Un informe elaborado conjuntamente por Unicef y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reveló que en la actualidad hay más niños realizando tareas laborales de algún tipo que hace cuatro años.
En el trabajo presentado este jueves se alerta, además, que la pandemia de covid-19 puede agravar esta situación, y, si se cumplen las proyecciones sobre el aumento de la pobreza en el mundo, nueve millones de niños más se verán forzados a encontrar un trabajo antes de que termine el año 2022.
Según el informe consignado en el sitio oficial de las Naciones Unidas, durante los últimos cuatro años el número de niños que trabaja aumentó en 8,4 millones, elevando hasta 160 millones el número de menores que desempeñan alguna tarea laboral. El estudio señala que se produjo un aumento significativo del número de niños de entre cinco y 11 años que trabajan, una franja de edad que representa algo más de la mitad de la cifra total mundial, y que desde 2016 también creció en 6,5 millones el número de menores de entre cinco y 17 años que desempeñan tareas peligrosas, que es cercano a 79 millones.
Los números varían drásticamente entre las zonas del mundo.
Aunque desde 2008 disminuyó la cantidad de niños que trabajan en Asia y el Pacífico y en América Latina y el Caribe, la pandemia de coronavirus está poniendo en cuestionamiento este avance.
Por otro lado, desde 2016 el número de menores que realizan algún tipo de tarea laboral aumentó en 16,6 millones en África Subsahariana, región responsable de gran parte del incremento global del trabajo infantil. El enorme crecimiento se debió a múltiples factores, como el marcado aumento de la población, las crisis recurrentes, la pobreza extrema y las medidas inadecuadas de protección social.
El estudio de la OIT y Unicef advierte que “más de 70% de los niños en situación de trabajo infantil (112 millones) se dedican a la agricultura”, seguido por 20% en el área de servicios, con 31,4 millones de menores afectados, y 10% en la industria, que emplea a 16,5 millones de niños. También se indica que en las zonas rurales el trabajo infantil es tres veces más frecuente que en las áreas urbanas, y además se distingue una diferencia entre géneros, aunque con matices. Si bien hay más niños que niñas desempeñando tareas laborales, la brecha de género se reduce si se tienen en cuenta las tareas domésticas realizadas por las niñas durante al menos 21 horas a la semana.