Un día sí y otro también el presidente brasileño Jair Bolsonaro está actuando en clave electoral pensando en los comicios del año que viene y atacando con persistencia tanto a las autoridades electorales como a las judiciales.
Este lunes, poco después de que el presidente del Supremo Tribunal Federal (STF), Luiz Fux, defendiera en un tono por demás moderado un diálogo entre las instituciones durante la reapertura de las sesiones del órgano luego de la feria judicial, el mandatario ultraderechista de 65 años de edad volvió a poner en duda, sin prueba alguna, la confiabilidad del sistema de votación electrónica del país e insinuó que desde la cúpula del Poder Judicial se está preparando una “farsa” para las elecciones del próximo año con el objetivo de favorecer al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Durante un evento realizado en el Ministerio de Ciudadanía, en Brasilia, Bolsonaro una vez más señaló al presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Luis Roberto Barroso, y afirmó que “el riesgo está ahí. El enemigo está ahí”.
“Tenemos que tener elecciones limpias y democráticas que puedan ser auditadas. [...] ¿Por qué no se quieren elecciones democráticas, el voto democrático? ¿Tenemos que agachar la cabeza? ¿De qué tienen miedo? ¿Cuál es el poder del presidente del TSE para entrar en el Parlamento y hacer rápidamente cambiar de parecer a líderes de varios partidos? ¿Para que no se imprima el voto?”, se preguntó en tono ofensivo Bolsonaro, según informó la agencia Reuters.
Además, durante el mismo evento, el presidente brasileño se refirió a la reforma tributaria que está en proceso de elaboración, mostrándose en contra de la implementación de los impuestos a las grandes fortunas. “Algunos quieren que grave a las grandes fortunas en Brasil. Ahora ser rico en Brasil es un crimen. Francia, hace unas décadas, hizo esto y los capitales se fueron para Rusia”, expresó el mandatario.
La declaración de Bolsonaro llega en un momento en que el ministro de Economía, Paulo Guedes, intenta calibrar la propuesta preliminar elaborada por los legisladores para la segunda fase de la reforma tributaria, que modifica las actuales reglas del impuesto a la renta, lo que ha generado molestias dentro del sector empresarial.
“Quieren aumentar la presión fiscal, fijar precios, como hizo Argentina con la carne. Y lo que pasó fue que no sólo hubo escasez en el mercado, sino que el precio subió”, dijo Bolsonaro.
En su discurso, el presidente criticó los gobiernos de Argentina y Venezuela, y en clara clave electoral afirmó que Brasil podría entrar en una profunda crisis si vuelve a gobernar la izquierda, según consignó Folha de São Paulo.
“Opciones equivocadas, populistas y demagógicas. Vendiendo ilusión. Un paraíso prometedor. Comparta la riqueza y los ingresos. ¿Alguien conoce emprendedores socialistas? ¿Algún empresario comunista?”, se preguntó Bolsonaro.
La propuesta preliminar para la segunda fase de la reforma tributaria, que interfiere con la normativa del impuesto a la renta, provocó una agria reacción entre los empresarios al imponer un impuesto de 20% a la distribución de utilidades y dividendos a los accionistas de las empresas y recortar el impuesto a la renta a las empresas con menos ganancias.
Alertado por las repercusiones de la iniciativa, el ministro Guedes se reunió con muchos dirigentes empresariales y les comunicó que estaba dispuesto a modificar algunos puntos de la reforma. El texto elaborado por el relator de la normativa, el diputado Celso Sabido, perteneciente al centroderechista Partido de la Social Democracia Brasileña, aún se encuentra en fase de discusión y ya se han producido varios cambios a la versión original.