En el marco de la sesión inaugural de la Asamblea Mundial de la Salud, la máxima instancia que cada año reúne a los países integrantes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el director general de la entidad, el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo respecto de la situación de la pandemia de coronavirus que la situación es “muy frágil y ningún país puede decir que está a salvo”.
Durante el comienzo del evento que se celebrará hasta el 1º de junio en forma virtual en la sede de la OMS, en la ciudad suiza de Ginebra, el jerarca africano afirmó que los contagios reportados desde que comenzó el año ya superan los de 2020. Por eso advirtió que, aunque a nivel mundial se esté viviendo la tercera semana consecutiva de disminución de casos activos, la pandemia está muy lejos de ser un tema resuelto.
El director general de la OMS comentó que hasta ahora ninguna de las variantes del coronavirus original resistió las vacunas que se están aplicando, o los tratamientos, pero subrayó que esta situación puede cambiar. “El virus cambia constantemente, y esto podría volver ineficaces las herramientas con las que contamos. Debemos tener en claro que la pandemia no ha terminado, y no lo hará hasta que la transmisión esté bajo control en todos los países”, declaró.
Asimismo, Tedros advirtió que el mundo debe aprender de esta pandemia, porque es inevitable que en el futuro haya otra: “No se equivoquen: esta no será la última vez que el mundo se enfrente a la amenaza de una pandemia. Es una certeza evolutiva que habrá otro virus, con el potencial de ser más transmisible y más mortal que este”, dijo, y agregó: “La pandemia de covid-19 ha sido impulsada por un virus altamente transmisible. Pero ha sido acelerada por la división, la inequidad y la negligencia histórica de las inversiones en preparación”.
En su discurso el director general de la OMS expresó su preocupación por la manera en que los países ricos están acumulando dosis de vacunas mientras en los países más pobres la vacunación avanza a un ritmo muy lento. Para ilustrar este hecho Tedros dio el dato de que 75% de las dosis se dieron en sólo diez países, algo que calificó de una “escandalosa desigualdad”, y agregó que, si esto continúa, el final de la pandemia está seriamente amenazado. “Un pequeño número de países que fabrican y compran la mayoría de las vacunas controla el destino del resto del mundo”, denunció Tedros, de acuerdo a lo que consignó el portal oficial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Hasta el momento se suministraron 1.500 millones de dosis en todo el mundo. Según cálculos de la OMS, si la distribución de las vacunas hubiera sido más pareja entre los países, todos los trabajadores sanitarios y grupos de riesgo en el mundo ya estarían inmunizados. En este sentido, subrayó que los países que comenzaron a vacunar a niños, adolescentes o personas sin riesgo “lo están haciendo a expensas de los trabajadores sanitarios y personas vulnerables de otros países”. Además, Tedros informó que, según un reporte de la OMS, al menos 115.000 trabajadores de la salud murieron a causa del coronavirus a nivel mundial.
En la inauguración de la asamblea también participó el secretario general de la ONU, el portugués António Guterres. “Estamos en guerra contra un virus. Necesitamos la lógica y la urgencia de una economía de guerra para aumentar la capacidad de nuestras armas”, dijo el diplomático lusitano. Agregó: “Necesitamos un sistema de cooperación y solidaridad internacionales, nuevas soluciones para lograr una financiación sostenible y predecible, así como la capacidad de los estados para prevenir, detectar y responder a los brotes de enfermedades”.
En cuanto a la situación actual del coronavirus en el mundo, Guterres comentó, en una línea similar a la del director general de la OMS, que “si no actuamos ahora, nos encontraremos en una situación en la que los países ricos vacunarán a la mayoría de su población y abrirán sus economías, mientras que el virus seguirá engendrando profundos sufrimientos, circulando y mutando en los países más pobres”. En este sentido, declaró que la covid-19 generó “un tsunami de sufrimientos” que “ya le costó la vida a 3,4 millones de personas, mientras que 500 millones de puestos de trabajo se perdieron y las empresas vieron salir miles de millones de sus balances”.