Varios patrulleros de la Policía dieron una vuelta por el Palacio Legislativo formando una sinfonía de sirenas. El féretro con los restos de Jorge Larrañaga había llegado para que fueran velados en el Salón de los Pasos Perdidos. El titular del Ministerio del Interior (MI), de 64 años, falleció sorpresivamente el sábado, de un paro cardíaco. Una de las primeras coronas fúnebres que arribaron fue de la Intendencia de Paysandú, de la que Larrañaga supo estar a cargo durante dos períodos seguidos (1990-1999), en el departamento que lo vio nacer, siempre por el Partido Nacional (PN).

En una mañana fría, lluviosa y ventosa, distintas personalidades políticas se fueron sumando para brindarle su último adiós a Larrañaga, ministros, legisladores de todos los partidos, el expresidente colorado Julio María Sanguinetti y también exparlamentarios, como el colorado Pedro Bordaberry. Cerca de las 10.00 llegó el presidente Luis Lacalle Pou. Al retirarse, el mandatario dijo que era un día “muy complicado para decir algo”, y señaló que parecía que Larrañaga “nunca iba a descansar”, con ese “cuerpo grande y fuerte, que se cayó muchas veces y se levantó más”.

“El partido lo va a extrañar mucho. Estuvo en todas las batallas y cuando algunos pensaban que no iba a estar, mirabas para el costado y estaba él. Se fue en el mejor momento, había encontrado su lugar y le cabía el cargo 24 x 7, como se dice en la jerga policial. No descansaba. Es un golpe muy duro. Lo vamos a extrañar. Les pido disculpas, pero estoy muy mal”, dijo a la prensa.

En tanto, la vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón, expresó que Larrañaga se había comprometido “desde el primer día” con su gestión en el MI, “con una fuerza, empuje y compromiso que era notorio”. Subrayó que para el PN se fue “un militante de siempre” y “un compañero de todas las horas, de las lindas y de las otras”. “Hoy lo despide una generación, que compartimos muchas cosas. Despedimos a un hombre de Estado, a un demócrata”, señaló.

“Un vacío difícil de llenar”

El ministro de Transporte y Obras Públicas, Luis Alberto Heber, recordó que Larrañaga fue el vocero de la proclama de 1983 –la del acto en el Obelisco– contra la dictadura en Paysandú, un privilegio del que él siempre “se jactaba”. Subrayó que fue intendente muy joven –asumió en 1990, con 33 años, y fue reelecto para el siguiente período– y recordó que fue senador muchos años junto con él –de 2000 a 2020–, cuando tuvieron “mil batallas parlamentarias”. 

“Y tuvimos mil batallas electorales. Era un hombre que no se rendía frente a la adversidad, nunca bajaba los brazos. Realmente, estamos muy tristes. El PN lo va a llorar mucho tiempo, porque este tipo de personalidades, tan fuertes, jugadas y voluntariosas, como era la de Jorge, son muy difíciles de sustituir en cualquier partido”, sostuvo. Agregó que cree que a Larrañaga lo llora “todo el país”, porque “estaba haciendo una gran gestión en el MI”, que era “polémica, como era él, no podía ser de otra manera”. 

“La verdad, muy impactado”, dijo el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado. Recordó que conocía a Larrañaga desde hacía muchos años; en sus primeras actividades como militante del PN trabajó para que fuera intendente de Paysandú, en 1989. Dijo que tenía una impronta “muy personal” y “una dedicación al trabajo permanente”. “Era alguien muy frontal, que no tenía pereza, era muy recorredor y muy cariñoso. Además, estaba haciendo una muy buena gestión. Estaba pleno en el MI, sintiendo que era útil a la sociedad, en el compromiso de pelear contra el delito, el narcotráfico, contra todo aquello que Jorge todos los días nos hablaba y nos decía hito a hito lo que iba logrando el MI”, contó.

Consultado por la prensa por quién lo sucederá al frente del MI, Delgado dijo que es “un vacío difícil de llenar”, no sólo por la persona, sino también por la “personalidad”. Subrayó que Larrañaga era “una persona muy querida y respetada por la Policía”, con un liderazgo que “hizo respetar al policía”, y por eso lo sentían como “un gran escudo y líder, además de su jerarca”. “Obviamente, son sustituciones difíciles de hacer. Creo que el presidente hizo bien en no apresurase y nombrar un ministro interinamente, y tomarse esos días para definir un ministro en forma definitiva”, indicó. Por ahora, el titular de la cartera de Defensa, Javier García, es quien asumió interinamente como cabeza del MI.

“Beberse al país con los ojos”

“Jorge era un personaje muy particular, muy querible, porque, detrás de ese exterior un poco rudo y fuerte, era un hombre muy sentimental, tierno y afectuoso”, dijo el expresidente blanco Luis Alberto Lacalle Herrera. Agregó que su vida fue guiada por “tres amores a tres caudillos”: José Artigas, Aparicio Saravia y Wilson Ferreira Aldunate. El expresidente recordó que luego de las elecciones internas de 2009, cuando le ganó a Larrañaga, se encontraron en una oficina y para armar la fórmula “no hubo ningún trámite”, se dieron un abrazo y dijeron “vamos juntos”.

“Lo vamos a extrañar mucho, porque era muy criollo. Sentía mucho todo el país, lo conocía. Cuando íbamos en el ómnibus en nuestra candidatura, siempre íbamos desafiándonos: ‘Ahí, en Cerro Colorado, ¿a quién conoces? Allí hay un árbol, una estancia’. Porque competíamos en lo que yo he llamado alguna vez ‘beberse al país con los ojos’. El partido también se nutre de recuerdos, y el de Jorge va a ser siempre un fogón para que los blancos nos refugiemos a su calor”, finalizó.

Desde el Frente

“Una angustiosa sorpresa”, fueron las primeras palabras de la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse. Dijo que Larrañaga era “un político de fuste” y “un integrante republicano del sistema político”. Resaltó que “sin duda representa a una gran porción del PN y hay una gran cantidad de gente que lo ha seguido, votado y militado para él”; por lo tanto, dijo que se imagina “el dolor de esa gente” y les mandó “un gran abrazo” a los seguidores de Larrañaga.

En tanto, el senador del Frente Amplio Mario Bergara dijo que la muerte de Larrañaga es “una enorme tristeza” porque era “un servidor público, que dedicaba su vida a que las cosas salieran lo mejor posible, más allá del debate y del juego político natural” que tenían. Recordó que era “una persona franca, abierta y leal”.

“Una topadora”

Luego del mediodía, el féretro –embanderado con el Pabellón Nacional– fue trasladado hasta la sede del PN, frente a la plaza Matriz, donde lo esperaban muchos simpatizantes y militantes blancos, quienes también le dieron su último adiós. Allí estaba el cardenal Daniel Sturla, que llamó a rezar un padrenuestro. Luego pidió a todos los presentes que lo acompañen con el avemaría, como forma de despedida.

En la sede del PN, Javier García, que estaba visiblemente emocionado, habló con la prensa. Dijo que con la muerte de Larrañaga se pierde “un estilo valiosísimo en la vida política: no medir costos cuando se tienen convicciones”. “Jorge se convencía de algo y era una topadora. Se podría coincidir o discrepar, pero enfrente había un hombre honesto y leal. Eso es muy valioso para la política y la democracia”, subrayó. Dijo que su cargo en el MI será “hasta que el presidente decida quién se encargará definitivamente” y subrayó que, como decía Larrañaga, “hay orden de no aflojar”. 

Luego de un largo aplauso y unas breves estrofas del Himno Nacional que cantaron algunos militantes, el féretro partió hacia Paysandú, donde Larrañaga será enterrado este lunes a las 10.00.

“Un compañero de laburo”

“Hace muchos años que conocía a Jorge, desde mi época de juez en Paysandú”, dijo a la prensa el fiscal de Corte, Jorge Díaz. Agregó que en este último período les tocó trabajar juntos “en una tarea complicada, como lo es siempre la de la seguridad pública, la investigación y la persecución criminal”. “Vine a despedir a un compañero de laburo, con el que trabajamos juntos codo con codo, siempre bajo la consigna de la institucionalidad. Las diferencias que podamos haber tenido las arreglamos siempre conversando mano a mano, con un churrasco de por medio”, señaló.

Agregó que las coincidencias “eran en el laburo de todos los días, en tratar de que las investigaciones llegaran a un buen resultado”. Por último, Díaz dijo que esta tarea “se llevó a un compañero” y eso lo hace “replantear muchas cosas”, como “si vale la pena”.