La participación de los votantes nunca había sido tan baja en Francia como en las elecciones del domingo, día en que se celebró la primera vuelta de los comicios regionales. La abstención llegó a casi 67% del padrón, y entre los jóvenes de 18 a 24 años subió a 87%.

Algunas lecturas de los resultados atribuyen a este fenómeno la caída en votos que sufrió la extrema derecha, que en las encuestas aparecía como la favorita en seis de las 13 regiones donde se votó. La Agrupación Nacional, que lidera Marine Le Pen, suele ser fuerte en la primera vuelta de elecciones locales, mientras que en la segunda los demás partidos se unen en lo que denominan un “frente republicano” para evitar que llegue al poder una organización política que consideran antidemocrática. Pero esta vez la extrema derecha cayó incluso en la primera vuelta y pasó del 27% que obtuvo en 2015 a 18%, y finalmente sólo tiene posibilidades de ganar uno solo de los gobiernos regionales en los que habrá segunda vuelta, el domingo.

El partido de Le Pen fue superado por la derecha tradicional, heredera de Jacques Chirac y encabezada por Los Republicanos, el partido creado por el expresidente Nicolas Sarkozy. Esta organización política alcanzó 29% de los votos, seguida por el Partido Socialista, con 18,5%. La izquierda, además, tuvo una mayor votación si se toman en cuenta los votos a Europa Ecología Los Verdes y La Francia Insumisa, el sector liderado por Jean-Luc Mélenchon. La suma de los partidos de izquierda alcanza 34,3%. Por debajo de la extrema derecha queda el centro, encabezado por el partido del presidente Emmanuel Macron, La República en Marcha, que no llegó a 10%.

Para ganar en primera vuelta se necesitan 50% de los votos, un porcentaje que ningún candidato logró en estas elecciones. En la segunda vuelta en cada región compiten todos los candidatos que hayan superado el 10%. Por eso son claves los pactos entre partidos que conduzcan a retirar una candidatura para apoyar a otro postulante.

Es lo que se prevé que va a ocurrir en Provenza-Alpes-Costa Azul, la única región donde puede ganar la Agrupación Nacional. El candidato de ultraderecha Thierry Mariani obtuvo allí 36,38% de los apoyos y superó por casi 5% al derechista Renaud Muselier, el presidente regional que buscaba la reelección. El candidato que quedó tercero, Jean-Laurent Félizia, que se postuló por una alianza de partidos de izquierda, quiere mantener su candidatura y competir el domingo, pero si lo hace “no tendrá el respaldo de los ecologistas, de los socialistas ni de los comunistas”, dijo el líder de Europa Ecología Los Verdes, Julien Bayou, que había apoyado su candidatura, según citó la agencia de noticias Efe.

En otra región, Los Altos de Francia, en la que pusieron sus esfuerzos de campaña tanto la ultraderecha como el oficialismo de La República en Marcha, el más votado fue el candidato de la derecha tradicional Xavier Bertrand, que perteneció a Los Republicanos. Obtuvo 40% de los votos y superó por 15% a su rival de Agrupación Nacional, Sébastien Chenu. “La extrema derecha retrocedió porque gracias a nuestro trabajo demostramos que la política no ha muerto”, dijo Bertrand, según citó Radio Francia Internacional.

A su vez, el partido gobernante, La República en Marcha, no parece tener oportunidad de ganar en ninguna región en estas elecciones. “No voy a andar con rodeos: sí, por supuesto que estamos decepcionados por este resultado”, dijo su líder, Stanislas Guerini.

El partido de gobierno se creó para las elecciones presidenciales que ganó Macron hace cuatro años y no logró hasta ahora convertirse en una fuerza con liderazgos fuertes en las regiones. Sin embargo, en los sondeos se perfila como una de las principales organizaciones políticas para las presidenciales del año que viene, en las que se prevé que Macron se postule a la reelección. Según las encuestas, la competencia por la presidencia se dará entre Macron y Marine Le Pen.

Pero la votación del domingo les dio esperanza a otros. “El voto ha hecho aparecer algo inverosímil anteriormente: no estamos condenados a un enfrentamiento entre Macron y Le Pen el próximo año”, dijo el primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, quien, según citó Efe, celebró que “los franceses han elegido mayoritariamente a los candidatos de derecha o de izquierda”. A su vez, el derechista Bertrand manifestó: “Demostramos que podemos hacer recular a Agrupación Nacional”.

Por su parte, tanto Le Pen como el oficialismo se refirieron a la elevada abstención en las elecciones. “Tomarse cinco minutos de su tiempo para hacer escuchar sus ideas no es solamente un deber, sino un derecho. El próximo domingo, vayan a votar”, pidió la dirigente. A su vez, el primer ministro, Jean Castex, consideró que es necesario que “todos, de manera colectiva”, combatan la abstención en Francia. “No es una fórmula hueca, sino una exigencia republicana. Yo hago un solemne llamado a todos nuestros conciudadanos, a todos ustedes: el próximo domingo, ¡voten!”.