En el medio de una situación de enorme inestabilidad después del asesinato del presidente Jovenel Moïse, perpetrado el 7 de julio, este martes asumirá el cargo de primer ministro de Haití Ariel Henry, quien había sido designado por el propio Moïse dos días antes de su muerte. En principio, luego del magnicidio, que incrementó aún más la enorme crisis política y social que vive el país caribeño, el más pobre del continente americano, quien había quedado al mando fue Claude Joseph, pero las presiones internacionales jugaron su papel, ambos políticos llegaron a un acuerdo y ahora Henry liderará el gobierno y Joseph pasará a ser ministro de Asuntos Exteriores. “No habrá presidente de la República. La misión de este nuevo gobierno será organizar las elecciones generales lo antes posible”, informó una fuente cercana al gobierno al diario haitiano Le Nouvelliste.

Este acuerdo entre Henry y Joseph se produce dos días después de que un ente denominado Grupo Central, integrado por los embajadores de Alemania, Brasil, Canadá, España, Estados Unidos, Francia, la Unión Europea, el representante especial de la Organización de los Estados Americanos y el representante especial del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), pidiera la formación de un gobierno consensuado e inclusivo. Este grupo fue inicialmente creado para ser un organismo que facilitara los trabajos de la Misión de la ONU para la Estabilización de Haití (Minustah), desplegada en el país entre 2004 y 2017, pero en la práctica sirve para consensuar las posiciones políticas de las potencias en relación a la nación caribeña.

Henry, de 71 años, es un prestigioso neurocirujano con perfil conciliador que tiene experiencia previa en labores de gobierno. Fue ministro entre 2015 y 2016, durante la presidencia de Michel Martelly, y antes había integrado el Consejo de Sabios, un ente que jugó un papel importante en el período de transición posterior al derrocamiento del presidente Jean-Bertrand Aristide en 2004, de acuerdo a lo que recordó la agencia de noticias Efe.

Mientras poco a poco se va acomodando lo institucional en el país, el sábado retornó la viuda de Moïse, Martine, quien resultó herida durante el ataque y por precaución fue trasladada a un hospital en la ciudad estadounidense de Miami. La ex primera dama participará en el funeral de su esposo, que se llevará a cabo el viernes en la ciudad de Cap-Haitien, en el norte del país.

Möise, de 53 años, fue asesinado por un escuadrón compuesto en su mayoría por mercenarios colombianos, todos ellos exmilitares. Muchos de los detalles que rodearon la acción criminal siguen siendo un misterio. El jefe de la Policía haitiana, Leon Charles, dijo en una conferencia de prensa que siguen trabajando “con agencias internacionales especializadas en investigaciones judiciales, como el FBI de Estados Unidos, Interpol y otros organismos que están en el terreno, para analizar todas las pruebas y rastrear a los autores intelectuales del asesinato”.

Por su parte, el jefe de Policía de Colombia, Jorge Vargas, dijo que un exfuncionario del Ministerio de Justicia de Haití, Joseph Felix Badio, dio a dos de los mercenarios colombianos la orden de matar al presidente, según informó AFP. Sin embargo, no está claro si Badio, a su vez, estaba siguiendo órdenes de otra persona. Exfuncionario de una unidad anticorrupción del Ministerio de Justicia, Badio es una de las numerosas personas buscadas por la Policía haitiana, así como el exsenador opositor Joel John Joseph.

Más de 20 personas han sido arrestadas por supuestos vínculos con el magnicidio. La Policía acusó a un médico haitiano de 63 años residente en Estados Unidos, Christian Emmanuel Sanon, de ser el autor intelectual del complot y de tener “objetivos políticos”, pero como se mencionó más arriba, hay otras personas buscadas por la Policía, sospechosas de estar detrás del crimen de Moïse.

El diario colombiano El Tiempo tuvo acceso a los audios de un informante haitiano que filtró información a un agente de inteligencia de la vecina República Dominicana. Sostiene que la noche del magnicidio un alto jerarca policial haitiano se comunicó con los custodios de la residencia presidencial para que dejaran pasar a los exmilitares colombianos. Por eso, la puerta de seguridad estaba abierta, no hubo intercambio de disparos y fue fácil reducir y esposar a la guardia. En francés, la fuente le dijo al agente dominicano que quienes mataron a Moïse fueron policías haitianos, y la prueba de ello es que, tal como indicó la autopsia, luego de asesinarlo le sacaron el ojo izquierdo. “Es un ritual vudú para que el muerto no te siga mirando desde el más allá”, explicó el informante.