La vicepresidenta argentina, Cristina Fernández, marcó su posición respecto de la realidad política que se está viviendo en su país con la pandemia de coronavirus como telón de fondo. Acompañada por el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, en el marco de la inauguración de obras en el Hospital de Niños Sor María Ludovica de La Plata, su ciudad natal, Fernández les reclamó este lunes a los dirigentes partidarios que dejen “la vacuna y la pandemia fuera de la disputa política”.

“No podemos seguir discutiendo y envenenando a la gente con que la vacuna tal no sirve; en nombre de tanta gente que no se vacunó y hoy ya no está, y sus familiares la lloran, en nombre de los trabajadores de la salud, por favor, dejemos a la vacuna y a la pandemia fuera de la disputa política”, reclamó la dirigente, quien fue presidenta entre 2007 y 2015. “Entre todos podemos llegar a un acuerdo básico mínimo; hay cosas que no pueden ser ya objeto de discusión”, afirmó Fernández al referirse a los cuestionamientos dirigidos hacia las vacunas y a las medidas de cuidado para frenar los contagios de coronavirus, que, sin embargo, encuadró en situaciones de “irracionalidad” que se dan en todo el mundo.

Además, de acuerdo a lo que consignó la agencia de noticias Télam, la líder peronista de 68 años les pidió especialmente a los medios de comunicación que contribuyan con la difusión de noticias verdaderas y consideró que debería existir un “acuerdo tácito” de la sociedad a favor de “escuchar a los médicos y a la ciencia”.

Marcando una diferencia con muchos de sus opositores, Fernández expresó que “no somos todos iguales”, pese a que eso es lo que plantea constantemente “el mundo de la antipolítica”.

Durante su discurso, la vicepresidenta argentina dijo que quería ir a la inauguración de las obras en el centro de salud infantil platense “porque me parece que es importante recalcar que también se ha instalado que algunas cosas en relación a la campaña de vacunación se deben a que hay una grieta. A este hospital venía cuando era chica; acá me vacunaron con la sabín oral. La campaña de la poliomielitis fue después del derrocamiento de Perón, se imaginan la grieta que había en el país. Nos vacunaban obligatoriamente y a nadie se le ocurría decir ‘no me doy la vacuna’. No podías cantar la marcha peronista ni decir la palabra Perón o Evita. Así que se imaginan si había que luchar por las libertades, pero no por las libertades de no vacunarme o de enfermarme, o de contagiar al otro. Por las libertades en serio, por las libertades de votar, de elegir al que uno quiere. Hay cosas que escapan a la grieta, que es mentira que son producto de la grieta: son producto de la irracionalidad, que debemos decir que no es patrimonio único de la Argentina”.

En esta línea y atacando a quienes invocan la libertad para cuestionar las medidas sanitarias, Fernández expresó en forma enfática: “Libertad para mí y que se joda el resto no es libertad. La verdadera libertad es cuando uno sacrifica su propia libertad por estar abocado a una tarea solidaria para que los demás sean libres. Cuando estemos todos vacunados y se pueda salir a la calle, y si alguien se contagia saber que le pasa lo mismo que con la gripe... Ayudemos a la verdadera libertad de la sociedad, que va a ser cuando estemos todos vacunados”.