La politización y judicialización de las clases presenciales en las escuelas de la ciudad de Buenos Aires está pautando por estas horas el debate en Argentina.
Este lunes algunas escuelas de la capital argentina abrieron sus puertas y otras no, en medio de un clima totalmente radicalizado, en el que el combate a la pandemia de coronavirus excedió largamente la política sanitaria y se manifiesta en acciones político partidarias, dejando más que en evidencia la persistencia de la grieta existente entre el oficialismo y la oposición.
La olla comenzó a calentarse el miércoles, día en el que el presidente Alberto Fernández comunicó las nuevas medidas tendientes a frenar el avance de la pandemia, que de acuerdo a los últimos datos del Ministerio de Salud costó en las últimas 24 horas la vida de 248 personas en territorio argentino. Entre las disposiciones decretadas por el Ejecutivo de Fernández estaba la realización de clases en todos los niveles educativos en forma virtual entre el 19 y el 30 de abril en el Área Metropolitana de Buenos Aires.
La medida no fue acatada por el gobierno de la ciudad de Buenos Aires que encabeza el macrista Horacio Rodríguez Larreta, que presentó un recurso de amparo que el domingo fue avalado por la Justicia. Esto generó un cruce de acusaciones y también de acciones.
En la noche del domingo, pocos minutos después de conocida la decisión judicial en favor de la postura del gobierno porteño, gremios docentes dispusieron la realización de un paro y a la vez la abogada Valeria Carreras presentó una denuncia contra Rodríguez Larreta, la asesora general tutelar de la ciudad Carolina Stanley y la titular del partido PRO, Patricia Bullrich, por atentado a la salud pública y sedición por no acatar el decreto presidencial.
Así, este lunes el paro determinado por las gremiales docentes tuvo un alto acatamiento en las instituciones públicas y bastante dispar en las entidades educativas privadas, de acuerdo a lo que informó la agencia Télam.
Paralelamente, la Corte Suprema de Justicia, por cuatro votos favorables y uno en contra, se declaró competente en el caso y le dio al Ejecutivo cinco días para responder los argumentos presentados por el gobierno porteño para que sí se desarrollen clases presenciales en la ciudad de Buenos Aires.
La dura y audaz jugada de Rodríguez Larreta fue aludida este lunes por el presidente Fernández, quien durante un acto celebrado en el Museo del Bicentenario en el que se anunciaron obras de infraestructura para combatir la pandemia, expresó: “No hagamos política con la pandemia, estamos condenando a argentinos y argentinas. Que se carguen en su conciencia los que actúan de ese modo”.
“Hemos aprendido que el contagio tiene que ver con la cantidad de gente que circula”, agregó el mandatario, quien, sin nombrarlo, se refirió a las acciones llevadas adelante por el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires durante la pandemia. Si preocupa la educación, “hay que cuidar a los educadores”, afirmó Fernández, quien dijo también que en “la ciudad de Buenos Aires sólo vacunó al 14% del personal de educación, está penúltima en el país”, dijo. Y agregó: “Vamos a seguir trabajando para conseguir vacunas que muchos utilizan de manera singular”, expresó el mandatario, de acuerdo a lo que consignó Página/12.
Por su parte, el expresidente Mauricio Macri dio su visión sobre el tema en una serie de mensajes publicados en su cuenta de Twitter. “Felicitaciones a los padres que se organizaron para mantener la educación y a la Justicia que actuó en defensa de la Constitución de la ciudad e hizo cumplir la ley como corresponde”, escribió el exmandatario, quien posteriormente agregó: “Quiero felicitar también al gobierno de la ciudad que, con datos científicos y decisión, defendió la educación. Al mismo tiempo, no puedo dejar de lamentar la actitud y los exabruptos de las autoridades de la Provincia de Buenos Aires y la de los gremios docentes que hacen un uso político de la situación y actúan en contra de los alumnos por los que dicen trabajar”.