En el marco de la denominada por los organizadores “gran toma de Bogotá”, miles de personas se manifestaron en la capital colombiana este miércoles para protestar contra la intransigencia del gobierno que encabeza Iván Duque, tras casi un mes y medio de sangrientas jornadas con decenas de muertos y en medio de frustradas negociaciones entre el Ejecutivo y el Comité Nacional de Paro, órgano que agrupa a algunas de las entidades que se encuentran movilizadas.

Según informó la agencia de noticias AFP, las movilizaciones se replicaron también en otras ciudades del país y en medio de la variedad de reclamos hacia el gobierno el denominador común es la exigencia del cese de la represión policial y la atención a la población más golpeada por la pandemia de coronavirus, que sumergió en la pobreza a 42% de los 50 millones de habitantes del país.

Durante las movilizaciones de este miércoles uno de los momentos más tensos se vivió en Bogotá, cuando un grupo de indígenas de la etnia misak intentó derribar con cuerdas las estatuas de Cristóbal Colón y la reina Isabel la Católica, ambas emplazadas sobre una avenida que conduce al aeropuerto El Dorado de la capital colombiana. Fue necesaria la intervención de la Policía para alejar a los manifestantes del lugar, pero el hecho, cargado de simbolismo, fue mencionado por la alcaldesa de Bogotá, la ecologista Claudia López. “Apreciados amigos de la comunidad misak, bienvenido un debate pacífico y democrático sobre la transformación cultural y de símbolos de nuestra historia, pero no por tomas violentas, que tanto daño han hecho, sobre todo a sus propios pueblos”, escribió en su cuenta de Twitter López, quien agregó que “la transformación cultural es de todos”.

Mientras siguen las protestas, un equipo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) está realizando una visita de trabajo desde el martes en Colombia, entrevistándose con diversos actores políticos y sociales, investigando sobre la situación que se vive en el país desde que se declaró el paro, el 28 de abril.

Los representantes de la CIDH visitaron las ciudades de Bogotá, Tuluá, Popayán y Cali. El mexicano Joel Hernández, uno de los integrantes de la misión de la CIDH, se reunió con el alcalde caleño, Jorge Iván Ospina, pero también con concejales, civiles y miembros de la Policía Nacional. Según recordó el diario bogotano El Espectador, Cali es la ciudad en la que se denunciaron más hechos de violencia en sus jornadas de protestas, incluso protagonizados por civiles armados que dispararon contra los manifestantes.

Otro de los integrantes de la misión del organismo internacional, el guatemalteco Edgar Ralón, informó que se reunió en la ciudad de Popayán con líderes estudiantiles, afrodescendientes, pueblos indígenas, agrupaciones de mujeres y múltiples voces que brindaron información y entregaron informes a la comisión.