La decisión de Angela Merkel de no volver a postularse al cargo de canciller de Alemania abrió paso a una sucesión en etapas dentro de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU, por sus siglas en alemán). Primero se definió el liderazgo partidario, que quedó en manos de Armin Laschet en enero. Esa victoria dejó al dirigente, quien es ministro presidente del estado federal de Renania del Norte-Westfalia, al borde de alcanzar la candidatura a la cancillería. Sin embargo, surgió otro liderazgo que le hizo competencia, el del político bávaro Markus Söder, representante del ala derecha de los conservadores alemanes y titular de la Unión Cristianosocial (CSU, por sus siglas en alemán), el partido equivalente a la CDU en Baviera. Las dos organizaciones conforman un mismo bloque político.
Hasta este martes, Söder aspiraba a la candidatura, pero la CDU, que representa a un mayor número de votantes y territorios, le dio su respaldo a Laschet, y el dirigente de Baviera decidió abandonar la competencia. Los dirigentes sumaron 31 votos para Laschet, nueve para Söder y seis abstenciones, informó Deutsche Welle.
“La suerte está echada. Armin Laschet es el candidato a canciller de la Unión”, dijo Söder. “Lo respaldaremos con todas las fuerzas y sin resentimiento”, agregó. “No queremos una división, sino unidad total”, agregó, y manifestó: “Desde Baviera haremos nuestro aporte al éxito colectivo”.
Sin embargo, según informó la agencia Efe, Söder destacó que varios dirigentes de la CDU, entre ellos “muchos diputados”, tuvieron la “valentía” de desoír el mandato partidario y darle su apoyo. En particular, se había ganado el respaldo de integrantes de la juventud del partido, la Junge Union.
Söder, que está al frente del gobierno regional de Baviera, creció en popularidad apoyado en la gestión de su ejecutivo frente a la pandemia de covid-19, y su mejor desempeño en las encuestas de intención de voto impulsó su candidatura dentro del partido. Particularmente en momentos en que las encuestas de intención de voto para el 26 de setiembre muestran que la CDU tiene un competidor fuerte en Los Verdes, con Annalena Baerbock como candidata. Los Verdes les pisan los talones a los conservadores, a 5 puntos porcentuales de distancia (con 22% frente a 27% de la CDU).
Pero finalmente en la interna conservadora ganó Laschet, el dirigente que representa mejor la postura de la mayoría del partido, aunque no tenga el mejor desempeño en las encuestas. El secretario general de la CSU, Markus Blume, dijo: “Söder era claramente el candidato de los corazones. Pero en la democracia, y especialmente en la democracia interna, se decide de otra forma. Respetamos la decisión [de dar un paso al costado] y por eso Laschet es el candidato a canciller de la Unión”.
De este modo, quedó al frente de la CDU un candidato más parecido a Merkel, un dirigente centrista dentro del espectro del partido y capaz de promover consensos. “Con el fin del mandato de Merkel se abren nuevos tiempos. Y nuestra tarea será organizarlos”, dijo Laschet, según citó Efe.
El candidato y la canciller tuvieron desencuentros recientes. Uno de estos se debió a las políticas frente a la pandemia: mientras Merkel se inclinaba a dar marcha atrás a cierta relajación de las medidas para reducir la movilidad, Laschet no estaba de acuerdo. Por otra parte, el dirigente cuestionó que durante los últimos años Alemania no haya acelerado la digitalización o la reducción de la burocracia, y afirmó que esto quedó en evidencia con la pandemia.
Este martes, en sus primeras declaraciones desde su proclamación como candidato, Laschet cuestionó el populismo y marcó su postura europeísta. También reafirmó el rechazo de la CDU a cualquier alianza política con la ultraderecha, tanto en el gobierno alemán como en ejecutivos regionales. “Con la Alternativa para Alemania [AfD] no habrá ni negociaciones ni cooperación ni coalición”, dijo al canal estatal ZDF. No puede haber “ningún acercamiento” con un partido que atenta “contra nuestros valores”, agregó, según citó Efe. Esta definición ya había sido tomada en los últimos congresos de la CDU, en los que se aprobó una cláusula contra cualquier colaboración política con la AfD.
Sin embargo, esa cláusula no se respetó en Turingia, el año pasado, cuando la CDU y la AfD apoyaron a un líder liberal para que gobernara el Ejecutivo regional. En ese caso, Merkel ordenó dar marcha atrás y retirar ese apoyo. La decisión llevó a una serie de renuncias en su partido, entre ellas la de Annegret Kramp-Karrenbauer, la dirigente que se encaminaba a reemplazar a la canciller como líder de la CDU, y que probablemente hubiera sido la candidata en lugar de Laschet.