La desconfianza que intenta instalar el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, sobre el sistema electoral de su país motivó que el Tribunal Superior Electoral (TSE) aprobara la apertura de un proceso en su contra.
Esa corte decidió de manera unánime iniciar una investigación administrativa para determinar si los ataques del gobernante contra el voto electrónico configuran “abuso de poder económico y político, fraude, corrupción, uso indebido de los medios de comunicación y de la maquinaria administrativa o propaganda”.
El voto electrónico funciona en Brasil desde 1996 y desde entonces no se han registrado irregularidades en ningún comicio, pero Bolsonaro, desde hace largo tiempo, viene insistiendo en que ese sistema hace posible el fraude, pensando en las elecciones de 2022 en las que pretende postularse a la reelección. Bolsonaro está presionando sin éxito al Congreso para que apruebe una enmienda constitucional que restablezca el voto en papel, y llegó a decir, en más de una ocasión, que de lo contrario “no habrá elecciones”.
El Congreso tiene a su consideración el proyecto de enmienda presentado por el Ejecutivo que agrega al voto electrónico una papeleta impresa que también se debe depositar al sufragar. Pero es improbable que esta iniciativa avance porque incluso partidos que son aliados del gobierno descartan la necesidad de un cambio en el sistema de votación.
Además, el TSE decidió solicitar a la principal corte del país, el Supremo Tribunal Federal, que se incluya a Bolsonaro en una investigación que ya está en marcha sobre difusión de noticias falsas en redes sociales contra las instituciones democráticas. El pedido está dirigido al presidente de esa corte, Luis Roberto Barroso, otro de los blancos de los ataques de Bolsonaro. Días atrás, el presidente dijo que Barroso “conspira” para que se cometa “fraude” con el objetivo de que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva gane las elecciones. Las encuestas colocan a Lula en primer lugar en intención de voto, y concluyen que le ganaría a Bolsonaro en diversos escenarios electorales.
En respuesta a estas dos decisiones del TSE, el mandatario ultraderechista llamó este martes a sus partidarios a hacer “presión popular” en su defensa y renovó sus acusaciones contra Barroso. “Si el pueblo quiere, y le debo lealtad al pueblo, haremos una gran concentración” en San Pablo “para darles un último mensaje a los que se atreven a azotar a la democracia”, dijo. “El ministro Barroso le hace un flaco favor a la población brasileña. No es una lucha contra el TSE o el Supremo Tribunal Federal, es contra el ministro del Supremo que es presidente del TSE y que quiere imponer su voluntad. Sabemos cuánto le debe Barroso a Luiz Inácio Lula da Silva”, dijo Bolsonaro, según informó CNN Brasil.
“Juré dar mi vida por el país. No aceptaré intimidaciones. Voy a continuar ejerciendo mi derecho ciudadano, de libertad de expresión, de criticar, escuchar y atender, ante todo, la voluntad popular”, declaró Bolsonaro en las afueras de la residencia oficial, el Palacio de la Alvorada, donde suele hacer declaraciones a los seguidores que van a visitarlo.
El lunes, después de que finalizara la feria judicial, Barroso, que también integra el TSE, dijo en su discurso de reapertura de sesiones: “La amenaza a la realización de elecciones es una conducta antidemocrática. Suprimir derechos es antidemocrático. Manchar el debate público con desinformación, mentiras, odio y teorías de la conspiración es una conducta antidemocrática. Hay cosas que van mal en el país y debemos estar alerta. Ya superamos los ciclos institucionales, pero hay rezagados que quieren volver al pasado”. Bolsonaro llegó a sugerir que las Fuerzas Armadas pueden reaccionar ante una negativa a volver al voto en papel.
Pero esta amenaza del presidente parece no estar en línea con las jerarquías castrenses. Este martes el general Carlos Alberto dos Santos Cruz, exministro de la Secretaría de Gobierno, dijo a Globonews que Bolsonaro tiene “el poder personal” como proyecto de gobierno, y que quiere justificar una intervención de las Fuerzas Armadas. Según citó el medio digital Brasil 247, Santos Cruz agregó que nunca vio “a las Fuerzas Armadas sufriendo un desgaste tan grande como el que están sufriendo ahora, en el gobierno del presidente Bolsonaro”.