La oposición chilena pidió que se cumpla con ciertas condiciones para acompañar el proyecto de posponer las elecciones municipales, regionales y constituyentes, que presentará al Parlamento el presidente Sebastián Piñera. Debido a que la crisis sanitaria se agravó en Chile, Piñera propuso postergar para el 15 y 16 de mayo esas votaciones, que estaban previstas para el 10 y 11 de abril. “Esta ha sido una decisión muy difícil, pero debemos tomarla y tenemos la plena convicción de que es lo mejor para Chile y los chilenos”, afirmó el gobernante.

Para que el cambio de fecha se oficialice es necesario que el Parlamento lo apruebe. Mientras que el oficialismo apoya esta iniciativa, la oposición reclama que no se tome de manera aislada sino que también se tomen otras medidas para frenar el aumento de casos de la pandemia de covid-19, como el cierre de fronteras y la creación de una renta básica universal que haga posible que la población mantenga las cuarentenas que hoy se aplican para 70% de los ciudadanos.

La presidenta del Senado, Yasna Provoste, del Partido Demócrata Cristiano, se reunió este lunes con otros legisladores y dirigentes políticos para discutir esta propuesta, y dijo que el respaldo al proyecto dependerá de que el gobierno tome ese tipo de medidas adicionales. De lo contrario, “en cinco semanas tendremos una situación igual o peor”, dijo. Agregó que sólo la postergación de los comicios “no es suficiente”, y se requiere “mejorar las condiciones de ayudas a la comunidad”. Para el presidente del Partido por la Democracia (PPD), Heraldo Muñoz, es “de sentido común la postergación de las elecciones”, pero lo es siempre y cuando esta medida sea acompañada por otras.

Según informó el medio chileno El Mostrador, Piñera tomó la decisión de presentar esta propuesta sin ningún entusiasmo, pero tuvo que hacerlo presionado por distintos expertos que la recomendaron debido al aumento de los contagios. Otra propuesta de expertos consiste en agregar un día más de votación y franjas horarias que ayuden a regular la afluencia de votantes. El líder del PPD también defendió esta propuesta.

Otro dirigente de ese partido opositor, Ricardo Lagos Weber, dijo que “la decisión de aplazar las elecciones ya está semitomada”, y agregó: “Si la gente no va a votar porque tiene susto, se puede deslegitimar el proceso. Si el gobierno está tan preocupado de cuidarlo, que lo cuide en serio, de manera integral”. Negó que exigir medidas en este sentido sea “un chantaje”, como han dicho figuras del oficialismo, entre ellas el vocero del gobierno, Jaime Bellolio. Para Lagos Weber, si “el gobierno aplicó cuarentena a 70% de la población”, debe tomar “medidas reales, como fiscalización e incentivos para que se haga cuarentena”.

También Beatriz Sánchez, excandidata a la presidencia por el Frente Amplio chileno, dijo en Twitter que “el cambio de fecha por sí solo no basta” y que “la postergación debe ir acompañada de una cuarentena real y ayuda inmediata y sin trabas a todo quien lo necesite”. En la misma línea, Gabriel Boric, de Convergencia Social, reclamó apoyo estatal a la población más afectada por el cierre de la actividad. “La cuarentena no puede ser un privilegio sólo para quien puede pagarla, y eso significa una entrega de recursos del Estado para quienes más lo necesitan”, dijo.

Una comisión de la Cámara de Diputados recibió este lunes a autoridades sanitarias, autoridades electorales y expertos en esas dos áreas para conocer sus opiniones sobre la propuesta del gobierno. “Para este 10 y 11 de abril, no hay condiciones seguras no sólo para las elecciones sino para realizar ninguna actividad que no sea esencial”, dijo allí la presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches, según informó la agencia de noticias Efe. Sin embargo, agregó que no se puede asegurar que esa situación cambie para el 15 y 16 de mayo. A su entender, se necesitan medidas restrictivas más duras y trabajar en la trazabilidad de los contagios.

Aunque en Chile avanza la vacunación, con 300.000 dosis aplicadas por día, y ya alcanzó a 6,4 millones de personas, también crecen los contagios, que el lunes llegaron a 7.000 por quinto día consecutivo.