De visita oficial en China, el canciller de Rusia, Serguéi Lavrov, habló con medios locales sobre las relaciones entre Pekín y Moscú y el escenario político mundial en el que se desarrollan. Dijo que las dos partes buscan un orden internacional “justo y democrático que se rija por las interacciones entre los países”, y agregó que el vínculo bilateral “está libre de ataduras ideológicas, no está sujeto a oportunismos y no se dirige contra ningún país”.
Antes de reunirse con el canciller chino, Wang Yi, en la ciudad de Guilin, en el sureste del país, Lavrov cuestionó el papel que juega la Unión Europea (UE) en este escenario mundial, y también el rol de Estados Unidos. El ministro ruso se refirió a las sanciones internacionales contra Pekín y Moscú, y afirmó: “Se oye a las empresas europeas expresar su resentimiento porque están sufriendo pérdidas mientras que su nicho en el mercado ruso está siendo tomado por otros países, que se guían por sus intereses nacionales, por los intereses del desarrollo de sus economías y el apoyo empresarial más que por la lógica de castigar a alguien por cualquier cosa. Está mal castigar a alguien en la arena internacional actual, y es simplemente imprudente tratar de usar esta lógica con respecto a Rusia y China”.
Este lunes la UE aprobó sus primeras sanciones contra China desde la masacre de Tiananmen, en 1989, esta vez por abusos contra la población uigur, que habita mayoritariamente en la región de Sinkiang. El bloque europeo dispuso restricciones contra cuatro altos funcionarios a los que responsabiliza por violaciones a los derechos humanos, en particular por “las detenciones arbitrarias a gran escala y el trato degradante infligido a los uigures y personas de otras minorías étnicas musulmanas”. A su vez, semanas atrás, Estados Unidos y la UE ampliaron sus sanciones contra Rusia por el envenenamiento del líder opositor Alexei Navalny. En respuesta a las medidas tomadas contra sus funcionarios, China anunció sanciones para diez parlamentarios europeos, políticos e investigadores que no podrán ingresar a la nación asiática.
“En gran medida han olvidado cómo se realiza la diplomacia clásica”, dijo Lavrov. “La diplomacia implica la relación entre las personas; es la capacidad de escuchar a otros, tomar en consideración su punto de vista, encontrar un equilibrio de intereses”, agregó, según citó la agencia de noticias rusa Sputnik. “Estos son exactamente los valores que la Federación de Rusia y la República Popular de China están promoviendo en la diplomacia”, dijo el canciller.
A su entender, en el caso de Estados Unidos, la política de presionar con sanciones en lugar de promover la diplomacia comenzó en los tiempos del presidente Barack Obama, continuó en los de Donald Trump, y “ahora estamos viendo los mismos rasgos, mostrados por la nueva administración estadounidense”, con Joe Biden como presidente.
De acuerdo con Lavrov, tanto Pekín como Moscú buscan un orden internacional “justo y democrático que se rija por las interacciones entre los países”. Posteriormente aclaró: “El desarrollo de las relaciones entre China y Rusia no apunta a ningún otro país. No somos como otros países a los que les gusta armar camarillas donde se conspira tácitamente”.
Actualmente, dijo Lavrov, el mundo enfrenta “cambios complejos” con la “creciente influencia de los nuevos centros económicos, financieros y políticos” que “nos llevan a un sistema verdaderamente multipolar”. Cuestionó a Estados Unidos por “querer preservar a toda costa su dominio en la economía global y en la política internacional, imponiendo a todos y en todas partes su voluntad”. El ministro ruso se mostró partidario de impulsar la independencia tecnológica, el uso de monedas alternativas al dólar y otras medidas económicas que eviten la vulnerabilidad de los países ante eventuales sanciones estadounidenses.
Agregó que el impacto de esas sanciones es mayor en los países en desarrollo, y en particular en medio de una pandemia. Recordó que el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, y la titular de la oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, pidieron congelar esas sanciones, y que el presidente ruso, Vladimir Putin, pidió establecer corredores libres de sanciones. “Junto con China y un gran número de otros socios de ideas afines, planteamos este asunto en instancias internacionales, incluida la ONU”, dijo.
“Nos interesa ver nuestra arquitectura internacional como justa, democrática y estable, que proporcione estabilidad y se base en una amplia cooperación de los países y sus organizaciones integradoras, tal como lo hacemos en colaboración con nuestros amigos chinos desarrollando procesos de integración en Eurasia”, afirmó Lavrov.
Según recordó la agencia de noticias Efe, a comienzos de marzo el canciller chino se refirió a las relaciones de su país con Rusia y dijo que constituyen “un pilar para la paz mundial” y son “imperativas ante las actuales circunstancias”.