Varios países de la región del Mediterráneo –Italia, Grecia, Turquía, Túnez y Argelia– se vienen enfrentando en los últimos días a una serie de voraces incendios forestales acompañados por altas temperaturas, vientos y escasa humedad. El fuego impactó con fuerza en Argelia, donde 69 personas murieron, entre ellas 28 militares que trabajaban para apagar las llamas. El gobierno decretó este miércoles tres días de duelo nacional a partir del jueves.

El fenómeno fue especialmente intenso en Cabilia, una región del norte argelino, y el gobierno ordenó que todos los hoteles y residencias universitarias de la zona se utilizaran para realojar a las personas que debieron ser evacuadas.

De acuerdo con la agencia Efe, las autoridades sospechan que estos incendios, cerca de un centenar, fueron intencionales. El primer ministro, Aïmene Benabderrahmane los calificó como “criminales” y pensados para causar “los mayores daños posibles”.

Las temperaturas en Argelia llegaron en los últimos días a los 47 grados, y en el vecino Túnez alcanzaron los 49. Allí se reportaron este miércoles 150 incendios, y una decena de familias tuvo que ser evacuada.

También en Italia las temperaturas marcaron un récord. Este miércoles el Servicio Informativo Agrometeorológico de la ciudad de Siracusa, en Sicilia, notificó 48,8 grados, la temperatura más alta registrada en Europa desde 1977, cuando en Atenas se llegó a los 48 grados. En otros puntos del país se superaron los 45, y está previsto que el clima siga así al menos hasta el domingo.

En Sicilia las autoridades evacuaron a la población de las zonas más afectadas por los incendios y desplegaron al ejército para controlar el fuego. Este miércoles había nueve focos activos en esa región del sur italiano, otros diez en Calabria y 14 más repartidos en Cerdeña, Basilicata, Campania, Lacio y Apulia. En Reggio Calabria, las llamas amenazaban los bosques de hayas del municipio de San Luca, declarados patrimonio de la humanidad por la Unesco.

También en Grecia los incendios, que se extendieron por diez días, fueron devastadores, pero este miércoles parecían estar cerca de quedar bajo control. El primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, anunció un plan de ayuda a los damnificados y de reforestación de las zonas afectadas. El fuego causó la pérdida de unas 90.000 hectáreas de bosque, numerosas viviendas y otros edificios en el norte de Atenas, y en las regiones de Élide y Fócida.

En la isla de Eubea todavía se intentaba apagar las llamas, en particular en sus bosques de pinos, muy vulnerables a los incendios. Allí trabajaban casi 900 bomberos. Grecia recibió la asistencia de diversos países con aviones, helicópteros y personal, pero la densidad del humo había dificultado por varios días su tarea. También Turquía se encaminaba este miércoles a controlar la mayoría de los incendios que afectaron varias regiones del país, y contaba con ayuda del exterior para lograrlo.

El Mecanismo de Protección Civil de la Unión Europea envió ayuda a esos dos países y también a Italia, Macedonia del Norte y Albania, que pidieron su apoyo días atrás. “Estamos movilizando una de las operaciones de extinción de incendios más grandes de Europa, dado que distintos fuegos afectan a varios países simultáneamente”, manifestó el comisario de Gestión de Crisis del bloque, Janez Lenarcic.

Las altas temperaturas mantenían en alerta a España. De acuerdo con Efe, en algunas zonas se restringieron actividades específicas que pudieran aumentar el riesgo de incendios, desde acampar y hacer actividades deportivas de montaña, en Cataluña, hasta utilizar ciertas maquinarias agrícolas, en Castilla-La Mancha y Extremadura.