Este lunes finalizó el plazo para la presentación de fórmulas ante el Consejo Supremo Electoral para las elecciones presidenciales que se realizarán en Nicaragua el 7 de noviembre.
El gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) que lidera el actual presidente Daniel Ortega, de 75 años, se presentará junto a su esposa y actual vicepresidenta, Rosario Murillo, en busca de su tercera reelección consecutiva, por lo que en caso de ganar los comicios iniciaría su cuarto período seguido como mandatario del país centroamericano.
Las inscripciones de candidatos se produjeron en el marco de un clima de tensión creciente por la conflictiva situación política entre Ortega y la oposición, así como por las nuevas sanciones internacionales adoptadas contra el gobierno.
La Unión Europea (UE) sancionó este lunes con restricciones migratorias y financieras a Murillo, a su hijo Juan Carlos Ortega Murillo y a otros seis funcionarios del gobierno por su responsabilidad en las “graves violaciones de los derechos humanos” en Nicaragua. La medida adoptada por el bloque europeo se suma a otras tomadas por Estados Unidos y Canadá contra funcionarios del gobierno de Ortega, en protesta por la represión que mantiene contra sus opositores desde el estallido de las manifestaciones antigubernamentales en 2018, según informó la agencia de noticias AFP.
El partido sandinista competirá en los comicios de noviembre sin una fuerte oposición, luego de que la Policía arrestara entre junio y julio a siete aspirantes a la presidencia. Entre los detenidos está Cristiana Chamorro, hija de la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997), quien de acuerdo a los analistas podía ser la única en condiciones de derrotar en las urnas al FSLN.
Los opositores son acusados en su mayoría de “traición” a la patria, al amparo de una polémica ley aprobada en diciembre por la bancada oficialista –que tiene una abrumadora mayoría en el Parlamento– que castiga con cárcel a quienes promuevan la injerencia extranjera y apoyen las sanciones internacionales. La mayoría de los aspirantes detenidos habían acordado someterse a la selección de un candidato único de oposición bajo la sigla de la derechista Alianza Ciudadanos por la Libertad (CxL), pero la ola de detenciones fue dejando sin opciones a este partido.
Con sus contrincantes en la cárcel, el partido sandinista se dispone a enfrentar a una derecha divida principalmente en dos bloques: la alianza CxL y el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), segunda fuerza parlamentaria, que ha sido señalada como colaboradora del gobierno. El PLC inscribió como candidatos al empresario Milton Marcia y a María Dolores Moncada, informó el diario nicaragüense El Confidencial.
Además, se inscribieron para participar en las elecciones dos partidos señalados como afines al sandinismo, la Alianza por la República (APRE) y la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN). La ALN inscribió como candidatos a la presidencia y vicepresidencia a Marcelo Montiel y Jennifer Espinoza, dos figuras desconocidas en el espectro político nicaragüense y que no quisieron responder preguntas de los periodistas cuando se retiraron del Consejo Supremo Electoral. APRE, por su parte, postula en la fórmula presidencial a Gersón Gutiérrez Gasparín y Claudia María Romero, también dos personas sin ninguna trayectoria política conocida.
Con sus precandidatos presos, CxL optó por elegir como su fórmula presidencial a una controvertida pareja integrada por Oscar Sobalvarro, de 68 años, y la ex Miss Nicaragua Berenice Quezada, de 27 años. Sobalvarro, conocido por su nombre de guerra Comandante Rubén, fue una de las personalidades más notorias de los contras nicaragüenses, un grupo paramilitar financiado por Estados Unidos que combatió al gobierno sandinista durante toda la década de 1980.
“Esperamos que cesen el asedio y la represión” contra los opositores para que la campaña electoral se desarrolle de manera tranquila, expresó Sobalvarro al salir de la sede electoral. Por su parte Quezada, una modelo sin trayectoria política que ganó el certamen Miss Nicaragua en 2017, abogó por la liberación de los “presos políticos” del gobierno y además pidió el voto de los jóvenes para poner fin al gobierno sandinista.
En las elecciones generales de noviembre se elegirá al presidente, pero también a los 92 diputados integrantes del órgano legislativo unicameral y a los 20 representantes de Nicaragua en el Parlamento Centroamericano.