A pocos días del inicio de un juicio por corrupción presentado contra un grupo de funcionarios del Vaticano, los Carabineros de Milán interceptaron una carta con tres balas dirigida al papa Francisco.

Según informó la agencia Efe, la carta, enviada desde Francia, fue hallada en el centro de clasificación postal de Peschiera Borromeo, y el texto que acompañaba las balas calibre 9 milímetros contenía un mensaje relacionado con el juicio. Según informaron agencias internacionales, la persona que envió la carta ya fue identificada y se trata de alguien conocido por el Cuerpo de Gendarmería del Vaticano.

A fines de julio empezó un juicio que involucra al cardenal Angelo Becciu y a nueve personas más, entre funcionarios del Vaticano y operadores financieros, acusados de llevar a cabo una gestión paralela de las finanzas de la Santa Sede durante una década, cometiendo delitos tales como estafa, blanqueo de capitales, malversación de fondos y corrupción.

El centro del caso, que es llevado adelante por la Fiscalía vaticana, es la compraventa en 2013 de un inmueble en Londres por cerca de 300 millones de euros. Con la autorización firmada por Becciu, la operación se hizo a través de intermediarios que cobraron comisiones millonarias y se reservaron el poder de bloquear futuros movimientos pese a que prácticamente no habían aportado capital.

Para la transacción se utilizaron fondos del Óbolo de San Pedro, que están destinados a obras de caridad de la Santa Sede. Según Nunzio Gallantino, presidente del APSA, la organización que gestiona los inmuebles del Vaticano, la participación de los acusados supuso “pérdidas considerables para las finanzas” del Vaticano de entre 73 y 166 millones de euros, según informó El País de Madrid.

Becciu era prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, hasta que, a fines de setiembre de 2020, el papa Francisco le pidió su renuncia, tanto al cargo como a los derechos relacionados con el cardenalato, aunque sigue ostentando el título.

Tanto el cardenal como su exsecretario, el sacerdote Mauro Carlino, fueron los únicos acusados que se presentaron a la vista, en la que el tribunal se limitó a concretar detalles técnicos y del proceso y aplazar el juicio para el próximo 5 de octubre.

En un comunicado publicado por su abogado, Becciu afirmó que confía en el tribunal y en que sea declarado inocente.

En noviembre de 2020, meses después de pedir la salida de Becciu, el papa Francisco reconoció que hubo corrupción en las finanzas del Vaticano y defendió que las denuncias hayan llegado a los canales adecuados dentro de la institución.

Becciu, que era uno de los hombres de confianza del papa y en 2017 fue nombrado delegado especial ante la Soberana Orden Militar de Malta, había dicho el 3 de julio que estaba siendo víctima de “una maquinación deliberada” y que estaba esperando conocer los cargos que se le imputaban para poder “desmentirlos rápidamente y demostrar al mundo mi absoluta inocencia”.

Según informó el Corriere della Sera, la Fiscalía de la Santa Sede también imputó a René Brülhart, expresidente de la Autoridad Financiera Vaticana; Enrico Crasso; Tommaso Di Ruzza; Cecilia Marogna; Raffaele Minciono; Nicola Squillace; Fabrizio Tirabassi, y Gianlugi Torzi, sumados a las sociedades HP Finance LLC, Logsic Humanitarne Dejavnosti, Prestige Family Office y Sogenel Capital Investment, todas con cargos de fraude y estafa.