Sin un final cercano a la vista, las presiones de la comunidad internacional están aumentando para poder detener el conflicto bélico que Israel y la organización palestina Hamas, que gobierna en la Franja de Gaza, están teniendo desde hace una semana.
Las acciones de estos días son las peores desde el estallido de 2014, que se prolongó durante casi 50 días y terminó con una incursión por tierra de las fuerzas israelíes sobre el territorio de Gaza.
En esta ocasión, si bien el Ejército israelí comunicó a través de vías oficiales que iba a comenzar una acción por tierra, esto finalmente no se produjo, pero lo que no cesaron fueron los bombardeos aéreos.
El domingo autoridades palestinas informaron sobre el ataque más mortífero efectuado por los israelíes sobre Gaza. Cerca de 25 personas perdieron la vida luego de que tres edificios fueran impactados por el fuego israelí, con lo que el total de víctimas desde que comenzó el conflicto es de 192, de acuerdo a lo que informaron fuentes sanitarias palestinas, y más de mil resultaron heridas. Desde Gaza el lanzamiento de misiles contra diversas ciudades y localidades de Israel no cesó en estos días. Según autoridades israelíes, diez personas murieron hasta el momento a causa de estos ataques, y los heridos de diversa entidad son centenares.
Mientras los enfrentamientos entre civiles judíos y árabes que se dieron la semana pasada en varias ciudades israelíes vienen amainando, surgieron focos de violencia en algunos puntos de Cisjordania, territorio palestino donde está localizado el gobierno de la Autoridad Palestina que encabeza Mahmud Abbas, líder de la organización Al-Fatah.
En estos días trascendió que el presidente estadounidense, Joe Biden, se comunicó con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y también con Abbas, pero además hay en Tel Aviv en este momento representantes de la Casa Blanca y también del gobierno egipcio, un mediador reconocido por ambas partes.
Según informó The New York Times, en su diálogo con Netanyahu, Biden, si bien reconoció el derecho de Israel a defenderse de los ataques lanzados por Hamas, instó al líder del Likud a proteger a los civiles y periodistas de las incursiones de su ejército.
Por su parte, el domingo Netanyahu, en declaraciones realizadas a la cadena estadounidense CBS, expresó que por el momento no vislumbra como cercano un cese al fuego. “Haremos lo que sea necesario para restablecer el orden y la tranquilidad”, dijo el líder derechista israelí, de 71 años de edad, quien agregó que, a su criterio, dicha tarea “llevará algún tiempo”. Cuestionado acerca de las víctimas civiles que los ataques israelíes están generando en territorio gazatí, Netanyahu reiteró el argumento de que Hamas suele utilizar a la población como escudo humano, ubicando sus instalaciones militares y oficinas estratégicas en medio de lugares habitados por civiles.
Por su parte Moussa Abu Marzouk, una de las figuras políticas más importante de Hamas, dijo en declaraciones a la radio pública israelí Kan que “si Israel no quiere detenerse, nosotros tampoco lo haremos”.
En diálogo con la misma emisora, el general a cargo del Comando Sur de Israel, Eliezer Toledano, remarcó que “es importante que sigamos agotando la campaña en la que hemos entrado y profundizando el daño que se está causando a Hamas”.
Volviendo al punto de las gestiones internacionales para detener el conflicto, se informó que el domingo el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reunió para discutir la situación.
De acuerdo a lo que informaron agencias internacionales, el secretario general de la entidad, el portugués Antonio Guterres, fue el primero de casi 25 oradores en la agenda de la reunión. “Esta última ronda de violencia solo perpetúa los ciclos de muerte, destrucción y desesperación, y empuja más hacia el horizonte cualquier esperanza de coexistencia y paz”, dijo Guterres. “La lucha debe terminar. Debe detenerse de inmediato”, afirmó el jerarca lusitano.
Diplomáticos palestinos e israelíes utilizaron la reunión como un foro de alto nivel en que quedaron expuestas las posiciones divergentes de ambos bandos, no dando señal de algún atisbo de solución del problema de fondo que se remonta a los años cuarenta del siglo pasado.
Durante su participación, Riad Al Maliki, ministro de Relaciones Exteriores de la Autoridad Palestina, atacó implícitamente la posición de Estados Unidos y otras potencias mundiales que defendieron el derecho de Israel a protegerse de los ataques con misiles de Hamas, afirmando que dichos argumentos generan que Israel esté “más envalentonado para seguir asesinando a familias enteras mientras duermen”.