La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y el gobierno de Estados Unidos emitieron sendos comunicados rechazando una nueva detención de un candidato opositor en Nicaragua. En este caso se trata de la modelo Berenice Quezada, candidata a la vicepresidencia por la Alianza Ciudadanos por la Libertad, quien el miércoles por la noche fue puesta en prisión domiciliaria e inhabilitada para ser electa por “provocación, proposición y conspiración para cometer actos terroristas”.
Tras conocerse la detención de Quezada, la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos publicó un tuit en el que afirma que el gobierno del presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, “se hundió en nuevas profundidades de desesperación con el arresto y exclusión electoral de la candidata a vicepresidenta Berenice Quezada”.
“Quezada dice que los nicaragüenses quieren cambios, palabras simples que la pareja dictatorial llama ‘terrorismo’. Sin terror real, sólo miedo a elecciones libres y justas”, señaló la secretaría diplomática.
La CIDH, en tanto, emitió un comunicado condenando el arresto de la candidata y su inhabilitación para presentarse a cargos públicos. “La CIDH urge al Estado de Nicaragua liberar de inmediato a las personas detenidas arbitrariamente y restablecer las garantías para el pleno goce de los derechos civiles y políticos de las y los nicaragüenses”, expresó la entidad que funciona bajo la órbita de la Organización de Estados Americanos.
En su cuenta de Instagram, la candidata agradeció “a todas las personas que se han preocupado” por su “integridad física”. “Gracias al Señor me encuentro bien, ayer se me ha notificado que estoy inhibida como candidata a la vicepresidencia”, señaló.
Quezada, de 27 años, llevó adelante una carrera como modelo que la llevó a ser elegida Miss Nicaragua en 2017 y a participar del certamen Miss Universo de ese año. Ante las detenciones de varios integrantes del partido, terminó siendo incorporada a la fórmula presidencial que lidera el militar retirado Óscar Sobalvarro, exjefe de los Contras nicaragüenses en la década de 1980.
El lunes, día de cierre de las inscripciones para las candidaturas, Quezada abogó por la liberación de los presos políticos del gobierno y pidió el voto de los jóvenes para poner fin al gobierno sandinista “como lo ha hecho en las calles”, refiriéndose a las protestas de 2018 que fueron reprimidas por el gobierno de Ortega y dejaron más de 300 muertos.
Las elecciones en Nicaragua se llevarán a cabo el 7 de noviembre, con una lista de siete precandidatos opositores detenidos y proscriptos, acusados de “traición a la patria” por una ley aprobada a fines del año pasado por el Parlamento, donde los sandinistas tienen una enorme mayoría.
Las acciones del gobierno de Ortega provocaron la crítica de varios miembros de la comunidad internacional y la pérdida de viejos aliados, como el expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, quien la semana pasada afirmó en una entrevista a la cadena mexicana TVT que “cada vez que un gobernante se empieza a creer insustituible, cada vez que un gobernante se empieza a creer imprescindible, surge un poco de dictadura”.