Tras dos años de intensos debates parlamentarios y pese a los intentos de los partidos de derecha por evitarlo, la Asamblea Nacional Francesa aprobó el proyecto de ley bioética que habilita la reproducción asistida para parejas lésbicas y mujeres solteras, con lo que se igualan las condiciones a las que ya podían acceder las parejas heterosexuales.

Según informó El País de Madrid, la normativa es la principal propuesta de contenido social presentada por el gobierno de Emmanuel Macron hasta el momento. El presidente de la bancada oficialista, Christophe Castaner, dijo que se trataba de un “día histórico” para “todos los que aman la igualdad y por todos aquellos que luchan para que todo el mundo tenga los mismos derechos”.

La propuesta, votada el martes, fue aprobada por 326 votos a favor, 115 en contra y 42 abstenciones. La ley incluye la reproducción asistida reembolsada por la Seguridad Social para todas las mujeres de Francia hasta los 43 años, pero deja fuera del marco regulatorio a las personas transgénero.

Antes de la aprobación de esta ley, las mujeres francesas solteras o que vivían en pareja con otra mujer, se veían obligadas a viajar a otros países cercanos, como España, si querían tener un hijo mediante un proceso de fertilización asistida. El texto del documento aprobado por la mayoría de los legisladores señala que “este acceso [a la reproducción asistida] no puede ser objeto de diferencia alguna de trato, especialmente por razones matrimoniales ni de orientación sexual de los demandantes”.

Según informó la agencia de noticias AFP, Francia se convirtió en el decimoprimer país de la Unión Europea en habilitar la reproducción asistida a todas las mujeres. Durante la campaña presidencial de 2017, esta fue una de las promesas de Macron. El gobierno espera que los primeros procesos de fertilización empiecen a llevarse a cabo entre fines de agosto y comienzos de setiembre, en el final del verano boreal, y que los primeros bebés puedan ser concebidos antes de que finalice este año.

Según indicó AFP, el ala derechista del Parlamento francés se opuso a la medida bajo el argumento de que habilitar la reproducción asistida a mujeres solteras y parejas lésbicas suponía ceder ante una sociedad guiada por el “deseo individual” sin tener en cuenta el “interés superior del niño”, al tiempo que se abriría la puerta a la legalización de la gestación subrogada o vientres de alquiler, algo que en Francia es una práctica prohibida.

La nueva legislación también habilita a las mujeres a congelar sus óvulos sin justificación médica, como sucede con la actual normativa.

Otro punto relevante de la nueva ley es que las madres podrán firmar una declaración anticipada de voluntad que las convierta a ambas, desde antes del nacimiento, en madres del niño, cambiando la situación legal actual, en la que sólo la mujer que da a luz al bebé es considerada madre biológica, mientras que la otra debe iniciar un proceso de adopción.

La ley también permite que los niños concebidos con semen de un donante puedan conocer la identidad de este cuando sean adultos, poniendo fin al anonimato que hasta ahora estaba garantizado por la normativa. Sin embargo, el anonimato se puede romper por sola voluntad del hijo y durante su adultez, es decir que la madre no puede elegir el donante ni viceversa.