Después de que trascendiera que en el Ministerio de Relaciones Exteriores se compraron diez “abrochadoras” por un valor de 4.058 dólares, la cartera anunció la apertura de una investigación administrativa “a efectos de esclarecer lo ocurrido”, así como para “determinar o descartar la existencia de actos o hechos irregulares o ilícitos” e “individualizar a los eventuales responsables”.

La compra fue publicada el 28 de enero por la Agencia Reguladora de Compras Estatales. Según el documento de autorización, cada engrampadora Stanley Bostitch B8 tiene un valor unitario sin impuestos de 332,70 dólares.

Un vocero de la cancillería dijo a la diaria que las abrochadoras no son las comunes que se encuentran en cualquier oficina, sino que se trata de abrochadoras eléctricas, que serán utilizadas para trámites especiales consulares.

La empresa proveedora de los artículos, La Casa de la Engrampadora, informó a la diaria vía correo electrónico, que la orden de compra de la cancillería correspondía a diez abrochadoras eléctricas Stanley Bostitch modelo B8 E-value, que se encuentra dentro del catálogo online de la empresa.

Según explicaron desde La Casa de la Engrampadora, el producto es una “máquina de accionamiento automático, para trabajo intenso y capaces de abrochar hasta 30 o incluso hasta 45 hojas por vez, dependiendo de la medida de broche con que se la alimente”. El precio de venta regular es de 450,94 dólares con impuestos incluidos, indicaron.

Almuerzo

El lunes, el diputado frenteamplista Gustavo Olmos denunció que la ARCE había registrado una compra por 30.000 pesos de un almuerzo “ofrecido a la Sra. ministra Azucena Arbeleche” por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores.

El canciller Francisco Bustillo envió una carta al director general para Asuntos Técnico Administrativos, Hugo Caussade, en la que aseguraba que el monto fue incluido por error como gasto protocolar, y que él asumiría el pago.