Estados Unidos atraviesa una nueva ola de contagios, que concentra sus efectos en los estados del sureste del país y entre quienes no recibieron vacunas contra la covid-19. “Hay un mensaje claro: esto se está convirtiendo en una pandemia de personas no vacunadas”, dijo a mediados de julio la directora de los Centros de Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos, Rochelle Walensky. Por entonces, la variante Delta del SARS-CoV-2 avanzaba en ese país y pasaba de 3% del total de casos nuevos en mayo al 93% actual.

“Los estadounidenses no vacunados representan prácticamente todas las hospitalizaciones y muertes recientes por covid-19”, dijo Jeff Zients, el encargado de coordinar las políticas referidas al coronavirus del gobierno de Joe Biden. En conferencia de prensa, el lunes, informó que también la mayoría de los casos positivos provienen de zonas en las que la tasa de vacunación es baja.

Estados Unidos se encuentra en la categoría de zona roja de Harvard, que implica que durante los últimos siete días hubo en promedio más de 25 casos diarios por cada 100.000 habitantes. Según datos publicados el jueves por The Washington Post, el promedio fue de 35 casos diarios por cada 100.000 habitantes. Sin embargo, algunos estados superan por mucho ese número: en Alabama los casos fueron 71 por día, en Arkansas 78, en Florida 85, en Misisipi 96, y en Luisiana 121.

También Biden se refirió a esta crisis sanitaria en una conferencia de prensa y dijo que está “muy preocupado” porque aumentan los casos de niños que necesitan tratamiento en hospitales por covid-19. Del 22 al 29 de julio se registraron unos 72.000 contagios nuevos de covid en niños y adolescentes, casi el doble que la semana anterior. “Los niños se están contagiando porque en la mayoría de los casos viven en estados y comunidades con una baja tasa de vacunación, y se contagian de adultos no vacunados”, manifestó Biden.

De Arkansas a Florida

En promedio, en Estados Unidos sólo 51% de la población está vacunada, de acuerdo con los datos del centro Johns Hopkins, y las muertes por covid-19 en el país son más de 618.400 desde que comenzó la pandemia.

Si bien la situación varía mucho de un estado a otro, se mantiene la regla de que el riesgo que corren los no vacunados es mucho mayor. En California, un estado de la costa oeste, la directora de salud del condado de Los Ángeles señaló que la posibilidad de ser internado por covid-19 era allí, a fines de julio, 19 veces mayor para quienes no estaban completamente vacunados que para aquellos que sí lo estaban, y en el condado de Orange, 90% de los pacientes hospitalizados con covid-19 no estaban vacunados.

Lo mismo ocurre en el sureste, una región conservadora, donde la resistencia a la vacunación es mayor y donde varios gobernadores tienen discursos que alientan esa postura.

Al comenzar agosto, Arkansas y Misisipi apenas tenían camas de CTI libres, y Luisiana alcanzaba cifras récord de hospitalizados. En los tres estados, las personas no vacunadas eran la enorme mayoría de los internados por covid-19: 98,5% en Arkansas, 89% en Misisipi y 91% en Luisiana, según datos publicados por la cadena CNN y el diario The Guardian.

Otro de los estados más afectados por esta ola de contagios es Florida. De acuerdo con los números de los Centros de Prevención y Control de Enfermedades, publicados por la agencia Efe, ese estado, que reúne 6,5% de la población del país, concentraba el martes 16,5% de los nuevos casos de coronavirus, 20,7% de las internaciones por covid-19 de todo Estados Unidos, y 17,9% del total de ingresados a CTI.

La semana pasada Florida llegó a un récord de más de 15.000 personas internadas por covid-19, y alcanzó 89,77% de ocupación en CTI.

Sin embargo, ya sea como reacción a esta crisis o por otros motivos, la vacunación en Estados Unidos está repuntando. Después de sufrir una caída en julio, en agosto volvió a un promedio de medio millón de dosis aplicadas por día, y según informó Zients, esto se debe a la cantidad de dosis aplicadas en los estados del sur, como Arkansas, Luisiana, Alabama y Misisipi.

Si se miran los números de vacunación que difunde el centro Johns Hopkins, en la lista de los 50 estados del país y Washington DC, esas regiones sureñas aparecen con los menores porcentajes de población inmunizada. Alabama ocupa el último lugar, con apenas 35% de su población vacunada, y la siguen Misisipi, Luisiana, Wyoming y Arkansas. En el otro extremo se encuentran Washington DC, con 71% de vacunación, y estados como Vermont o Rhode Island con 69%.

El caso de Florida

En Florida 51% de la población está vacunada, pero quienes elevan ese promedio son las personas de mayor edad, que representan sólo 3% de los internados en hospitales por covid-19. La resistencia a vacunarse se concentra en los adultos jóvenes.

Pese a las cifras críticas del estado, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, mantiene su posición contraria a la aplicación de restricciones sanitarias y al uso obligatorio de tapabocas para prevenir contagios. Según informó The Washington Post, su equipo de campaña ‒porque DeSantis buscará la reelección y es uno de los probables precandidatos republicanos a la presidencia de Estados Unidos‒ vende en su página web fundas para mantener frías las latas de cerveza con la inscripción “¿Cómo diablos me voy a tomar una cerveza con el tapabocas puesto?”. También ofrece remeras con la frase “Don’t Fauci my Florida”, un juego de palabras sobre mantener a Florida sin la influencia de Anthony Fauci, el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas estadounidense y cara visible de las recomendaciones contra la covid-19.

DeSantis, quien afirma que Florida es “el estado de la libertad”, ha sufrido una caída en su aprobación a 43,7%, y su rechazo llegó a 48,5%, según una encuesta de Florida Politics publicada el 3 de agosto. Además, en la carrera por la reelección fue superado en intención de voto por el demócrata Charlie Crist, que aspira a ganar la gobernación de Florida en 2022.

En los últimos tiempos moderó su discurso, comenzó a usar tapabocas, pero mantiene la misma línea política con la que se prepara para competir por los mismos votos que Donald Trump.

Con el comienzo del año de clases en Estados Unidos, la discusión acerca de las medidas sanitarias obligatorias se enfocó en el tapabocas en los centros educativos. Siete estados aprobaron leyes que impiden que se exija usarlo y uno de estos fue el de Florida. El gobierno de DeSantis advirtió que las autoridades educativas del estado podrían llegar a suspender el salario de los administradores de centros de estudio que declararan obligatorio el uso de tapabocas en sus instalaciones.

La discusión no se limita a Florida. El miércoles un grupo de manifestantes intentó impedir que sesionara una junta escolar en Williamson, en Tennessee, que finalmente votó a favor de la exigencia de tapabocas.

En Texas, otro estado gobernado por un republicano contrario al uso de mascarillas, Greg Abbott, y con sólo 46% de población vacunada, las autoridades aprobaron una norma similar a la de Florida contra el tapabocas obligatorio. Tanto en Texas como en Florida, las nuevas normas encontraron resistencia. Varios distritos y centros educativos anunciaron que, pese a la prohibición, van a exigirlo.

Vacunas y confianza

Mientras en otros países, como España, más de 90% de la población confía en las vacunas contra la covid-19, en Estados Unidos sólo lo hace el 71%, según un informe del centro británico YouGob. De todos modos, la confianza en las vacunas avanzó entre los estadounidenses desde enero, cuando sólo 47% de su población las aceptaba. Un proceso similar atraviesa Francia, de acuerdo con el estudio. En ese país, donde son fuertes las resistencias a las medidas que restringen la movilidad, la aceptación de las vacunas pasó de 24% en enero a 80% en julio.