Los servicios secretos de Dinamarca ayudaron a la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA, por sus siglas en inglés) a llevar adelante escuchas telefónicas a políticos y altos cargos de Alemania, Francia, Suecia y Noruega, según informaron el diario alemán Süddeutsche Zeitung y la televisión y la radio públicas danesas. De acuerdo con esos medios, la ayuda de Dinamarca permitió, por ejemplo, que se hicieran escuchas telefónicas al celular de la canciller alemana, Angela Merkel.
El espionaje de la NSA a gobernantes como Merkel a partir de los años 90 se había dado a conocer en 2013 con las revelaciones que hizo el exasesor de la NSA Edward Snowden. Desde entonces hubo sucesivas publicaciones que aportaron más datos, y el domingo se conoció esta, según la cual Dinamarca permitió a Estados Unidos utilizar sus sistemas de telecomunicaciones para espiar a sus vecinos entre 2012 y 2014.
“El caso se remonta a hace años. Pero si la información es cierta esto no es aceptable, menos aún entre aliados europeos”, dijo este lunes el presidente francés, Emmanuel Macron. El mandatario comunicó que su país ya le reclamó a Dinamarca “información completa” al respecto y dijo que confía en que el gobierno danés “aclare” lo sucedido. El presidente francés agregó que entre socios en la Unión Europea “no puede haber espacio para la sospecha”.
A su vez, Merkel recordó su reacción de 2013 al enterarse de las prácticas de la NSA: “No puede haber espionaje entre amigos”, y agregó que lo que dijo entonces todavía “sigue vigente”, según citó la agencia de noticias Efe. La canciller manifestó que confía en que el gobierno danés aclare lo ocurrido.
Además de Merkel, según se conoció en 2015 por publicaciones de varios medios europeos, también fueron espiados en Alemania su ministro de Relaciones Exteriores de entonces, Frank-Walter Steinmeier, que hoy es el presidente del país, y un dirigente socialdemócrata que entonces se perfilaba como posible canciller, Peer Steinbrück.
También otros países que fueron blanco de este espionaje reaccionaron este lunes. El ministro de Defensa de Suecia, Peter Hultqvist, pidió a Dinamarca información sobre lo ocurrido y manifestó que “es inaceptable espiar” a aliados. Su par de Noruega, Frank Bakke-Jensen, dijo que se tomaba muy en serio lo que había publicado la prensa, y la primera ministra de ese país, Erna Solberg, consideró que “es inaceptable que países con una estrecha relación de cooperación sientan la necesidad de espiarse entre sí u obtener información del otro”.
Dentro de Dinamarca, la izquierda consideró que las autoridades deben investigar lo ocurrido y pedir disculpas a los países vecinos. Dos aliados minoritarios del gobierno socialdemócrata, la Lista Unitaria y el Partido Socialista Popular, pidieron a los ministros de Justicia, Nick Hækkerup, y Defensa, Trine Bramsen, que expliquen esta situación ante el Parlamento. “Esto hace que políticos de Suecia, Noruega y Alemania, nuestros socios más cercanos, no puedan confiar en Dinamarca”, dijo Eva Flyvholm, portavoz en temas de defensa de la Lista Unitaria. A su entender, además de investigar el caso, Dinamarca tiene que pedir disculpas a sus socios, todos integrantes de la Unión Europea.
La investigación de la televisión pública de Dinamarca cita nueve fuentes, personas con acceso a información de inteligencia cuyos nombres mantiene en reserva, y también cita un informe secreto de 2015. Según informó Efe, cuando el servicio de inteligencia de Defensa entregó ese informe no hubo consecuencias. Pero tiempo después el organismo encargado de controlar a los servicios de inteligencia se enteró de sus conclusiones y comenzó una investigación, que terminó en agosto de 2020 con cuestionamientos a la manera en que actuaron los servicios secretos. A partir de entonces hubo suspensiones a jerarcas por escuchas a ciudadanos de Dinamarca, pero no se sabía que se hubiera facilitado a la NSA el espionaje fuera del país.
Hasta este lunes, en nombre de las autoridades danesas sólo habló la ministra de Defensa, Trine Bramsen, quien en un comunicado dijo que “el gobierno no puede hablar de especulaciones sobre temas de inteligencia, que son tratados en las comisiones respectivas del Parlamento”.