En 24 horas, más de 8.000 personas lograron traspasar la frontera de Marruecos y llegaron a la ciudad española de Ceuta, situada en la orilla africana del estrecho de Gibraltar, según informó el Ministerio del Interior de España. De acuerdo con la Guardia Civil, fueron más, unos 9.000 migrantes, los que lograron pasar desde el territorio marroquí hacia la localidad española. En cualquiera de los dos casos, se trata de una cifra récord.

La presión migratoria en la zona es frecuente, pero en general es contenida por las policías de los dos países que vigilan la frontera. Sin embargo, según las autoridades españolas, esta vez las marroquíes no actuaron para frenar a los migrantes.

Los medios de prensa de España recordaron que las relaciones entre ese país y Marruecos atraviesan un momento crítico, marcado por el ingreso a un hospital español del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, quien está enfermo de covid-19. El gobierno marroquí, que considera enemiga a esa organización que reclama la independencia del Sahara occidental, dijo que “tomaba nota” de la decisión española de recibir a Ghali y que esa situación iba a tener consecuencias.

De los migrantes que llegaron desde Marruecos a Ceuta, 1.500 eran niños o adolescentes, informaron las autoridades españolas. El ministro del interior, Fernando Grande-Marlaska, comunicó que unas 2.700 personas ya fueron devueltas a territorio marroquí, aunque aclaró que no había menores de 18 años entre ellas. Algunas habían llegado a nado, agotadas, otras en balsas y otras por la playa.

A pedido de las autoridades de Ceuta, el gobierno de España desplegó a la Policía y al Ejército en esa ciudad autónoma, y también la Cruz Roja se dirigió a la zona para encabezar las tareas de rescate. El presidente Pedro Sánchez, quien debido a la situación se trasladó hasta Ceuta, dijo que “la integridad territorial de España, sus fronteras y la seguridad y sosiego de nuestros compatriotas serán defendidos” por su gobierno “en todo momento, ante cualquier desafío, con todos los medios, y conjuntamente” con sus “socios europeos”.

El presidente del Consejo Europeo, el belga Charles Michel, publicó en Twitter: “Todo nuestro apoyo y solidaridad con España. Las fronteras de España son las fronteras de la Unión Europea. La cooperación, la confianza y los compromisos compartidos deberían ser los principios de una relación fuerte entre la Unión Europea y Marruecos”.

Algo similar manifestó Sánchez. “Como presidente del gobierno siempre he creído firmemente que Marruecos es un país socio, un país amigo de España, y así debe seguir siendo”, dijo. “El cuidado de nuestras relaciones ha formado parte de la política exterior española desde siempre, también de mi gobierno. Y así debe seguir siendo. Mi deseo es seguir estrechando aún más esta relación de amistad”, agregó. El gobernante destacó que la cooperación entre los dos países “debe basarse en el respeto a las fronteras mutuas, que es la base para la vecindad de países amigos”.

El gobierno marroquí no se pronunció sobre el incidente, pero llamó a consultas a su embajadora en Madrid, Karima Benyaich, que antes había sido convocada por la cancillería española. Según informó el diario La Vanguardia, la canciller española, Arancha González Laya, le transmitió a Benyaich el “disgusto” y el “rechazo” del gobierno ante lo ocurrido, y la embajadora dijo que en las relaciones entre los países los actos tienen consecuencias y “se tienen que asumir”.

Por su parte, el portavoz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Stéphane Dujarric, dijo que es “muy importante” que Marruecos y España lleguen a un acuerdo para “tratar de calmar la situación”. El vocero, que habla en nombre del secretario general de la ONU, António Guterres, dijo que lo ocurrido es “otra ilustración de los desafíos a los que todos nos enfrentamos para tratar de gestionar la migración mundial de una forma humana y que respete la dignidad humana de la gente”.

Desde Ceuta, Sánchez anunció que también iría a Melilla, otra ciudad española en el norte de África que le manifestó su preocupación, para transmitirles a las dos poblaciones su apoyo. El gobernante socialista dijo además que se contactó con Pablo Casado, líder del Partido Popular, el mayor de la oposición, para tenerlo al tanto de las respuestas del Ejecutivo.

Otro dirigente opositor, el ultraderechista Santiago Abascal, titular de Vox, criticó al gobierno y a los migrantes en Twitter: “Marruecos está invadiendo Ceuta con miles de asaltantes por la inacción cobarde y criminal del gobierno que ha rendido nuestra frontera sur. Exigimos el despliegue del ejército y la expulsión de los invasores”.