Un hombre resultó muerto durante un enfrentamiento entre manifestantes y fuerzas de seguridad el lunes en un barrio situado en las afueras de La Habana, informó ayer la Agencia Cubana de Noticias (ACN).
Diubis Laurencio Tejea, de 36 años, murió en circunstancias que se están investigando mientras participaba en una protesta ocurrida en La Güinera, en el sur de la capital, en el marco de las manifestaciones contra el gobierno que comenzaron el domingo en varias provincias de la isla.
Además del fallecido, varias personas fueron detenidas y otras sufrieron lesiones, entre ellos varios agentes, en el suceso ocurrido en La Güinera, según ACN.
La protesta del lunes en ese barrio, una de las zonas más deprimidas de La Habana, fue difundida en varios videos a través de redes sociales, informó Efe. Según la versión de la oficial ACN, los manifestantes “alteraron el orden e intentaron dirigirse hacia la Estación de la Policía Nacional Revolucionaria del territorio, con el objetivo de agredir a sus efectivos y dañar la instalación”.
El mismo medio también informó que el fallecido tenía “antecedentes por desacato, hurto y alteración del orden”.
Mientras desde el Ejecutivo que lidera el presidente Miguel Díaz-Canel se sigue apuntando al bloqueo de Estados Unidos como la razón primigenia de la crisis que vive el país y de las protestas, los opositores denunciaron la represión ejercida por las fuerzas de seguridad durante las movilizaciones.
En ese marco, de acuerdo con una lista publicada el martes en Twitter por el opositor Movimiento San Isidro –un grupo de intelectuales y universitarios que reclama la libertad de expresión en el país–, 114 personas fueron detenidas por la Policía o se encontraban en paradero desconocido.
También opinaron sobre la situación que atraviesa el país los obispos, quienes pidieron al gobierno de Díaz-Canel “ejercitar la escucha” y no recurrir a la violencia.
“La violencia engendra violencia, la agresividad de hoy abre heridas y alimenta rencores para mañana que costará mucho trabajo superar; por eso invitamos a todos a no incentivar la situación de crisis, sino con serenidad de espíritu y buena voluntad, ejercitar la escucha, la comprensión y la actitud de tolerancia, que tenga en cuenta y respete al otro para juntos buscar caminos de una justa y adecuada solución”, expresaron los religiosos en un comunicado recogido por la agencia Europa Press.
Los religiosos dijeron entender que “el gobierno tiene responsabilidades y ha tratado de tomar medidas para paliar las referidas dificultades”, pero al mismo tiempo comprenden que “el pueblo tiene derecho a manifestar sus necesidades, anhelos y esperanzas y, a su vez, a expresar públicamente cómo algunas medidas que han sido tomadas le están afectando seriamente”.
Entre las muchas voces que a nivel internacional se expresaron sobre el tema, el martes se sumó la del senador Robert Bob Menéndez, legislador nacido en Nueva York, pero de origen cubano, que a pesar de pertenecer al Partido Demócrata va a contramano de buena parte de su sector político al favorecer una línea dura hacia el gobierno de La Habana.
En una conferencia de prensa, el senador de 67 años, acérrimo anticomunista, dijo que el que se está viviendo actualmente en Cuba “es un momento histórico”.
“Ha llegado la hora de que Estados Unidos y otros países en el mundo amplifiquen las demandas del pueblo cubano y creen una oportunidad para que fructifiquen un cambio en su país”, afirmó Menéndez, en declaraciones citadas por medios estadounidenses.
Además, el legislador, que preside el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, descartó una invasión a la isla.
“No vamos a tener una intervención militar en Cuba. No lo ha hecho ninguna administración, ni republicana ni los más anticomunistas”, afirmó el senador. “Nadie ha considerado eso, así que vamos a dejar eso de lado, porque eso es lo que quieren los fidelistas, los que mantienen el poder en Cuba quieren promover eso [...] no va a haber intervención militar”, afirmó Menéndez.