El gabinete del presidente peruano Pedro Castillo tuvo su primera baja luego de que este martes presentara su renuncia Héctor Béjar, quien había sido designado por el mandatario para ocupar el cargo de canciller.

El motivo que desencadenó la salida del gobierno de Béjar fueron unas frases pronunciadas el año pasado, en las que hizo referencia al origen del terrorismo en el país, adjudicándole tal responsabilidad a la Marina, hecho que generó una enorme cantidad de críticas desde muchos sectores, incluyendo a otros ministros de la actual administración. Ante la situación, Béjar, de 85 años, optó por presentar su renuncia indeclinable al cargo, la cual fue aceptada.

Concretamente, lo que Béjar había dicho en noviembre del año pasado, durante una conferencia virtual organizada por el izquierdista Grupo Emancipador Perú, fue que “el terrorismo en el Perú lo inició la Marina y eso se puede demostrar históricamente. Han sido entrenados para espiar por la CIA”. En el mismo evento Béjar, de acuerdo a lo que informó el diario limeño La República, expresó que la guerrilla maoísta Sendero Luminoso “ha sido en gran parte obra de la CIA y de los servicios de inteligencia”.

Ni bien había sido designado para su cargo, Béjar, un connotado académico, escritor y sociólogo, tuvo que afrontar numerosas críticas porque él fue fundador en la década de 1960 de un grupo guerrillero, el Ejército de Liberación Nacional, organización que tuvo corta vida, ya que fue derrotada por las fuerzas gubernamentales en 1965.

La semana pasada trascendió que la bancada del partido derechista Fuerza Popular, junto a legisladores de otros sectores, iban a pedir la interpelación del ministro para que explicara la posición que iba a tener su cartera respecto al Grupo de Lima y también sobre los gobiernos de Cuba y Venezuela.

Los dichos de Béjar, que fueron dados a conocer en la noche del domingo por el programa Panorama que emite la cadena Panamericana Televisión, provocaron una inmediata reacción de la Marina de Guerra peruana, que en un comunicado consideró las afirmaciones de Béjar como una afrenta.

“La Marina de Guerra del Perú rechaza la afirmación antes referida, carente absolutamente de veracidad, la misma que constituye una afrenta contra los hombres y mujeres que lucharon y continúan luchando contra la delincuencia terrorista, contra las viudas, huérfanas y deudos, víctimas de esa execrable acción”, se expresó desde la entidad militar.

Por su parte, el ministro de Justicia, Aníbal Torres, calificó las declaraciones como “desafortunadas”. La cancillería peruana también emitió un comunicado en el que dijo que las declaraciones de Béjar fueron “manipuladas, editadas, recortadas y sacadas de contexto con el propósito de desacreditarlo y obtener la censura” del ministro.

En el comunicado de la cancillería emitido el lunes, Béjar rechazó “tajantemente” que haya tenido intención de agraviar a las Fuerzas Armadas y expresó “su plena voluntad de trabajar con todas las instituciones en una agenda de política exterior en beneficio del país”.

Pero este martes, y viendo que la situación suponía un nuevo problema para el ya de por sí inestable panorama político peruano, Béjar optó por renunciar y poco después de hacerlo publicó en su cuenta de Facebook: “Vuelvo a ser libre”.