevo abogado general de la Unión, después de que el lunes renunciara José Levi, también por diferencias con el presidente. Levi se negó a firmar un recurso que Bolsonaro presentó ante el Supremo Tribunal Federal, que es la corte ante la cual la Abogacía General de la Unión defiende al Estado.
Como canciller fue nombrado Carlos Alberto Franco França; al frente de Casa Civil, Luiz Eduardo Ramos Baptista Pereira; y en la Secretaría de Gobierno de la Presidencia, Flávia Arruda.
En la noche de este lunes la cúpula militar se reunió a discutir estos cambios, en particular en el Ministerio de Defensa. De acuerdo con O Globo, los comandantes del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea evaluaban una renuncia conjunta.