Durante casi todo el viernes, Alberto Fernández estuvo reunido con sus colaboradores cercanos en la Casa Rosada. El presidente argentino canceló el viaje a México que tenía agendado este fin de semana para participar en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), en la que su país asume la presidencia protémpore, y se enfocó en la situación interna.

En medio de las tensiones que generó en el Frente de Todos la pérdida de votos en las primarias del domingo, previas a las legislativas del 14 de noviembre, trabajó en el “relanzamiento” del gabinete, como lo llamó el gobierno, para intentar dar respuesta a los votantes desconformes y a las diferencias entre el ala del oficialismo que responde al presidente y la que está alineada con la vicepresidenta, Cristina Fernández.

A la noche, anunció su nuevo equipo de gobierno. Uno de los principales cambios fue el del jefe de Gabinete. En lugar de Santiago Cafiero, resistido por el kirchnerismo, fue designado Juan Manzur, exministro de Salud kirchnerista. Era el candidato propuesto públicamente por la expresidenta para ese cargo. Pero Cafiero no quedó fuera del gabinete, sino que será el nuevo canciller argentino, en reemplazo de Felipe Solá.

También se suman al Ejecutivo otros exministros de gobiernos kirchneristas: Aníbal Fernández será el titular de Seguridad, Julián Domínguez el de Ganadería, Agricultura y Pesca, y Daniel Filmus el de Ciencia y Tecnología. Completan el equipo Jaime Perzsyc, como ministro de Educación, y Juan Ross, como secretario de Comunicación y Prensa. No hubo anuncios en Economía, cartera a cargo de Martín Guzmán, pese a que la vicepresidenta ha cuestionado la conducción económica.

El kirchnerismo reclama que la política económica privilegie el apoyo a quienes perdieron sus ingresos durante la pandemia y están en situaciones más vulnerables, en lugar de cuidar la disciplina fiscal. Pese a estas tensiones, Guzmán encabezó el miércoles un acto público junto al presidente.

Ese día, el ministro del Interior, Eduardo Wado de Pedro, y otros integrantes del Gabinete y altos funcionarios que responden a la vicepresidenta, pusieron su renuncia a consideración del presidente. “Escuchando sus palabras del domingo por la noche, donde planteó la necesidad de interpretar el veredicto que ha expresado el pueblo argentino, he considerado que la mejor manera de colaborar con esa tarea es poniendo mi renuncia a su disposición”, dijo De Pedro en su carta de dimisión, pese a la cual, hasta este viernes seguía en el gobierno.

También ministros del gabinete del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kiciloff, presentaron sus renuncias, como una manera de indicarles el camino a los demás ministros del gobierno nacional, en particular a los que el kirchnerismo considera que ya no deben seguir en sus cargos.

El jueves, la vicepresidenta publicó una carta pública en su sitio web en la que recordó que fue ella quien tomó la decisión de proponer a Alberto Fernández como candidato a la presidencia, y le pidió “que honre aquella decisión” y “que honre la voluntad del pueblo argentino”.

En la carta, Cristina Fernández dijo que este año tuvo 19 reuniones con el presidente, la mayoría a instancias de ella. “Le manifesté que era necesario relanzar su Gobierno y le propuse nombres como el del gobernador Juan Manzur para la Jefatura de Gabinete”, dijo. “¿Por qué cuento esto? Porque no voy a seguir tolerando las operaciones de prensa que desde el propio entorno presidencial a través de su vocero se hacen sobre mí y sobre nuestro espacio político”.

Aludió a “funcionarios que no funcionan”, una frase con la que meses atrás hizo públicos sus cuestionamientos. Señaló al secretario de Comunicación y Prensa de Presidencia, Juan Pablo Biondi, como responsable de esas supuestas operaciones de prensa, y dijo que se comunicó con el ministro de Economía “cuando se difundió falsamente” que ella había pedido su renuncia en una reunión con el presidente. Este viernes Biondi presentó su “renuncia irrevocable”.

La vicepresidenta manifestó su confianza en que “con la misma fuerza y convicción que enfrentó la pandemia, el presidente no solamente va a relanzar su gobierno, sino que se va a sentar con su ministro de Economía para mirar los números del presupuesto”. Agregó que “faltan ejecutar, según la previsión presupuestaria, 2,4% del PBI”, en un escenario de “pandemia y delicadísima situación social”. La vicepresidenta manifestó: “No estoy proponiendo nada alocado ni radicalizado. Al contrario, simplemente estoy recogiendo lo que en este contexto global de pandemia está sucediendo a lo largo y a lo ancho del mundo, desde Estados Unidos, pasando por Europa y en nuestra región también: el Estado atemperando las consecuencias trágicas de la pandemia”.

Este viernes el presidente tuvo contacto con varios gobernadores que le habían manifestado su apoyo, como también lo hicieron la Confederación General del Trabajo y organizaciones sociales que habían convocado una marcha para respaldarlo, que finalmente se canceló a pedido del propio Fernandez. El sábado Fernández tiene previsto reunirse en La Rioja con gobernadores peronistas, entre ellos el de esa provincia, Ricardo Quintela.

Después de conocer la declaración pública de la vicepresidenta, Fernández le comentó a sus colaboradores que el texto es “una carta de Cristina con todos sus ingredientes”, y prefirió no continuar con el debate sino responder con acciones, informó Página 12. De acuerdo con ese periódico, Alberto Fernández planea lanzar varias medidas, entre estas un aumento del salario mínimo y algún tipo de aporte extra para los jubilados.