Luego de que obtuviera la media sanción en la Cámara de Diputados, este miércoles el Senado aprobó por unanimidad -al igual que en la anterior instancia- el proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo que crea el programa Oportunidad Laboral, conocido coloquialmente como “jornales solidarios”. Se trata de 15.000 puestos de trabajo por seis meses, por un monto máximo mensual nominal de 12.500 pesos.

Si bien la oposición acompañó el proyecto, el senador del Frente Amplio (FA) Óscar Andrade subrayó como “preocupación” que la iniciativa no tiene el componente de “formación” del trabajador. Por lo tanto, cuando se termine el programa, en noviembre, “es como Cenicienta cuando sale a las 12.00, la carroza se transforma”. “A veces vemos una euforia, como que con esto vamos a resolver, pero estamos lejos de resolver. ¿Es nada? No. Para el que no tiene nada, 12.000 es un montón, y seguramente haya cola de uruguayos anotados. Porque cuando se hace el discurso de que el pobre es porque quiere y el pobre no trabaja, es falso”, subrayó.

Agregó que alcanza con ver que los pobres son, “sobre todo, mujeres”, y “vaya si trabajan, diez veces más” que los hombres: “En la casa, en los cuidados, con los gurises, con los abuelos, y salen a hacer changas”. Por lo tanto, Andrade dijo que “es bueno” que se abandone “la estigmatización”, se entienda “la problemática social” y se construya “política, en este caso, de consenso”, pero “va a hacer falta mucho más, porque la situación está muy dura”.

Por su parte, el senador blanco Sebastián da Silva recordó que el 3 abril de 2020 el presidente Luis Lacalle Pou se refirió a John Keynes y “generó un revuelo en la opinión pública y gran parte de la oposición, que vio como el estigmatizado 'neoliberal' se refería a uno de los economistas clásicos de mayor influencia”. Además, rememoró que el jingle de campaña de Lacalle Pou en 2014 decía: “No creo en las etiquetas, yo sólo quiero ser libre; somos hoy, somos ahora”. Por lo tanto, resaltó que en el Partido Nacional no creen en “ningún tipo de ortodoxia”, y eso se demuestra “con el envío de este proyecto de ley”, que es “keynesianismo puro” y marca “claramente las virtudes de esa teoría económica en momentos de crisis”.

“Nosotros no creemos en las rentas básicas, creemos en que la persona es mucho más digna si le devuelve a la sociedad parte de lo que la sociedad le da en situaciones difíciles. Esto está reflejado en el proyecto de ley que vamos a votar, que tiene un aspecto sustantivamente importante, la descentralización: no va a quedar sólo en el centro de las ciudades capitales, va a ir también a pintar la caseta de Policía que en Quebracho [Cerro Largo] está abandonada hace 12 años. Por tanto, habrá un legado de la sociedad, que va a poder distinguir después de que estos jornales solidarios terminen”, subrayó.

Pasajes bíblicos

En tanto, el senador de Cabildo Abierto Guillermo Domenech dijo que acompañaba el proyecto, “más que con entusiasmo, con esperanza”, porque el trabajo es una de las cosas que más le “preocupa” de Uruguay. Recordó que en la “tradición judeocristiana, que ha tenido tanto peso en nuestra civilización, el trabajo era originariamente mirado como una carga”; por aquello de que “Dios había expulsado a Adán por ceder a la tentación de comer la manzana que la serpiente, que representaba a Satanás, le había prometido que si ingería sería como Dios, conocedor del bien y del mal”.

Domenech subrayó que esa concepción del trabajo se fue superando a través del cristianismo, ya que “Jesús era un trabajador y hacía su prédica rodeado de pescadores”. “A partir de la prédica de este hombre, al que algunos le reconocemos categoría divina, el trabajo se convirtió en un elemento de dignificación, porque hace al hombre parecido a Dios. Dios puede crear y el hombre también; a través del trabajo se asemeja a él, como su hijo, y crea maravillas, entre ellas, este hermoso Palacio Legislativo y tantas cosas que ha hecho el hombre a lo largo y ancho de la tierra”, subrayó el senador.

Luego, Domenech sostuvo que en los últimos 15 años, bajo los gobiernos del FA, “quienes nos habían prometido reforma agraria permitieron la mayor concentración de la tierra en manos de empresas extranjeras”. Puso como ejemplo que “no fabricamos ni siquiera papel higiénico” y esa es “la dolorosa verdad del país”, porque vemos que “nuestra materia prima se exporta sin procesar, restándoles trabajo a los uruguayos”. Agregó que “durante estos 15 años quienes hablaban de la nacionalización de la banca” no lo hicieron, por lo tanto, “toda nuestra banca es extranjera y el Banco República es casi testimonial”.

Ante esto, la presidenta del Senado, Beatriz Argimón, interrumpió a Domenech y le agradeció si podía “referirse al proyecto, redondeando su fundamentación”. El senador contestó: “Me alegra acompañar este proyecto, pero me deja gusto a poco. Yo voy a ser feliz cuando vea que las materias primas nacionales se trabajan en el país y que tenemos una industria que procesa la riqueza que nosotros exportamos para que trabajen otros pueblos”.