Una nueva jornada de sangre y fuego se vivió este miércoles en la Franja de Gaza y en numerosas ciudades israelíes. Las incursiones aéreas israelíes continuaron sobre el enclave costero palestino con funestas consecuencias. De acuerdo a información dada a conocer por el Ministerio de Salud palestino, desde el lunes 56 personas, entre ellas 14 niños, murieron en el marco de los ataques israelíes sobre Gaza, en tanto que más de 300 resultaron heridas. Mientras tanto, numerosas ciudades israelíes, como Ashkelon, Dimona, Ashdod, Netivot, entre otras, fueron alcanzadas por misiles lanzados por Hamas desde territorio gazatí. Uno de los ataques más fuertes tuvo lugar sobre la ciudad de Sderot, a menos de un kilómetro de Gaza, donde un niño de seis años resultó herido de gravedad.

Las acciones bélicas, las peores desde 2014, parecen estar lejos de terminar a corto plazo. Medios israelíes informaron que durante la reunión del gabinete de seguridad realizada en la noche de este miércoles, los ministros aprobaron la escalada de ataques contra objetivos en Gaza de acuerdo con el plan presentado por el ministro de Defensa, Benny Gantz. Israel no detendrá su operación militar en Gaza hasta que se logre una “calma total”, dijo Gantz, en medio de los pedidos internacionales de cese del fuego, temiendo que el conflicto degenere en una guerra a gran escala.

El Ejército israelí informó que en una serie de ataques mató a cuatro altos comandantes de Hamas, entre ellos Bassem Issa, además de a una docena de miembros de la organización islamista. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reivindicó la acción. “Eliminamos a altos comandantes de Hamas y esto es sólo el comienzo. Les daremos golpes con los que ni siquiera podrían soñar”, expresó en forma desafiante.

Por su parte, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, dijo en la noche del miércoles que su gobierno hará todo lo posible para defender al pueblo palestino y evitar que la ocupación y los colonos dañen los lugares santos y el resto de los territorios palestinos.

Según informó la agencia palestina de noticias WAFA, en el comienzo de la sesión de su gabinete celebrada en la ciudad de Ramala, en Cisjordania, Abbas dijo que “la agresión continua contra el pueblo palestino en todas partes, incluida la Franja de Gaza, superó todos los límites, con un total desprecio por todas las normas y pactos internacionales, lo que nos pone frente a elecciones muy difíciles impuestas por el deber nacional en defensa de los lugares santos, los derechos y las personas”. “Jerusalén es una línea roja. Es el corazón y el alma de Palestina y su capital eterna. No habrá paz, seguridad ni estabilidad hasta que sea liberada”, expresó Abbas.

Pero además de los bombardeos sobre Gaza y de los ataques de Hamas sobre Israel, en estas horas se están registrando graves incidentes callejeros en muchas ciudades de Israel en las que habitualmente conviven judíos y musulmanes.

Uno de los principales puntos de esta escalada de violencia civil fue la ciudad de Lod, ubicada en el centro de Israel. Según informó el diario israelí Haaretz, ciudadanos árabes israelíes atacaron sinagogas de la ciudad y los judíos apedrearon autos y casas de musulmanes. La situación se agravó a tal punto que el gobierno decidió intervenir. Netanyahu declaró el estado de emergencia y el toque de queda en la ciudad, a la que visitó en la noche del martes junto con el ministro de Seguridad Pública, Amir Ohana. Este último dijo que, si de él dependiera, dejaría en libertad a un ciudadano judío que fue detenido luego de haber asesinado de un balazo a un joven árabe israelí, que en el marco de los incidentes estaba prendiendo fuego un contenedor de basura.

También se registraron incidentes en muchas otras ciudades israelíes. En Bat Yam, localidad situada en el sur de la periferia de Tel Aviv, se reportó que grupos judíos de extrema derecha atentaron contra comercios pertenecientes a ciudadanos árabes. Lo mismo sucedió en Haifa, una ciudad que se caracteriza por la buena convivencia entre judíos y musulmanes, pero en este caso los actos vandálicos habrían sido protagonizados por militantes judíos ultraderechistas provenientes de localidades cercanas. No lejos de Haifa, en Acre, la prensa israelí informó que un ciudadano judío fue asesinado por un grupo de árabes.

A esta situación se refirió Netanyahu en declaraciones públicas entrada la noche del miércoles. “Lo que viene sucediendo en las ciudades de Israel en los últimos días es intolerable. Vemos a los alborotadores árabes incendiar sinagogas y autos, chocar con policías y herir a civiles inocentes”, dijo el mandatario, quien agregó que no hay “justificación para que los árabes linchen a los judíos o que los judíos linchen a los árabes”.