La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó el martes los resultados de un informe sobre covid-19 elaborado por un grupo de expertos de distintos países en conjunto con China, luego de 28 días en Wuhan. Del informe se desprenden algunas conclusiones. En primer lugar, hay fuerte evidencia que señala que el origen del traspaso del nuevo coronavirus a humanos provino de un animal, probablemente un murciélago, y que hubo un intermediario entre el quiróptero y el hombre. Si bien en un principio se mencionaba al pangolín como este posible intermediario, el reporte indica que “ninguno de los virus que se han identificado en estas especies es suficientemente similar al SARS-CoV-2 como para que sean sus progenitores directos”. En segundo lugar, es probable, aunque no tanto, que el virus haya llegado por medio de alimentos, incluso congelados. En tercer lugar, la teoría de una filtración de laboratorio es “extremadamente improbable”.
Este estudio no cayó bien en algunos gobiernos. El mismo martes se emitió un comunicado conjunto firmado por 13 países (Estados Unidos, Canadá, República Checa, Dinamarca, Israel, Japón, Estonia, Letonia, Lituania, Noruega, Corea del Sur, Eslovenia y Reino Unido) en el que manifiestan su “preocupación compartida” y el pedido de “trabajar juntos para el desarrollo y uso de un proceso rápido, eficaz, transparente, basado en la ciencia e independiente, que sea usado en las evaluaciones internacionales de este tipo de brotes en el futuro”.
Según los países que firmaron el comunicado, ninguno de los 17 científicos enviados por la OMS en China tuvo acceso a muestras “originales y completas” del virus. La misión fue “retrasada significativamente” y sólo se les proporcionaron informes elaborados anteriormente por expertos chinos. En este sentido señalaron que este tipo de misiones “deberían poder realizar su trabajo en condiciones que produzcan recomendaciones y hallazgos independientes y objetivos”, y algo que consideran que en este caso no se cumplió.
Respuesta desde Pekín
Tras el comunicado de los 13 países, el gobierno de China respondió. Liang Waniang, jefe del equipo de científicos que elaboraron la investigación del gobierno de ese país sobre el coronavirus, dijo que sus expertos proporcionaron “todos los datos disponibles” y que ahora “es el momento de que se siga estudiando el origen del virus en otras partes del mundo”.
Esto último también fue planteado por la OMS en su informe, que sugiere que el virus, cuyos primeros casos reportados eran de personas vinculadas con el mercado de Huanan, pudo haber llegado en alimentos desde otros países por medio de granjas de vida silvestre que abastecen a ese lugar.
Cuando se produjo el primer brote, el mercado era abastecido por 20 países, incluyendo algunos donde se reportaron casos de SARS-CoV-2 anteriores a diciembre de 2019.
Liang Waniang también planteó que una nueva visita de la OMS a China dependerá “de las recomendaciones de las investigaciones y sus planes específicos”, aunque aseguró que el papel de China en la investigación ya terminó, y reiteró que ahora se debería continuar la investigación en otros países.
Antes de Wuhan
Según el informe de la OMS, es posible que el virus circulara durante varias semanas antes de que comenzaran a descubrirse los brotes en humanos. Esto se produjo tras analizar muestras provenientes de otros países tomadas antes del primer brote en Wuhan.
Los expertos plantearon que se deberían llevar a cabo pruebas en vida silvestre y ganado de China y el sudeste asiático, más estudios sobre los primeros casos de covid-19 y ampliar el rastreo en las cadenas de suministro desde las granjas hasta los mercados ubicados en Wuhan.
Se tomaron “más de 80.000 muestras de animales silvestres, ganado y aves de corral” en 31 provincias de China y “no hubo resultados que pudiesen identificarse con el nuevo coronavirus”, plantea el informe de la organización.
La teoría del laboratorio
El planteo de una posible filtración del nuevo coronavirus por medio de un laboratorio chino fue ampliamente difundida por grupos conspiracionistas como QAnon y por el expresidente de Estados Unidos Donald Trump. Esta teoría se basa en dos cosas que no están relacionadas entre sí: que en Wuhan se encuentra el Instituto de Virología de Wuhan, que alberga 1.500 variedades de virus, y las críticas al secretismo con el que el gobierno chino se manejó cuando comenzaron los brotes en esa región.
Sin embargo, no se han registrado antecedentes de fallas de seguridad en un instituto que maneja virus patógenos de clases P3 y P4, las más altas, y el secretismo es una marca registrada de China en todos los ámbitos. Trump tampoco aportó evidencias para sostener su teoría.
El informe recomendó dejar de investigar en esa dirección. También descartó, a partir del análisis del genoma del virus, la posibilidad de que el SARS-CoV-2 fuera fabricado en un laboratorio.