Dos exministros de Salud de Brasil debían declarar el martes ante una comisión investigadora del Senado que analiza si la conducta del gobierno de Jair Bolsonaro agravó el impacto de la covid-19 en el país, donde ya murieron más de 400.000 personas. Uno de los ministros de esta gestión convocados era el general Eduardo Pazuello, a quien la Justicia también investiga por su actuación frente a la pandemia. Sin embargo, Pazuello se excusó de asistir, alegando que el fin de semana estuvo en contacto con dos oficiales militares con covid-19.
El general, que estuvo casi un año al frente del Ministerio de Salud, aplicó durante su gestión una política alineada con las posiciones de Jair Bolsonaro: autorizó en el sistema de salud pública medicamentos que no se recomiendan para esta enfermedad, como la cloroquina, y desoyó las recomendaciones de mantener distancia social, usar tapabocas y disminuir la movilidad para evitar la propagación del coronavirus.
En cambio, Luiz Henrique Mandetta, que estaba al frente del Ministerio de Salud cuando la pandemia llegó a Brasil, defendía esas recomendaciones, mantuvo diferencias con el presidente y fue destituido poco tiempo después, el 16 de abril del año pasado. El martes Mandetta asistió a dar su testimonio en la comisión del Senado y brindó información acerca de cómo se manejó el gobierno durante esos meses.
Dijo que si bien le transmitió al gobierno las recomendaciones científicas y de entidades como la Organización Mundial de la Salud (OMS), “el presidente las ignoró”. Dijo que incluso intentó, como médico, explicarle a Bolsonaro que la propagación de enfermedades infecciosas “se combate con aislamiento”. Pero el presidente prefirió escuchar a “otros consejeros”.
Mandetta afirmó que desde el gobierno se emitieron “sugerencias para cambiar el prospecto de la cloroquina” y para agregar allí que ese medicamento es útil para tratar la covid-19, algo que está comprobado científicamente que no es cierto.
Finalmente, no se hizo, “pero fue planteado”, afirmó. Detalló que ese planteo fue hecho en una reunión en la que participaron el presidente, otros ministros y médicos que defendían la cloroquina.
Después de que él fue apartado del cargo, la cloroquina se sumó a la medicación que brindaban los servicios de salud pública como “tratamiento precoz” para la covid-19. Recurrir a medicación que no es eficaz fue uno de los factores que agravó la situación sanitaria en Brasil, opinó Mandetta en su exposición ante la comisión investigadora.
El exministro también aportó a los senadores una carta que envió al presidente en marzo. En ese texto, que reprodujo Folha de São Paulo, Mandetta hace un repaso del avance de la covid-19 en el mundo hasta ese momento, de su participación en reuniones informativas promovidas por la OMS y la Organización Panamericana de la Salud, y de las advertencias acerca de posibles colapsos sanitarios en los sistemas de salud para los siguientes meses. “Recomendamos, expresamente, que la Presidencia de la República revea el posicionamiento adoptado, que acompañe las recomendaciones del Ministerio de Salud, ya que la adopción de medidas en sentido contrario podría generar un colapso del sistema de salud y gravísimas consecuencias a la salud de la población”, dice la carta.
De acuerdo con el periódico brasileño, Mandetta dijo a los senadores que “pese a todos los esfuerzos” que hizo su cartera “para la protección de la salud de la población y, por lo tanto, para la preservación de las vidas”, las “orientaciones y recomendaciones no recibieron apoyo de este gobierno federal”, aunque fueran emitidas por especialistas y autoridades en salud.
Mandetta dijo que “el ministerio iba por un camino y el presidente por otro”, citó BBC Brasil. “Lo que había allí era otro camino, que él decidió no sé si a través de otras personas o por cuenta propia”, dijo el exministro.
Explicó que el presidente llamaba a actuar de una manera que iba en contra de las recomendaciones científicas, lo que generaba confusión en la gente. Agregó que su cartera tuvo que combatir, por ejemplo, la “teoría del aislamiento vertical” que defendía Bolsonaro, que consiste en aislar sólo a quienes están enfermos y no a quienes tuvieron contacto con alguien enfermo o son asintomáticos. “Brasil podría haber hecho más” para combatir a la pandemia, dijo Mandetta.
También quien lo reemplazó en el cargo, el oncólogo Nelson Teich, debió renunciar por sus diferencias con el presidente. La comisión citó a Teich a dar su testimonio, y lo mismo hizo con el actual ministro, Marcelo Queiroga, que asumió como ministro de Salud cuando los aliados moderados de Bolsonaro forzaron la renuncia de Pazuello.