El tema del fin de semana en los ámbitos políticos y académicos giró en torno a la Agencia Nacional de Innovación e Investigación (ANII), luego de conocerse el Programa Operativo para 2021 que recorta lo destinado para programas de investigación, formación de investigadores y acceso a literatura científica. Tras el reclamo de parte de la comunidad científica, la Universidad de la República (Udelar) y la oposición por esto, el ministro de Educación y Cultura, Pablo Da Silveira, salió a justificar la medida pero sus declaraciones estuvieron lejos de calmar los ánimos.
“Hubo una verdadera fiesta en 2019, financiando proyectos muy por encima de los promedios históricos”, dijo Da Silveira a El Observador, y agregó que el gobierno “lo que está haciendo es ordenar la casa”, porque recibió “una ANII desfinanciada”.
El rector de la Udelar, Rodrigo Arim, dijo a la diaria que le “preocupa” el uso de expresiones “que no ayudan a la discusión democrática, como calificar de fiesta a la situación de la ANII”. Sostuvo que el ministro, con ese término, pudo haberse referido “a un exceso de gasto”, cuando “Uruguay sigue gastando muy poco en ciencia y tecnología, de modo que difícilmente podemos calificarlo así”; o a que se ejecutaron “programas que no son deseables, lo que es una perspectiva válida, pero sería importante aportar esas evaluaciones y que sean públicas, y a partir de eso hacer un proceso de ajuste”.
Los dichos del ministro fueron en respuesta al reclamo de distintos investigadores ‒entre ellos Gonzalo Moratorio, virólogo del Institut Pasteur, distinguido en 2020 por la revista Nature por sus aportes a la ciencia‒ y a una resolución del Consejo Directivo Central (CDC) de la Udelar, que planteó que el plan de la ANII “recorta significativamente los fondos asignados a diversos programas”.
En diálogo con la diaria, Fernando Brum, quien presidió la ANII entre 2015 y 2020, dijo que las declaraciones de Da Silveira demuestran “un profundo desconocimiento de los instrumentos” de apoyo de la agencia estatal, porque en 2018 y 2019 se financiaron cosas distintas y es un “profundo error” comparar los montos. “Esperemos que se vaya el humo y veamos cuánto se invertía antes en innovación e investigación y cuánto se invertirá ahora. Ese es el número que vale”, subrayó.
Según expresó el CDC de la Udelar en función del plan operativo que divulgó la ANII, los programas dirigidos a la investigación científica contaron con 17,44 millones de dólares en 2019 y tendrán 9,81 millones de dólares en 2019, 43,7% menos. Para la formación de investigadores ‒incluyendo becas de posgrado‒ se pasó de 5,6 millones a 3,9 millones de dólares, una retracción de fondos de 30,3%; mientras que lo destinado al portal Timbó, que permite el acceso a literatura científica de todo el mundo, varió de 2,05 millones de dólares a un millón en 2021, 51,3% menos.
El presidente de la ANII, Flavio Caiafa, se comunicó con el rector de la Udelar y habrá una reunión el martes. “Hay que buscar la manera de llegar a un espacio de discusión razonable sobre las asignaciones presupuestales y sus objetivos. Discontinuar instrumentos sin evaluación clara y sin diálogo con los actores es complejo”, dijo Arim de cara al encuentro.
Respecto al portal Timbó, Da Silveira expresó que “hoy está asegurado 75% de las revistas a las que se venía accediendo” a través del Timbó, y que 25% está bajo revisión, porque “el objetivo es reducir suscripciones que no están teniendo uso y pagan los contribuyentes”. Sin embargo, Arim apuntó que “hay algunas disciplinas para las que desaparecieron prácticamente todas las publicaciones que están disponibles”.
“Se cortan programas muy importantes: en primer lugar, Timbó, que es un bien público apreciado e importante para la comunidad universitaria. Se trata de un ajuste sin consulta previa con los actores que son usuarios directos. Inclusive bajo la hipótesis de revisar contratos internacionales de Uruguay, esto tiene que ser en consulta con los actores directos, con los que producen y utilizan esas herramientas”, sostuvo Arim.
Asimismo, el rector de la Udelar advirtió que Uruguay “prácticamente” se queda “sin instrumentos para tener posdoctorados operativos en el país”, algo que era “muy relevante para atraer masa crítica del mundo”. “El otro programa [que se corta], también muy importante, es el de equipamiento científico. ANII apoyaba a instituciones públicas y privadas en equipamiento complejo”, ejemplificó.
“Siempre hubo financiación para los compromisos asumidos”
Brum explicó que el ministro habla de un crecimiento en los proyectos y montos financiados en 2019 respecto de 2018, lo que es “un profundo error”, porque aunque se trate de los mismos programas de apoyo ‒el Fondo Clemente Estable y el Fondo María Viñas‒ en un año se convoca “a investigadores que se están iniciando” y al siguiente a “investigadores consolidados”. Por eso, sostuvo: “En uno de los años los proyectos son más pequeños y en el otro más grandes. Son distintos llamados. Históricamente era un llamado competitivo, pero se vio que se comparaban proyectos de investigación consolidados con otros en iniciación, lo que no era bueno y hace muchos años se cambió” el método para aplicar.
Asimismo, Brum sostuvo que hasta que dejó el cargo en abril de 2020 “la ANII no dejó en ningún momento de cumplir con ninguno de los contratos” asumidos, por lo que no es correcto “hablar de que está desfinanciada, siembre hubo financiación para los compromisos asumidos”. Da Silveira declaró a El Observador que, para cumplir los compromisos asumidos por el anterior directorio de la agencia, había que “prácticamente duplicar el presupuesto y no había ninguna previsión de que se fuera a cumplir en ninguna parte”.
“También me parece muy fuerte hablar de que la agencia era deficitaria. Lo es por diseño, es una agencia de promoción de la innovación y la investigación, es como si le preguntara al ministro si el MEC [Ministerio de Educación y Cultura] es deficitario. Desde el día uno la ANII dependió de los fondos públicos”, añadió el extitular de la ANII. Además, dijo que todos los proyectos que apoya la ANII pasaron por una comisión de evaluación independiente, que incluso fue integrada por Da Silveira en algunos casos.