Con un acto en la Plaza Seregni, el secretario general del Partido Socialista (PS), el diputado Gonzalo Civila, presentó este jueves su candidatura a la presidencia del Frente Amplio (FA), que cuenta con el respaldo del Partido por la Victoria del Pueblo, Casa Grande, La Amplia, Congreso Frenteamplista, MCF-5005 y Corriente de Izquierda. El acto fue horas después que el presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, formalizara su propia candidatura.
Civila dijo que está “muy feliz” y “contento” por “sumar a la construcción de una síntesis colectiva”, pero advirtió que “hay mucha gente que no la está pasando bien”, porque el Uruguay de hoy “es muy injusto” y “profundiza las desigualdades”. El gobierno de Luis Lacalle Pou “construye en función de los malla oro”, es “de los ricos para los ricos” y lleva adelante “una política absolutamente antipopular”, aseguró.
“Esto nos convoca y nos desafía a trabajar intensamente para revertir esta situación de profundización de la injusticia y la desigualdad”, sostuvo Civila, con una gran bandera del Frente Amplio a sus espaldas y sin símbolos del PS a la vista. “No hay proceso interno del FA que pueda pensarse exclusivamente desde adentro del FA, porque el FA es una herramienta del movimiento popular uruguayo”, señaló.
Ya en clave interna, Civila consideró que hay “cosas que discutir dentro del propio FA”, porque “los consensos se construyen a partir del debate, la discusión y la síntesis”, y llamó a construir una unidad “inteligente” y “lúcida”
El diputado consideró que el FA tiene que retomar “ideas de transformación profunda y de raíz” y contar con “una propuesta audaz, valiente” para reconstruir “lazos y puentes con un montón de frenteamplistas que tienen que sentirse convocados”. A su vez, convocó a “construir un FA paritario”: “no podemos pensar en un FA que se mueve más lento que la sociedad”, advirtió.
“Nuestra principal preocupación es articular el abajo; no queremos articular a un grupo de dirigentes sino a un pueblo que quiere cambiar la realidad”, subrayó Civila. Sobre el final, consignó que “el mundo le reclama a la política partidaria un cambio profundo”, que consiste en “abrir puertas y ventanas para que pueda aparecer lo nuevo”. “Ese cambio no tiene nombre propio”, concluyó.