Una investigación realizada en forma conjunta por 17 medios, entre los que se encuentran los diarios The Guardian, el francés Le Monde y el estadounidense The Washington Post, dirigida por la organización francesa Forbidden Stories, con el apoyo de Amnistía Internacional, reveló el domingo que activistas, periodistas y políticos de todo el mundo fueron objeto de espionaje a través del uso de un malware para celulares llamado Pegasus desarrollado por la empresa israelí NSO.

Según los representantes de esta compañía, Pegasus fue creado únicamente para ser utilizado contra delincuentes y terroristas, pero la investigación periodística reveló que los clientes de la empresa utilizaron el programa con otros fines.

De acuerdo a los medios que participaron en el trabajo colectivo, denominado Pegasus Project, se lograron detectar cerca de 50.000 números de teléfono que fueron identificados como pertenecientes a personas de interés por los clientes de NSO desde 2016, según los informes. De acuerdo a lo que informó The Guardian, no todos esos números fueron pirateados y se agregó que en los próximos días darán a conocer más detalles sobre quiénes se vieron comprometidos. En la lista figuran números de periodistas de medios de todo el mundo, como la Agence France-Presse, The Wall Street Journal, CNN, The New York Times, Al Jazeera, France 24, Radio Free Europe, Associated Press, Le Monde, Bloomberg, The Economist, Reuters y Voice of America, dijo The Guardian. También figuran entre los celulares filtrados dos números pertenecientes a mujeres cercanas al periodista saudí Jamal Khashoggi, asesinado por un escuadrón en 2018 en el consulado de su país en Estambul. También está dentro de los números identificados el del periodista mexicano Cecilio Pineda Birto, quien era sumamente crítico con el gobierno local y había sido amenazado de muerte en numerosas ocasiones, asesinado en marzo de 2017 en el estado de Guerrero.

Paralelamente, The Washington Post informó que dentro de los números espiados en forma ilegal figuran los de jefes de Estado y primeros ministros, miembros de familias reales árabes, diplomáticos, abogados y políticos, así como activistas y ejecutivos de empresas.

El uso del software para hackear los teléfonos de los reporteros de Al-Jazeera y de un periodista marroquí había sido divulgado anteriormente por Citizen Lab, un centro de investigación de la Universidad de Toronto, y Amnistía Internacional. Además, en 2017 se reveló que la periodista mexicana Carmen Aristegui también fue víctima de espionaje a través del programa Pegasus, al igual que su hijo, una de sus hermanas y una productora de su programa. Aristegui fue una de las periodistas que trabajó en el ahora relevado Pegasus Project.

Los medios que participaron en la investigación no revelaron la identidad de los clientes de la empresa NSO, pero los informes indican que muchos de los que adquirieron el software estaban concentrados en diez países: Arabia Saudita Azerbaiyán, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Hungría, India, Kazajistán, México, Marruecos y Ruanda.

En un comunicado realizado a través de sus representantes legales, la firma NSO negó las “afirmaciones falsas” hechas sobre las actividades de sus clientes, pero dijo que “continuaría investigando todas las denuncias creíbles del uso indebido del software y tomaría las medidas apropiadas”.