La renuncia del ahora exministro de Turismo Germán Cardoso tras la aparición pública de acusaciones de un exjerarca por compras por fuera de la normativa fue evaluada como acertada por parte de los socios de la coalición. Al igual que planteó Cardoso, hay quienes entienden que se trata de una rencilla interna del Partido Colorado (PC) y que no afecta al Ejecutivo, aunque el senador cabildante Raúl Lozano dijo que “no es bueno para ningún gobierno tener un ministro que esté en tela de juicio”.

En paralelo a estas repercusiones, el PC continúa en negociaciones internas para definir el nombre de quien lo reemplace. Mientras, cobra fuerza en el Parlamento la conformación de una comisión investigadora que indague en las compras que efectuó el Ministerio de Turismo. Esto fue apoyado por Cardoso al momento de anunciar su renuncia, aunque planteó que también se debería incluir la gestión anterior, del Frente Amplio (FA).

El diputado frenteamplista por Maldonado Eduardo Antonini presentará este lunes ante la bancada una solicitud para crear una comisión preinvestigadora sobre los hechos que derivaron en la renuncia de Cardoso, según informó a la diaria. Para el legislador, “ha sido un ministro que ha estado al filo de la navaja” y su renuncia fue “obligada y acordada; no fue una renuncia por motivos personales: se fue porque estaba siendo acusado fuertemente por miembros de su propio partido de irregularidades administrativas”. Aparte, resaltó que “quien lo denuncia [Martín Pérez Banchero, exdirector de Turismo], además de ser un alto cargo y una autoridad de su propio partido, es un abogado” que debe saber “cuando está frente a irregularidades”.

En opinión de Antonini, “Cardoso vuelve al Parlamento para escudarse en los fueros”, y recordó que el exministro ya “ha pasado por otras comisiones investigadoras”, por ejemplo, por su vinculación con el Cambio Nelson. Tras la idea esbozada por el FA la semana pasada de investigar desde el Parlamento lo ocurrido, Cardoso recogió el guante, aunque pidió también sumar el período anterior.

Quien ocupara el cargo en los últimos gobiernos del FA, Liliam Kechichian, dijo que no hay “ningún inconveniente” en comparar con su gestión porque allí se logró “profesionalizar las compras”. Señaló a La República que igualmente el que “tendrá que dar respuestas por su gestión” es Cardoso, dado que “todos vamos a tener que preguntar mucho” en virtud de las acusaciones públicas.

“En tela de juicio”

Lozano, de Cabildo Abierto (CA), valoró positivamente la salida de Cardoso, ya que por “distintas actividades o resoluciones” se encontraba “en tela de juicio”, lo que no ayudaba al gobierno. Si bien consideró que el anterior episodio que vinculaba a Cardoso con un jerarca policial formalizado por corrupción y abuso de funciones en Maldonado “pesa” a la hora de adoptar esta decisión, prefirió no profundizar en las razones porque “es un problema del PC”.

En cuanto a la posibilidad de conformar una comisión investigadora, Lozano afirmó que “las comisiones investigadoras, si lo ameritan, llevan siempre a la transparencia, a clarificar las cosas”. Opinó que “podría ser hasta muy bueno para él”, en alusión a Cardoso, “que se aclare la situación y que no hubo nada irregular, si es que no lo hubo”.

El diputado cabildante Eduardo Lust coincidió con que fue una decisión acertada la renuncia de Cardoso, “porque si no es un tema que está pendiente, que distrae”, aunque consideró que el “enfrentamiento entre dos fracciones del PC” lleva a que “ahora no saben quién es el ministro de Turismo”. A su entender, a nivel de la coalición estos hechos “no afectan, mientras los partidos arreglen sus temas internamente”.

Lust cuestionó la forma en que se prepara la designación del sucesor de Cardoso, y las designaciones anteriores al frente de Turismo. Opinó –“con todo respeto”, aclaró– que “al Ministerio de Turismo va cualquiera” y que mientras “hay muchos ministerios que necesitan cierto perfil de ministro”, en el caso de Turismo se designa a “gente que no viene del turismo”, como “la senadora [Liliam] Kechichian, Cardoso y ahora [Tabaré] Viera”. “Hay ministerios que son más políticos que técnicos, y me parece que Turismo debería ser un ministerio técnico”, consideró.

Lust adelantó que respaldará una eventual comisión investigadora. “Yo apoyo todas las comisiones investigadoras y todas las interpelaciones por principios. Si de lo que se lo acusa es de contratar de forma directa, de repente una comisión investigadora sirve para aclarar esos temas”, indicó, aunque advirtió que jurídicamente “no va a tener consecuencia ninguna”. “Puede ser grave, desde el momento en que nosotros en la Rendición de Cuentas estamos peleando peso a peso para el Hospital de Clínicas, o la enseñanza, o lo que fuera, y de repente vemos que en otros ámbitos se gasta así”, acotó.

En tanto, el senador nacionalista Sebastián da Silva relativizó la gravedad del asunto. En adelante “el gobierno tiene que mirar a uno de los principales sectores de la economía nacional y abocarse a trabajar con el nuevo ministro”, sostuvo. También consideró que “la coalición no tiene nada que ver” con el caso y que “rencillas hay en todos los partidos”, es decir que lo ocurrido “es un problema interno del PC”.

A la espera de Raúl Batlle

En las elecciones de octubre de 2019 la agrupación Batllistas y la Lista 15 del Partido Colorado (PC) se presentaron con lista única al Senado, bajo el sublema Batllistas Unidos, pero la puja interna que surgió en las últimas horas a raíz del posible sustituto de Cardoso en el Ministerio de Turismo no demuestra esa unidad.

Cardoso pertenece a Batllistas, sector liderado por Julio María Sanguinetti, y las acusaciones sobre compras por fuera de la normativa las hizo el colorado Pérez Banchero, de la Lista 15, en el semanario Búsqueda.

Ahora, la elección del sustituto de Cardoso no pasa sólo por llegar al consenso para un nombre adecuado dentro de Batllistas, y para entender el motivo hay que retroceder al armado de aquella lista conjunta. En las elecciones internas, el sector de Sanguinetti salió segundo, con 32,8% de los votos, detrás de Ciudadanos, encabezado por Ernesto Talvi, que fue elegido candidato del PC con 53,7%. En tanto, la Lista 15, encabezada por José Amorín Batlle, quedó tercera, con 13,25%. Luego, segundos y terceros se unieron para competir contra Ciudadanos en el Senado; acordaron ir con una lista única, pero con mayoría de nombres de Batllistas intercalados con otros de la Lista 15, para mantener la proporción que marcó la interna.

Por Batllistas Unidos fueron electos los dos primeros postulantes, Sanguinetti y Germán Coutinho (Lista 15). Pero el expresidente renunció a su banca en octubre de 2020 para dedicarse de lleno al PC, y en la cámara alta ocupó su lugar Tabaré Viera, primer suplente. Por esas carambolas de la política, el nombre de Viera –del núcleo duro del sanguinettismo– es el que suena más fuerte para suplantar a Cardoso. Por lo tanto, su banca la ocuparía el segundo suplente de Sanguinetti, que es Raúl Batlle –hijo del fallecido expresidente Jorge Batlle–, que integra la Lista 15. Entonces, el orden natural de las cosas marcaría que Batllistas se quedara sin senadores.

Pero en el sanguinettismo no están dispuestos a eso, según señalaron a la diaria fuentes coloradas. Por estas horas la llave para definir al nuevo ministro la tiene Batlle, ya que si rechaza dejar su banca a la tercera suplente, Elena Grauert –de Batllistas–, se deben barajar otros nombres para el Ministerio de Turismo. El que suena más fuerte dentro de Batllistas es el de otro exintendente de Rivera, el diputado Marne Osorio. En este escenario, Viera seguiría siendo senador y Batlle, suplente.

De todos modos, otras fuentes coloradas le bajan el perfil a la disputa interna y señalan que en realidad Batlle no sabe si asumirá porque tiene mucho trabajo en su actividad privada y sería “complicado para él asumir como senador”.